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Palabras de la
Presidenta de COAS,
Cooperadora de
Acción Social
Quisiera comenzar estas líneas, destinadas a presentar
la labor de COAS en el 2005, con una breve
reflexión acerca del valor del diálogo en la vida de
nuestra institución.
El diálogo sincero plantea la posibilidad de intercambiar
ideas, de enriquecernos con el otro, de
sumar. Permite demostrar, más allá de toda inteligencia,
la sensibilidad y la buena disposición para
acordar normas de acción en común.
Para construir ese encuentro hace falta precisamente
potenciar la creatividad, la imaginación, el deseo
de cambio, el sentido común y promover la excelencia,
dando un paso atrás a la vocación de poder
y privilegiando en su lugar el espíritu solidario.
En el día a día de COAS, hacemos siempre hincapié
en que cada hombre y cada mujer son únicos,
que la vida es un milagro, que no existen tareas sin
importancia cuando se pone el corazón en ellas.
Y es precisamente en ese diálogo profundo, con
capacidad de escucha, que se construye nuestra
visión y nuestra misión filantrópica.
En lo referente a salud es necesario recalcar que
sin salud no hay vida. Salud, como sostiene
Miguel Larguía: “Es mucho más que ausencia de
enfermedad. Salud es ser libre, vivir en un país
democrático, tener libertad de expresión, tener
derecho a trabajar, tener derecho a vivir, ser capaz
de amar y ser amado”.
Desde esta perspectiva, quisiera rescatar la lucha
diaria de la comunidad hospitalaria, que pone de
sí todo para dar una respuesta positiva a la sociedad.
Sabemos que el contexto es complejo y que
hacen falta no sólo recursos, sino también la posibilidad
de mirar las distintas problemáticas desde
un nuevo lugar.
No aportamos dinero, estamos presentes con aparatología
e instrumental médico y con la financiación
de ciertas obras de modernización de instalaciones y
servicios. Pero sobre todo, formamos parte de ese
tejido humano increíble que da vida al hospital público
de esta ciudad a través de médicos, enfermeras,
administrativos, donantes, voluntarios y pacientes.
Por todo lo expresado, los invito a que nos conozcan.
Nuestra organización hace de la transparencia
de su gestión su bandera distintiva.
Para finalizar, quiero agradecer de todo corazón, el
enorme cariño, la confianza y la colaboración que
recibimos a diario en nuestra institución. COAS es su
gente y la gente hace COAS.
Gracias miles.
Carmen Amorim de Polledo
Cooperadora de Acción Social 3