Congreso Internacional SARE 2004 - Emakunde
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El anuncio retrata a una familia a la antigua, con unos cortes de pelo y unas ropas que nos recuerdan<br />
los años cincuenta y con los modales y las formas de la familia tradicional. La escena nos<br />
muestra...<br />
“Un padre, dos hijas y un hijo están sentados alrededor de una mesa en el comedor.<br />
Se oye una palabra. De pronto, una mujer, obviamente la madre, entra en la sala y<br />
le ofrece al padre un plato con carne. Él trincha la carne. En ese momento una voz<br />
que representa al hijo dice, “¿quién es este hombre que todos los domingos corta la<br />
carne?” Y aparece un texto escrito que dice: “los hombres son tan indispensables en<br />
casa como en el trabajo.”<br />
Este mensaje juega claramente con la culpabilidad de los padres y la campaña en los medios de<br />
comunicación ha enfatizado en general los lados negativos de que el hombre no haga su parte del<br />
trabajo no remunerado. En otro anuncio televisivo, un hombre, asesor informático, se encuentra en<br />
casa, ajeno a los gritos de los niños mientras su mujer realiza las tareas del hogar frenéticamente<br />
a la vez que intenta evitar que los hijos molesten a su padre. Este enfoque contrasta drásticamente<br />
con el mensaje subyacente positivo de las campañas suecas sobre el ejercicio de la paternidad.<br />
He sacado ambos ejemplos de nuestro libro. Al analizar estas dos imágenes que eran parte de los<br />
intentos realizados por los Consejos Nacionales de Bienestar Social para conseguir que los padres<br />
se cogieran la baja, se observan distintas llamadas y diferentes épocas.<br />
El primero es un famoso luchador; Hoa Hoa se convirtió en un icono del papá de terciopelo, la<br />
dura masculinidad recubierta con un lado suave. Tal y como indica esta imagen, se esperaba atraer<br />
a las masculinidades de la clase trabajadora (supermasculinas y patrióticas, como ilustra esta<br />
camiseta que tiene las coronas suecas estampadas en ella).<br />
La segunda imagen es la de un empleado de oficina del sector privado que se enfrenta a un empresario<br />
reticente. En los años noventa representa al padre que con menos probabilidad se iba a<br />
coger una baja por la que tanto le presionan las mujeres y otros hombres, para demostrar que se<br />
trata de un padre activo y comprometido. Es importante tener presente que la política de bajas paternales<br />
en Suecia representó la culminación de dos décadas de discursos y políticas sobre el ejercicio<br />
activo de la paternidad, frente a la campaña más reciente en Holanda y sus políticas.<br />
El gobierno holandés, en su intento por aumentar los papeles de los padres que ejercen la paternidad,<br />
ha elegido una estrategia indirecta: ha encabezado una política para crear opciones que<br />
permitan a las parejas que buscan un reparto más equitativo de las tareas de la familia y del trabajo<br />
instituyendo un horario flexible y esquemas de trabajo compartido en el país (ver Knijn y<br />
Selten 2003). Aunque las empresas no están obligadas a ofrecer esta opción a su mano de obra,<br />
se las anima a que lo hagan; no hay penalización por no hacerlo. Los datos sugieren hasta ahora<br />
que no ha sido una opción elegida por muchas parejas. Son los hombres jóvenes y solteros (muchos<br />
de los cuales son estudiantes) los que reducen sus horarios laborales, no los hombres que tienen<br />
una carrera profesional que compaginar con sus familias. Son las madres, y no los padres,<br />
quienes se aprovechan de la opción del trabajo compartido y de los horarios reducidos. Las políticas<br />
específicas para que los padres cuiden son pocas y mínimas en la mayoría de los demás pa-<br />
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