Congreso Internacional SARE 2004 - Emakunde
Congreso Internacional SARE 2004 - Emakunde
Congreso Internacional SARE 2004 - Emakunde
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
una relación con el mercado laboral más fuerte que la suya. Pero las cosas ya no son así: las mujeres<br />
inmigrantes han experimentado el declive más grave en el empleo (de un 74 por ciento en<br />
1990 a un 43 por ciento en 1998) (AKU 1000: 2, 216 y 1998: 2, 225). Entre esos padres inmigrantes<br />
y sus familias vemos un conjunto de limitaciones estructurales que operan dentro de un contexto<br />
cultural específico.<br />
Otro grupo que presentaba unas bajas tasas de aprovechamiento de las bajas parentales era el<br />
formado por los padres con unas rentas muy elevadas, por encima del techo de ingresos de la<br />
baja parental (2.400 euros mensuales). Era más probable que se tratara de hombres que trabajaban<br />
en el sector privado y en lugares de trabajo poco amables con la paternidad. En este ejemplo<br />
se trata de culturas o regímenes laborales que limitan a los hombres que podrían ejercer sus derechos<br />
a la baja parental (recordemos la imagen del hombre buscando que su jefe sonría). Esto está<br />
reforzado por otro hallazgo en el estudio gubernamental más reciente de las bajas parentales: el<br />
estudio demostró que es más probable que cojan una baja los hombres de más edad y a menudo<br />
mejor asentados en sus carreras profesionales que los hombres más jóvenes. Esto es especialmente<br />
cierto en el sector privado. Los riesgos serán menores cuanto más arriba se esté dentro de la jerarquía<br />
organizativa.<br />
Las culturas de los lugares de trabajo y los regímenes laborales constituyen una dimensión crucial<br />
para comprender la capacidad que tiene el hombre de ejercer sus derechos a cuidar. Jill Rubery et<br />
al (1999) tienen un concepto de los regímenes laborales (que define los regímenes laborales como<br />
el conjunto de normativas legales, voluntarias y tradicionales, que incluyen en la práctica del horario<br />
laboral) que es una herramienta útil para plantearse las normas y las prácticas en este campo.<br />
Sabemos por nuestra investigación comparativa del género y de los estados del bienestar que<br />
los horarios laborales masculinos son los que establecen las normas. También estructuran la división<br />
de las tareas del cuidado familiar por género (Brunning y Plantenga, 1999). En Europa, los<br />
países que cuentan con los regímenes de horarios laborales más intensos, con la mayor cuota de<br />
mano de obra en largos horarios laborales, tienden a presentar el mayor porcentaje de mujeres en<br />
puestos de trabajo de jornadas reducidas (3).<br />
Algunos de los datos suecos sugieren que las culturas laborales de las empresas también pueden<br />
convertirse en barreras para los hombres que se quieren comprometer más en su ejercicio de la<br />
paternidad. Las culturas en los puestos de trabajo incluyen el apoyo o el antagonismo de los compañeros<br />
y compañeras de trabajo respecto a la baja parental de un hombre. Hay pruebas cualitativas,<br />
como las de la investigación desarrollada por Eisabet Näsman (1995), que demuestran<br />
que los hombres que trabajan en el sector privado y se cogieron una baja paternal experimentaron<br />
los prejuicios de los empresarios y de sus colegas de trabajo. Una reciente encuesta desarrollada<br />
en el mercado laboral sueco sobre el uso que hacen los padres de sus bajas ha descubierto<br />
(3) Esto no es cierto en el caso de EEUU o Japón, en donde la mano de obra de horarios reducidos no percibe presta-<br />
ciones ni seguridad laboral.<br />
105