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152 LIBRO IV, SECCIÓN 11, TÍTULO 11I
artículo que prohibe al propietario impedir a otro el uso de
su cosa, cuando le fuere indispensable al segundo para evital'
un peligro actual, incomparablemente mayor que el daño
que sufra con ('110.
También traduce nuestro Proyecto otra idea fundamental
que nos guiara: evitar en lo posible que la propiedad resulte
gravada o sujeta a condiciones o términos. De ahí,
que luego de reproducir las prohibiciones contenidas en los
arts. 2614 y 2617 del Código, trasladados del título "De
las restricciones y límites del dominio" y concretadas en un
solo artículo, cstablezcamosque las condiciones resolutorias.
que permitieran resolver el dominio a voluntad del propietario
enajenante, han de entenderse limitadas al término de
cinco años, aunque no pudiera realizarse el hecho previsto,
dentro de aquel plazo, o éste sea mayor o incierto, Fijarnos
también igual término para los fideicomisos simples, y determinamos
que las prohibiciones de enajenar y las cláusulas
de no poder ser vendidos los bienes en caso de ejecutarse por
deudas, se tendrán como no escritas, y el dominio por definitivo
desde su constitución.
El capítulo contiene un precepto en el cual se han reproducido
en orden lógico los arts. 2520 y 25H), pero
corrigiendo el último para evitar la doctrina equivocada
que él contenía. Así no decimos que las construcciones, plantaciones
y obras existentes en la superficie se presumen hechas
por el propietario, y que a él le pertenecen si no se
probare lo contrario. Nuestro texto dispone que ellas corresponden
al propietario, sin admitir prueba en contra, sin
perjuicio del derecho de los usufructuarios y locatarios y
de las indemnizaciones que procedan a favor de tercero, se·
gím las reglas de este Código
Acerca de la expropiación, podrá notarse el cambio que
nuestro artículo introduce con respecto al correlativo del CIIdigo.
Decimos en vez de la clásica fórmula de Vélez (nadie
puede ser privado de su propiedad) "nadie puede ser privado
del dominio o de alguna de sus facultades", etc. Con ello,
hemos querido enunciar el principio con más flexibilidad,
previendo no sólo la expropiación de la cosa que legisla el
Código, sino también la que pueda establecerse limitada al
uso y goce considerados como desmembraciones del derecho