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DE LOS ALBACEAS
TITULO VII
De los albaceas
Como en nuestro concepto, este cargo no debe ser desempeñado
por menores emancipados, ni por aquellas personas
que no pueden recibir mandas del causante, así lo consignamos
al comienzo del título.
De acuerdo con el Anteproyecto, autorizamos ampliamente
al testador para conferir a su albacea todo género de
facultades. Aparte de que ello es conveniente para el fiel
cumplimiento de la voluntad expresada y para la mejor liquidación
de los bienes, los herederos disponen de los medios
para fiscalizar la gestión del ejecutor. Se establece, además,
que éste no podrá hacer pagos o deducir demandas sin
la conformidad de aquéllos; que les deberá cuenta de su
cometido y que podrá incurrir en responsabilidad o ser exonerado
por incompetencia, incuria, mala conducta o si cayere
en concurso. También disponemos que tanto los herederos
como los legatarios, podrán exigir garantías en caso de justo
temor sobre la seguridad de los bienes, y que aun los primeros
estarán facultados para rehusarse a la entrega de los
fondos para el pago de las mandas, cuando se perjudicaren
sus legítimas.
Fijamos en un año el término para que el albacea realice
la misión encomendada por el testador. El juez podrá
ampliar ese período, si hubieren surgido dificultades graves.
La remuneración del ejecutor testamentario será fijada
por los tribunales, si no resultare del testamento.
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