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DE LA ADOPCiÓN 63
Se determina que el reconocimiento del padre o de la
madre, podrá también acreditarse mediante la posesión de
estado resultante de un conjunto suficiente de hechos, que
según las circunstancias sean demostrativos de un vínculo
cierto de filiación entre el hijo y la persona de quien pretende
descender. Finalmente, si bien se reproduce el artículo
de Vélez, que no permite la indagación de la maternidad,
cuando tuviere por fin atribuir el hijo a una mujer casada,
se evita, siguiendo una jurisprudencia más justa la errónea
aplicación de este principio, determinando que la mujer que
hubiere contraído matrimonio puede reconocer a sus hijos
naturales, derecho que también corresponde a los menores
en edad de casarse,
CAPITL'LO II
De los hijos adulteninoa e incestuosos
Este breve capítulo contiene, sin embargo, modificaciones
importantes, Equiparamos el hijo adulterino o incestuoso
reconocido, al hijo natural, con todas las ventajas
económicas y sociales que ello reporta: seguimos la orientación
general de las leyes de otros países. En un nuevo artículo
resolvemos el caso particular que nos afecta, en lo que
hace a los hijos nacidos de matrimonios celebrados en el
extranjero contrariando las normas sobre indisolubilidad
del vínculo y consideramos que tendrá el efecto de un
reconocimiento, la inscripción de esos hijos realizada por
los padres en el Registro Civil.
Finalmente, se determina que los fallos definitivos que
declaren la existencia o inexistencia de la filiación natural.
adulterina o incestuosa, en pleitos seguidos con parte legítima,
reconocen un estado y producirán efectos contra todos.
TITGLO III
De la adopción
Este título no fig-uraba en e'l Código, ni en la obra ti!'
Bibiloni. Hemos incorporado el viejo principio romano de la