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148 LIBRO IV, SECCiÓN 1, TÍTULO IV
Se determina luego qué poseedores no pueden ser protegidos,
y se metodizan en un solo texto las normas con arreglo
a las cuales, el turbado o desposeído que tuviere derecho
a poseer, podrá intentar la acción in rem que le COIllpete
o servirse de las acciones posesorias.
Una modificación del Proyecto consiste en permitir las
acciones posesorias respecto de los muebles, excluidas por los
arts. 2487 y 2488. Con ello juzgarnos que se obtendrá
una defensa más rápida que la derivada del actual arto 2412.
El cambio de doctrina respecto de la posesión, explica
las modificaciones introducidas en el arto 2489. El nuevo
texto permite a cualquiera de los coposeedores, las acciones
posesorias contra terceros sin el concurso de los otros,
y también contra éstos, si le excluyeren o turbaren en el
ejercicio de la posesión común. Nótese que aquí no se exige,
como en el 2489, que el coposeedor manifieste pretensiones a
un derecho exclusivo sobre el inmueble. El nuestro es más
amplio, no sólo porque se refiere a todo coposeedor, sino también
porque le permite el ejercicio de la acción, siempre que
fuere excluido o turbado de hecho, sin preocuparse de que
estos actos se realicen con o sin animo dominio
Se generaliza para todas las acciones posesorias, el plazo
del año que el 2493 establece sólo para la de despojo. El
nuevo precepto decide que las acciones posesorias, se extinguirán
por no haberse deducido dentro del año siguiente al
hecho que las autorizare, añadiendo corno otra causa de extinción,
la sentencia firme posterior a los hechos, siempre
que decidiere que al autor de ellos le asistía un derecho sobre
las cosas. susceptible de facultarle para exigir el restablecimiento
de la posesión.
Se acuerdan las acciones posesorias a favor de quienes
posean partes materiales de una cosa, como también a los
poseedores mediatos, quienes podrán ejercerlas por hechos
producidos contra el poseedor inmediato. Por fin, se puntualiza
el carácter sumario del juicio, disponiéndose que la sentencia
se tendrá por definitiva, salvo el derecho de las partes
para intentar las acciones reales que pudieren corresponderles.
Con ello pondremos término a la discusión doctrinaria,
acerca de si existen una o dos instancias en materia
posesoria.