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42 LIBRO 11. SECCiÓN l. TÍTULO I
La embriaguez habitual y la toxicomanía tenían en el
Anteproyecto las mismas consecuencias que la insania. Por
razones de método, la Comisión ha formado con ellos un inciso
aparte. Nos fundamos en que interesa al cónyuge alegar
la interdicción, ya que por ese estado no pudo expresar válidamente
su consentimiento, en tanto que en los otros supuestos,
quien contrajo matrimonio con el ebrio o toxicómano
habitual, será quien tenga interés en invocar esa causa.
El capítulo, por fin, prevé la situación de los menores
que se casaron sin estar autorizados, y permite al juez que
les fije una cuota mensual a tomarse de la renta líquida de
los bienes de aquéllos, o del capital, si fuese necesario.
CAPITULO III
De las diligencias previas
:SaIYo las modificaciones de forma y la metodización de
la materia, pocos cambios de fondo aparecen en lo que
atañe a las diligencias previas. Colocamos en este número,
el referente a la obligatoria publicación del matrimonio, que
no impone la ley actual, requisito que como es lógico, cede
ante el caso de peligro de muerte de alguno de los contrayentes.
Conviene destacar también que nos hemos apartado del
Anteproyecto y que, coincidiendo con el espíritu que otras
veces se manifestara ya en el Código. acordamos más ingerencia
a la autoridad en los asuntos que se refieren al derecho
de familia, y así se establece que aun cuando los padres
se opongan al matr-imonio, corresponderá a los jueces resolver
si tal actitud es o no fundada. Al mismo tiempo, se faculta
al magistrado para suspender por un plazo prudencial
su decisión al respecto.
Siguiendo a Bibiloni, se ha eliminado el distingo de la
ley actual, que tenía en cuenta si el padre gozaba o no del
usufructo. Asimismo se modifica el texto, en cuanto no se
limitan las causales de oposición que puedan invocar los
padres.