23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

para la victoria. De un adversario, en buena ley, la palabra que daña pue<strong>de</strong> en principio<br />

<strong>de</strong>scartarse; pero no lo que dice a su pesar y a su pesar favorece. Aun <strong>de</strong>sasido <strong>de</strong>l mando<br />

supremo <strong>de</strong>l ejército, el paladín sin ventura se preocupaba por nuestro común <strong>de</strong>stino y,<br />

sobre el terreno por él escogido, daba la última lección <strong>de</strong> triunfo” 23 .<br />

El resultado <strong>de</strong>l proceso fue, pues, <strong>de</strong>sfavorable para los dos fines perseguidos por Santana:<br />

sirvió para enaltecer y no para <strong>de</strong>shonrar a Duvergé, y arruinó, por otra parte, la pretensión<br />

<strong>de</strong> convertir a Pedro Santana en el artífice <strong>de</strong> la victoria con que se coronó la campaña <strong>de</strong> 1849.<br />

La Batalla <strong>de</strong> Las Carreras, en efecto, no fue una hazaña comparable, como han pretendido<br />

los galanteadores <strong>de</strong>l déspota, al Paso <strong>de</strong> los Alpes, ni fue un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> estrategia semejante<br />

a los <strong>de</strong>l artista que trazó las campañas <strong>de</strong> Italia; y si lo fue, el genio militar a quien hay que<br />

atribuir esa proeza no se llama Pedro Santana sino Antonio Duvergé.<br />

El confinamiento<br />

La absolución <strong>de</strong> Duvergé provocó, como era <strong>de</strong> esperarse, la ira <strong>de</strong> Santana. Para calmar<br />

su cólera, el Presi<strong>de</strong>nte Báez accedió a confinar al héroe en El Seibo <strong>de</strong> acuerdo con uno <strong>de</strong><br />

los procedimientos favoritos implantados por el propio Santana, inventor, entre otros excesos<br />

extravagantes, <strong>de</strong>l artículo 210 <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> San Cristóbal, <strong>de</strong> la pena capital para el<br />

<strong>de</strong>lito <strong>de</strong> hurto 24 , <strong>de</strong> la retaliación política, <strong>de</strong>l continuismo en el po<strong>de</strong>r, <strong>de</strong> los fusilamientos<br />

sumarios y <strong>de</strong> las Comisiones Militares.<br />

Durante 6 años sufrió el prócer la afrenta y la angustia <strong>de</strong> ese ostracismo forzoso. La<br />

entereza propia <strong>de</strong> su carácter militar se sobrepuso, sin embargo, al dolor que ha <strong>de</strong>bido<br />

<strong>de</strong> producirle esa permanencia impuesta en una sociedad en don<strong>de</strong> <strong>de</strong>bía sentir a toda<br />

hora, como una cruel vejación, la <strong>de</strong>sagradable presencia <strong>de</strong> Santana. Pero precisamente<br />

el sitio fue escogido por su propio verdugo para mantenerlo más estrechamente vigilado<br />

y para hacerle al propio tiempo más incómoda la pena que le hizo imponer no obstante<br />

haberse reconocido su inocencia en juicio contradictorio. Un confinado era entonces, como<br />

lo fue <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los tiempos <strong>de</strong> Arísti<strong>de</strong>s, un sospechoso. La tacha que pesa sobre su nombre,<br />

como el estigma colocado por la justicia <strong>de</strong> la antigüedad sobre las puertas <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s<br />

malditas, crea en torno suyo una zona <strong>de</strong> <strong>de</strong>sconfianza y <strong>de</strong> silencio. La condición <strong>de</strong>l<br />

héroe <strong>de</strong>sterrado en su propia patria, se hacía naturalmente más dura en El Seibo, se<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> la hegemonía <strong>de</strong> Santana cuyo capricho era una ley reconocida y acatada en aquella<br />

sociedad <strong>de</strong> hombres <strong>de</strong>dicados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los días <strong>de</strong> la colonia al pastoreo y a la crianza <strong>de</strong><br />

caballos <strong>de</strong> raza.<br />

Duvergé, reducido a la pobreza por la saña con que se le alejó <strong>de</strong>l Sur, escenario no sólo<br />

<strong>de</strong> sus triunfos sino también centro durante largos años <strong>de</strong> sus activida<strong>de</strong>s y <strong>de</strong> sus mo<strong>de</strong>stas<br />

posesiones agrícolas, vive durante ese tiempo en espera <strong>de</strong> un cambio favorable en<br />

la situación política. El prócer no es un político, y a su repugnancia por esa actividad <strong>de</strong>be<br />

precisamente la <strong>de</strong>sgracia que se abate sobre su vida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que el ejército <strong>de</strong> que formó parte<br />

se amotinó para <strong>de</strong>sconocer al gobierno legítimo. Pero su única esperanza <strong>de</strong> rehabilitación<br />

resi<strong>de</strong> ahora en el eclipse <strong>de</strong> la hegemonía política que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1844 ejerce su verdugo sobre la<br />

23 Véase El Proceso <strong>de</strong> Duvergé, La Nación, Santo Domingo, 16 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1944.<br />

24 El 16 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1851, durante la primera administración <strong>de</strong> Buenaventura Báez, fue votada una ley que<br />

<strong>de</strong>rogó el <strong>de</strong>creto que el 6 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1847 hizo aprobar Santana y en virtud <strong>de</strong>l cual se estableció la pena <strong>de</strong> muerte<br />

para el <strong>de</strong>lito <strong>de</strong> hurto.<br />

956

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!