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164 LIBRO IV. SECCiÓN 11, TíTULO VI
CAPITULO IV
Del condominio de los muros, cercas y fosos
Esta materia tan engorrosa en el Código, y por ello
fuente de contínuas .r encontradas interpretaciones, ha sido
expuesta y dividida con más claridad. Con este fin, voluntariamente
dehimos apartarnos de nuestra norma, fijando
definiciones. Tal conducta la justifica la materia, en cierto
modo municipal. Por otra parte. las más de las veces nos hemos
limitado a puntualizar conceptos, que aun cuando no muy
claros, aparecían PI1 1'1 Código.
Estudiamos sucesivamente los muros exclusivos en las
tres hipótesis en que pueden presentarse (levantamiento en
terreno propio y los dos casos de abandono que se especifican),
luego el muro común ya originario en tal carácter
ya porque lo tomó al perder el de exclusivo que tuviera en Sil
comienzo, y por fin, el muro a la VP7. común y medianero,
aclarándose bien que toda pared levautada en la banda
colindante de las dos heredades es siempre común, y que la
medianería importa sólo un crédito a favor del vecino que
tenga derecho a cobrarlo.
Al aceptar esta doctrina y sentarla definitivamente
bemos pensado que nos ajustábamos a los principios generales
que gobiernan el dominio y la accesión, y también que
de esta suerte podían resolverse con más lógica y equidad.
las situaciones que suelen presentarse,
Tratadas las clases de muros, la división de la materia
obedeció a este pian: adquisición de la medianería j casos
en que se presume esta última j facultades de cada condómino;
reparaciones y reconstrucciones de paredes medianeras;
cerramientos de propiedades rurales, y por fin, inscripción
de la medianería en el Registro. natural «onsecuencia
del sistema adoptado. Hacemos extensivo este requisito
al abandono, y decidimos que en los casos de cons-