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XXXIV
carrera del derecho, y aun para los profanos al presentar en
forma clara, accesible y metódica, las reglas objetivas en materia
tan fundamental.
El trabajo que elevamos a V. E., con ser más comprensivo
en su contenido que el Código que nos rige, dispone su
materia como se ha dicho, en sólo dos mil ciento cuarenta y
cuatro artículos. No hemos deseado, sin embargo, que la concisión
fuera su única característica. Hemos querido que todos
sus preceptos trasunten las ideas fundamentales que nos
guiaron: hacer un cuerpo armónico de ley, donde los derechos
obtengan siempre la mayor seguridad y cuyos principios respondan
al ritmo de las necesidades actuales, para coordinarlas
con espíritu flexible, y lograr así una convivencia más justa.
Sobre todo ello, y con desmedro a veces, de la autonomía de
la voluntad y de la soberanía de los contratos, hemos deseado
que nuestro Código respire un ambiente de menos individualismo,
dc mayor ética y solidaridad colectiva. Es así como los
principios de la buena fc y los sentimientos de humanidad,
inspiran constantemente las normas contractuales, a fin de
limitar facultades que nos parecieron excesivas o de permitir
que surjan nuevos derechos antes desconocidos. Y si con
explicable prudencia, no hemos llegado a formular dcfinitivamente
las teorías más novedosas, ello no nos ha impedido
recoger las aplicaciones particulares, ampliando las que halláramos
en el Código, para completarlas con aquellas que
nos parecieron más justificadas.
Faltaríamos a un deber de justicia, si al terminar este
preámbulo, no dejásemos constancia del eficaz concurso que
en todo momento nos prestó el secretario Dr. Ricardo E. Rey,
tanto en las actas de las sesiones plenarias, como al secundar
en sus tareas al comité redactor, y al corregir por último, la
impresión de los trabajos.
Dios guarde al señor Ministro.
ROBERTO REPETTO
RODOLFO RIVAROLA HÉCTOR LAFAILLE
ENRIQUE l\IARTfNEZ PAZ GASTóN FEDERICO TOBAL
RICARDO E. REY
(Secretario)