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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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JOAQUÍN BALAGUER | EL CENTINELA DE LA FRONTERA<br />

Pero Duvergé, convertido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el 27 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1844 en el centinela <strong>de</strong> las fronteras,<br />

vigilaba noche y día al enemigo y mantenía en permanente estado <strong>de</strong> alerta las tropas bajo<br />

su mando. El incansable servidor <strong>de</strong> la República no se <strong>de</strong>smonta <strong>de</strong> su caballo durante los<br />

años 1845 a 1848. El Duvergé <strong>de</strong> esta época es una especie <strong>de</strong> Cid indígena que cabalga sin<br />

cesar por tierras <strong>de</strong> las fronteras haciendo a los haitianos una guerra santa como la que el<br />

Campeador hizo a los moros. Los testigos que <strong>de</strong>pusieron ante el Consejo <strong>de</strong> Guerra que lo<br />

juzgó en 1849, expusieron bajo la fe <strong>de</strong>l juramento que el héroe dormía poco en este tiempo y<br />

que se excedía en la vigilancia y en la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la heredad confiada a su celo <strong>de</strong> soldado.<br />

El propio Duvergé asume personalmente, cuando se lo permiten las obligaciones <strong>de</strong> su cargo<br />

como Comandante en Jefe <strong>de</strong> los Ejércitos <strong>de</strong>l Sur, la dirección <strong>de</strong> todas las acciones <strong>de</strong> guerra que<br />

se <strong>de</strong>sarrollan entonces para repeler las excursiones que esporádicamente realizan sobre el territorio<br />

nacional las brigadas constituidas para preparar las futuras invasiones haitianas. En mayo <strong>de</strong><br />

1846 se puso al frente <strong>de</strong> un regimiento compuesto <strong>de</strong> soldados curtidos en las luchas fronterizas<br />

y <strong>de</strong>sbandó a la guarnición haitiana que se había posesionado <strong>de</strong> Font Verrett para introducirse<br />

en territorio dominicano. Simultáneamente con esta operación <strong>de</strong> limpieza, se consumó otra<br />

<strong>de</strong>l mismo género, confiada por Duvergé a uno <strong>de</strong> sus más intrépidos oficiales: el Coronel Fernando<br />

Taveras, héroe <strong>de</strong> Hondo Valle, quien se apo<strong>de</strong>ró <strong>de</strong> Petitrú <strong>de</strong>salojando las avanzadas<br />

haitianas que habían intentado establecerse en las inmediaciones <strong>de</strong>l lago Enriquillo.<br />

El regimiento <strong>de</strong> Neyba, encabezado por el General Francisco Sosa, atacó también, el 28<br />

<strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1846, a las fuerzas haitianas atrincheradas en la loma <strong>de</strong> Gober, reducto fortificado<br />

<strong>de</strong> difícil acceso don<strong>de</strong> perdieron la vida, entre otros audaces soldados <strong>de</strong>l ejército <strong>de</strong>l Sur, el<br />

Capitán Marcos <strong>de</strong> Medina y el Teniente Rafael Aybar, fulminados por la metralla enemiga<br />

cuando se acercaban arma en mano a los fosos <strong>de</strong> la fortaleza. El soldado <strong>de</strong>l regimiento <strong>de</strong><br />

Neyba, Dámaso Reyes, gravemente herido en la acción, fue trasladado a Puerto Príncipe, <strong>de</strong><br />

don<strong>de</strong> logró escaparse seis meses <strong>de</strong>spués para reincorporarse a las tropas dominicanas.<br />

El advenimiento a la Presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Haití <strong>de</strong>l General Jean Baptiste Riché, sucesor <strong>de</strong> Pierrot,<br />

puso fin momentáneamente a la guerra virtual existente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía tres años entre los<br />

dos pueblos. Durante este corto paréntesis cesan las hostilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las fronteras, y Duvergé,<br />

sin abandonar su cargo como Comandante en Jefe <strong>de</strong> los Ejércitos <strong>de</strong>l Sur, distrae parte <strong>de</strong> su<br />

tiempo para <strong>de</strong>dicarlo a las activida<strong>de</strong>s agrícolas que habían ocupado su atención hasta que<br />

empuñó las armas para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r en los campos <strong>de</strong> batalla el i<strong>de</strong>al separatista proclamado el<br />

27 <strong>de</strong> febrero. En esos días en que alternaba los <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> la vida militar con los <strong>de</strong> la vida<br />

privada, le fue <strong>de</strong>nunciada la supuesta connivencia con el enemigo <strong>de</strong> dos <strong>de</strong> sus más bravos<br />

oficiales, el Teniente Coronel Lino Peralta, Comandante <strong>de</strong>l 2º Batallón <strong>de</strong>l “Regimiento Matas”,<br />

y el Capitán Pedro Florentino, perteneciente al cuerpo <strong>de</strong> caballería <strong>de</strong> esa misma sección<br />

<strong>de</strong>l ejército sureño. En la sombría confabulación aparecía también mezclado el nombre <strong>de</strong> un<br />

oscuro soldado <strong>de</strong>l escuadrón <strong>de</strong> caballería <strong>de</strong> Las Caobas, Bruno Sayas. La intervención <strong>de</strong><br />

Duvergé en el proceso instruido a los presuntos culpables, fue <strong>de</strong> una rectitud inmaculada.<br />

El hecho <strong>de</strong> que la política no se hallara mezclada en la <strong>de</strong>nuncia, y <strong>de</strong> que su influencia no<br />

gravitara sobre la potestad <strong>de</strong> los jueces elegidos para juzgar a los reos en consejo <strong>de</strong> guerra,<br />

permitió que se hiciera limpiamente justicia y que a los prevenidos se les garantizara con<br />

absoluta imparcialidad el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> establecer su inocencia. El tribunal militar, reunido<br />

en el cuartel general <strong>de</strong>l ejército <strong>de</strong>l Sur en las Matas, fue presidido por Valentín Alcántara,<br />

Jefe <strong>de</strong>l Regimiento Azuano, a quien el <strong>de</strong>stino reservaba la misma prueba y sobre cuya<br />

cabeza <strong>de</strong>bía pesar también la misma acusación <strong>de</strong>shonrosa. El Capitán Juan Cáceres,<br />

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