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DE LA NULIDAD DE LOS ACTOS JURíDICOS 23
La representación termina con la causa que la originó
o de la cual deriva, debiendo restituirse al representado los
instrumentos que la acreditan, sin que pueda hacerse valer
ningún derecho de retención. Respecto de terceros, es menester
que hayan sabido o debido saber dicha terminación;
de lo contrario, los actos del representante -aún ulteriores-
obligan al comitente.
La Comisión agregó un artículo que extiende a todos
los supuestos de representación -n('cesaria o voluntaria-slas
reglas del presente título, con reserva de lo establecido
al legislar particularmente para cada una de ellas; debiendo
aplicarse en subsidio las normas del mandato.
CAPITULO II
De la autorización y de la aprobación
En este capítulo incluimos aquellas figuras jurídicas
que exigen la venia, ya de las autoridades que vigilan a lo.,
representantes necesarios, ya de quienes compete permitir
el acto, sea en fin, del titular de los derechos o bienes, de los
cuales se hubiere dispuesto sin título.
El asentimiento del tercero puede preceder al negociado,
y se llamará entonces, autorización; o bien seguirlo, supuesto
en que lleva el nombre de ratificación, t'UYO efecto retrotrae
a la fecha en que el acto fué celebrado.
Generalizamos además, la norma del art. 1330 del Código
Civil, relativa a la venta, pues no hay motivos para
limitarla a esa única hipótesis.
TITULO V
De la nulidad de los actos jurídicos
El Anteproyecto conserva la doble clasificación que Vélez
tomara de Freitas. También introduce las reformas tendientes
a evitar las confusiones que han tornado tan obscura
esta materia, difícil y ardua en todos los códigos.