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184 LIBRO IV, SECCIÓN 11, TÍTULO XI
han sufrido variantes de colocación y de forma. Acerca del
3202, hemos dispuesto en el caso de que se hubieran otorgado
letras o pagarés por el importe de la deuda, y éstos se
hallaren registrados, que al pedir la cancelación de la hipoteca,
el deudor deberá entregar al registrador las letras o
pagarés, para que aquél los archive, haciendo constar en
ellos que representan el importe íntegro de la deuda hipotecaria.
Como es fácil advertirlo, este nuevo requisito constituye
una precaución, ya que con el archivo de los papeles queda
justificada la extinción de la deuda. También se prevé que
las letras o pagarés sólo representen parte de aquélla. El
texto decide entonces, que la hipoteca no se cancelará, pero
determina que el registrador que los reciba deberá anotar
el valor de ellos en la. inscripción inicial, imponiéndole el
deber de archivarlos.
TITULO XI
De los Censos
La Comisión ha aceptado la reforma del Anteproyecto,
introduciendo un título bajo este epígrafe.
El primer artículo indica que tales censos se aplicarán
a inmuebles que continúan en poder del deudor, y que ellos
sólo podrán consistir en el pago periódico de cierta suma de
dinero, ya por término fijo, ya por la vida del titular, pero
dentro de un plazo que no podrá exceder de cuarenta años.
El precepto termina indicando que los censos deberán inseribirse
como las hipotecas, y que les serán aplicables las demás
reglas relativas a ellas, en cuanto no estuvieren modificadas
en este título.
Acerca de la inscripción, se exige que conste la cantidad
del gra vamen, preser-ibiéndose que las partes deberán
establecerla. Para el caso de que en un censo constituído por
testamento, se hubiera omitido dicha suma, se resuelve que
se inscribirá la que resulte de la capitalización de la renta
en el año, calculada al tipo de interés que cobra a sus deudores
el Banco Hipotecario Nacional.