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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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JOAQUÍN BALAGUER | EL CENTINELA DE LA FRONTERA<br />

Estrelleta<br />

El ejército haitiano, el cual había pernoctado en la margen <strong>de</strong>recha <strong>de</strong>l río Matayaya, ocupó<br />

al amanecer <strong>de</strong>l 17 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1845 los cerros que señorean la sabana <strong>de</strong> Estrelleta.<br />

El general <strong>de</strong> división José Joaquín Puello, con fuerzas numéricamente inferiores, se<br />

aprestó al combate marchando hacia las posiciones ocupadas por el enemigo con sus tropas<br />

dispuestas en dos gran<strong>de</strong>s columnas: la <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha, integrada por seis batallones, se<br />

dirigió por el camino <strong>de</strong> “Los Jobos” bajo las ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> los coroneles Valentín Alcántara y<br />

Bernardino Pérez; y la <strong>de</strong>l ala izquierda, compuesta igualmente <strong>de</strong> seis batallones curtidos<br />

en la larga lucha <strong>de</strong> dos años para mantener la integridad <strong>de</strong> las fronteras, marchó a su vez<br />

por el camino <strong>de</strong> Comendador bajo el mando directo <strong>de</strong>l general en jefe.<br />

El ejército invasor, apercibido para el ataque, se había situado en las alturas que bor<strong>de</strong>an<br />

la sabana, con las dos únicas gargantas que permiten el acceso a esa ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> colinas po<strong>de</strong>rosamente<br />

bloqueadas por varias piezas <strong>de</strong> artillería y con un cuerpo <strong>de</strong> lanceros a caballo<br />

que ocupaba el llano en actitud <strong>de</strong>safiadora. Eran las ocho <strong>de</strong> la mañana cuando ambos<br />

ejércitos se avistaron y sus vanguardias entraron en acción. Después <strong>de</strong> la señal dada por la<br />

columna <strong>de</strong>recha bajo las ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> Valentín Alcántara, las tropas dominicanas iniciaron<br />

las cargas con incontenible impetuosidad sobre las dos salidas en que los jefes haitianos<br />

habían emplazado su batería <strong>de</strong> campaña.<br />

Impaciente por dar comienzo a la lucha, el propio caudillo <strong>de</strong> las tropas libertadoras se<br />

mezcló entre los soldados <strong>de</strong> línea y arremetió con salvaje empuje contra el punto en don<strong>de</strong><br />

maniobraban los artilleros haitianos. La principal pieza <strong>de</strong> campaña <strong>de</strong>l general Morisset<br />

cayó en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> los patriotas, y ambas fuerzas chocaron entonces cuerpo a cuerpo en una<br />

lucha en que abundaron los lances singulares y en que el machete, nuestra arma libertadora<br />

por excelencia, hizo terribles estragos en los cuadros enemigos. El arma blanca sustituyó en<br />

esta acción la artillería. Los dos únicos cañones con que contaba la división <strong>de</strong> José Joaquín<br />

Puello no fueron utilizados porque los artilleros dominicanos, los sargentos Juan Andrés<br />

Gatón e Hilario Sánchez, tropezaron en su marcha con un arroyo <strong>de</strong> difícil acceso que no les<br />

permitió trasladar esas piezas con la oportunidad necesaria al campo <strong>de</strong> la lucha.<br />

La batalla estuvo dramatizada por una serie <strong>de</strong> episodios heroicos. El comandante José<br />

María Pérez Contreras cayó <strong>de</strong>l caballo que montaba al apo<strong>de</strong>rarse con su batallón <strong>de</strong> una<br />

pieza <strong>de</strong> artillería antes <strong>de</strong> caer asfixiado por una bala <strong>de</strong> fusil que le cortó la respiración. El<br />

sargento primero Florencio Soler, aban<strong>de</strong>rado <strong>de</strong>l batallón <strong>de</strong> Higüey, ve venir sobre él a un<br />

haitiano corpulento que le reta a duelo singular en lo más álgido <strong>de</strong> la batalla, y, sin tiempo<br />

para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse con su arma <strong>de</strong> fuego, se apoya en el asta <strong>de</strong> su ban<strong>de</strong>ra y <strong>de</strong> un tremendo<br />

salto <strong>de</strong>scarga su machete sobre su contendor, quien rueda partido en dos como un tronco<br />

cortado por el vendaval.<br />

Lorenzo Deogracia Martí, aban<strong>de</strong>rado <strong>de</strong>l 1er. regimiento, tuvo que ser reconvenido en<br />

plena batalla por el general Puello porque avanzaba con tanta impetuosidad seguido por<br />

su guardia <strong>de</strong> ban<strong>de</strong>ra, compuesta por los cabos furrieles Leo Polanco, Clemente Yépez,<br />

Juan González y Gregorio <strong>de</strong> Peña, que obligaba al batallón a que pertenecía a separarse <strong>de</strong>l<br />

resto <strong>de</strong> la brigada. El capitán Basilio <strong>de</strong> Soto, perteneciente al cuerpo <strong>de</strong> caballería <strong>de</strong> Baní,<br />

trabado en combate singular con un soldado haitiano <strong>de</strong> enorme estatura, fue salvado por<br />

José Valera, oficial <strong>de</strong>l mismo regimiento, que abatió al asaltante con la punta <strong>de</strong> su lanza.<br />

El éxito <strong>de</strong> la acción, la cual culminó, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> varias horas <strong>de</strong> lucha en que el machete<br />

reemplazó la metralla y la ferocidad <strong>de</strong>l zarpazo al fuego vomitado por los fusiles, en nuevos<br />

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