LLIBRE SETMANA SANTA 2011.pdf - Semana Santa Saguntina

SETMANA SANTA SAGUNTINA
mías están vacías de egoísmo y a reventar de emoción, entusiasmo y de
buenos sentimientos, porque como saguntino, clavario y padre, me enorgullezco
de ver desde esta posición privilegiada que otro año más se cumplen
los deseos del pueblo, siendo esta vez buenos amigos de mi hijo y por lo
tanto míos, mi propia sangre, quien desfilará cargando el madero que fue
testigo de un hecho tan grande.
decía el otro día el arzobispo de Valencia cuando nos visitó en el
Buen Suceso y en la Sang, que deberíamos convertirnos en zaqueo, es decir,
en aquél que sin quererlo ni beberlo se acercó a ver a Jesús y como era bajo
de estatura se subió a una higuera para observarlo mejor, y fue convertido
sin que él lo esperara, Jesús lo llamó. Bueno, pues hagamos como ese pequeño
gran hombre de la higuera, dejando orgullos personales y vanidades
en la punta de las colas que arrastramos el Viernes Santo, que vayan cayendo
al suelo y sean pisoteadas por los que vienen detrás, que la luz de
las hachas iluminen Sagunto, nuestra ciudad, como una ciudad próspera de
buenos sentimientos comunes, de gran fervor y devoción, que se acercan a
venerar la reliquia más santa y preciada por la cristiandad junto al Santo Cáliz,
nuestra Vera Creu, que en su nueva capilla del tresor esperará volver a
salir el próximo Viernes Santo al anochecer. Al verla procesionar por nuestras
calles llenas de fe y devoción, de espiritualidad, de religiosidad popular,
que la sangre derramada por el redentor vuelva a rememorar en nuestros
corazones la Pasión y Muerte de Jesús, limpiando nuestras almas de la lepra,
del pecado, tal y cómo argumenta el dr. daniel Benito Goerlich en su
artículo del libro de este año la lepra del pecado y la Sangre de la vida,
–o tal vez, y que sirva de homenaje al gran literato español Miguel delibes,
cuando en su última novela El hereje, al referirse al reformista Doktor, un
erasmista convertido en Alemania en tiempos de lutero, dice que al regresar
a Valladolid, llevaba ya la “lepra” consigo–.
Pido a dios que al igual que hasta hoy, la tradición se cumple en Sagunto
un año más, la nueva sangre saguntina perpetúe la Festa y nos conciencie
más en lo que celebramos, que al mirar al Ecce Homo, nos veamos
reflejados en el dolor humano y nos de la fuerza necesaria para saber combatir
la lepra que podamos arrastrar, que al verlo en este bello retablo y contemplar
el cáliz del altar, sepamos beber cada uno lo que nos corresponda,
sabiendo que lo hecho, hecho está; lo escrito, escrito está; y lo dicho, dicho
está.
Puríssima Sang de Jesucrist!
158 Pregón de la Setmana Santa Saguntina 2010