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XVIII
yecto, queremos destacar en este proemio, las modificaciones
de mayor trascendencia.
En primer lugar, hemos establecido, siguiendo a Bibiloni,
una parte general, según lo hacen con criterio lógico
los códigos alemán y del Brasil. Nos apartamos así, de lus
antiguos modelos que siguiera Vélez al dividir su obra. La
sistematización produce ventajas manifiestas: aparecen reunidos
en esa parte general, principios que el Código presentía
o aplicaba en un campo, reducido por lo común, al
de las obligaciones o contratos. Con este criterio, las modalidades
de los actos jurídicos no habrán de referirse ya,
tan sólo a las primeras, ni la prueba a los segundos. Los
elementos inherentes a toda relación jurídica, figuran así,
reunidos y clasificados, con un alcance y un vigor más eficaces.
El primer libro comprende después del estudio sobre
las personas, que ya tratara Vélez en igual orden dentro de
su Código, la sección segunda correspondiente a los bienes.
En ella, luego de disposiciones comunes acerca del patrimonio,
se legislan el dominio público y el privado, y en un
título nuevo, el bien de familia, que no figura en el Anteproyecto.
En la sección tercera se estudian los hechos, los
vicios de la voluntad (error, dolo, fuerza y temor) los actos
jurídicos, sus formas, la simulación, las modalidades, la representación,
la nulidad y la confirmación, y termina con
una serie de preceptos sobre el modo de extinguirse las relaciones
jurídicas. La cuarta, trata del ejercicio y prueba de
los derechos, y la quinta, de la prescripción.
Tal es el contenido de la parte general, que también se
caracteriza por otra novedad, tomada del Anteproyecto y que
conviene destacar: la reglamentación de los principios procesales,
que por su naturaleza deben incluirse dentro de
una ley nacional. Los derechos garantizados por la Constitución
y los códigos podrían alterarse, y aun quedar prácticamente
suprimidos, si las acciones que los protegen y los
medios indispensables para demostrarlos en juicio, llegaran
a depender exclusivamente de las provincias. Con el sistoma
propuesto, se completa pues, lo que es propio del Código
Civil, que ha legislado parcialmente sobre el punto, y se
imprime a esta materia la unidad de que hoy carece pOI' el
motivo señalado. De paso. generalizamos preceptos, que hoy