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DE LA FILIACiÓN LEGÍTIMA 61
y por lo tanto, de su falta de derecho. Asimismo se dispone
que si la acción no fuere intentada dentro del año de la
muerte del hijo, se extinguirá la de petición de herencia que
corresponde a los herederos de aquél.
Otro artículo se refiere a la prueba de la filiación, indicándose
cómo ésta puede ser justificada. Se establece
así una enumeración de las circuntancias más cor-rientes.
que no es taxativa. Luego se refiere el Proyecto a los testigos,
que únicamente se admiten en casos bien determina.
dos, y aun así, se expresa que será indispensable el principio
de prueba por escrito, o que las presunciones resuítautes
de los hechos demostrados por otros elementos, sean
suficientemente graves para determinar sn aceptación.
Por fin, de acuerdo con Bibiloni, se decide que en las
causas de desconocimiento de la paternidad, cuando se reclame
o impugne la filiación, la existencia o inexistencia
de relaciones jurídicas, originadas en la filiación legítima.
deberá citarse personalmente a todos los heredero!'; y a lo'>
ascendientes y descendientes más próximos de los padres en
cada línea, a fin de qne puedan intervenir en tales juicios
y ello con el propósito de que la sentencia firme que recayere,
pueda oponerse contra todos, con economía de tiempo,
y para ahorrar las intranquilidades que esta clase de acciones
siempre traen consigo.
CAPITULO II
De la legitimación
Substituímos el art , 311 del Código, por otro más
preciso que sc refiere tanto a los hijos naturales como a
aquéllos adulterinos o incestuosos que puedan ser legitimados.
Respecto de los primeros, declaramos 'Que la legitimación
se opera por el subsiguiente matrimonio de los padres yacer.
ca de los segundos, por uno putativo. También se amplía el
alcance del texto, para comprender el supuesto de un casamiento
que legitimará al hijo adulterino, si a la época de
la concepción uno de los padres ignoraba la existencia de
unión legítima subsistente respecto del otro.