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COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES mortalmente herido, fue abandonado por sus acompañantes que huyeron protegidos por la oscuridad de la noche. La excursión de Brouard sirvió de aviso del resurgimiento de las pretensiones haitianas. El hecho produjo tanta impresión en las tropas estacionadas en las fronteras, que bien pronto el rasgo del soldado dominicano que acertó a abatir con un certero disparo al oficial extranjero, corrió de campamento en campamento, popularizado en las siguientes estrofas de un poeta espontáneo: Aquí yace Auguste Brouard, bravo coronel haitiano, a quien un dominicano le dio muerte singular. Ufano quiso explorar el campo, con gran cautela, mas la alerta centinela una bala le estampó y con el tiro ganó una buena charretera. Duvergé aprovechó este incidente para reforzar las avanzadas establecidas en todo el sector fronterizo y distribuir parte de las tropas que tenía disponibles en su cuartel de Las Matas de Farfán en los sitios donde las creyó más necesarias para la defensa del territorio dominicano. Pero lejos de seguir, como el general Santana, el sistema de permanecer ocioso en un cantón, el jefe del ejército del Sur inicia contra Haití, por primera vez en la historia militar de la República, las tácticas de la guerra ofensiva. Su respuesta a la acción de Brouard, fue la orden dada al general Araujo de emprender, a fines de marzo de 1845, una excursión exploratoria por las fronteras del Sur y desalojar un grupo de caballería haitiana estacionado en Volume. El coronel Gabino Puello, comandante interino del batallón de Azua, a la sazón de servicio en Comendador del Rey, dio apoyo oportunamente a las fuerzas salidas de Las Matas de Farfán, y la bandera dominicana fue colocada en lugar de la haitiana en todos los puestos fronterizos al través de los cuales podía irrumpir nuevamente el enemigo. Otra vez Cachimán La muerte del presidente Guerrier, acaecida el 15 de abril de 1845, alentó en Haití el pensamiento expansionista con la elevación al poder del general Louis Pierrot, conocido entre los dominicanos por la derrota que sufrió cuando intentó, el 30 de marzo de 1844, apoderarse de la ciudad de Santiago, al frente de un ejército de más de doce mil granaderos. El nuevo mandatario, quien llegaba al poder proclamando el dominio sobre la isla de la raza africana, empezó inmediatamente a prepararse para invadir la parte del Este. Su primer empeño se dirigió contra Cachimán cuya posesión se consideraba indispensable para el buen éxito de cualquier invasión por el Sur del territorio dominicano. Esa posición llave fue tomada por sorpresa y luego poderosamente reforzada. Alrededor del fuerte primitivo se levantaron dos nuevas fortificaciones para dificultar el acceso a aquel cinturón de defensas naturales. 916

La captura de Cachimán sirvió de pretexto a Duvergé para movilizar todo el territorio bajo su mando y emprender la famosa campaña de 1845. El 16 de junio abandonó su cuartel de Las Matas de Farfán y se dirigió hacía las fronteras al frente de una fuerza expedicionaria escogida. La tropa, en la cual participaban muchos veteranos de la acción del 6 de diciembre de 1844, recorrió 9 leguas a marcha forzada y la noche de ese mismo día acampó en Comendador. Antes del amanecer renovaron la marcha y a las diez de la mañana ya estaban frente a las fortificaciones de Cachimán en orden de batalla. Duvergé, quien conocía bien aquel terreno, escenario de una de sus pasadas hazañas, dividió sus fuerzas en tres columnas. La primera, compuesta con milicias largamente fogueadas en la guerra del Sur, fue confiada al general Felipe Alfau, con órdenes de avanzar por los flancos y de cortar al enemigo la retirada; la segunda, al mando del teniente coronel Francisco Pimentel, atacó de frente con una pieza de artillería, y la tercera, dirigida personalmente por el general en jefe, se lanzó a paso de vencedores sobre el ala derecha de las fortificaciones haitianas. Una estrepitosa vocería salida de los bastiones en que se parapetaba el enemigo, respondió al toque del clarín al iniciarse el movimiento en triángulo de las divisiones lanzadas por Duvergé sobre las tres fortalezas. El ejército haitiano resistió la ofensiva con bravura. Todas las ventajas se hallaban de su parte y la consigna era la de sostener sus posiciones hasta la muerte. Los dragones de Duvergé lograron acercarse varias veces a las trincheras del ala derecha, poderosamente reforzadas, pero el enemigo mantuvo con firmeza sus posiciones. Al mediodía, después de dos horas de combate, el jefe del ejército expedicionario ordena cargar a la bayoneta. Las tropas de línea se lanzan al asalto y ambos bandos se entregan en las trincheras a una lucha encarnizada. El arma blanca, manejada con terrible efectividad por la tropa de Duvergé, curtida ya en esa táctica, siembra el pánico en las filas haitianas. El enemigo retrocede empujado por esa fuerza irresistible. La fuga se inicia en medio de una espantosa carnicería. Una columna, integrada por un oficial y un cuerpo de granaderos cuya valentía serena emula la de sus perseguidores, se repliega e intenta resistir; pero Duvergé carga contra ella y la rompe, la desordena, la destruye. El campo quedó cubierto de sangre. En el botín conquistado por el ejército vencedor se hallaron 100 fusiles, 3 cajas de guerra y una bandera. Las pérdidas haitianas fueron considerables. Entre los prisioneros figuraron cuatro oficiales y un médico del 32º regimiento, un oficial y un cabo del 12° regimiento y varios miembros de alta graduación de la guardia nacional de Puerto Príncipe. Algunos soldados que lograron salvarse fueron aprehendidos en la noche y al día siguiente en los árboles donde buscaron refugio en el curso de las persecuciones. La línea de Aranjuez JOAQUÍN BALAGUER | EL CENTINELA DE LA FRONTERA El sueño de Duvergé, concebido desde hacía largos años, pero renovado con más brío que nunca después de su segunda victoria en Cachimán, era restablecer la antigua línea fronteriza entre las dos naciones y llevar hasta el propio corazón de Haití sus armas victoriosas. La penetración de Haití hacia el Este había borrado prácticamente entre las dos colonias la vieja línea de demarcación fijada por el Tratado de Aranjuez de 1777 y mantenida por el acuerdo de Basilea de 1795, en virtud del cual fue cedida a Francia la antigua parte española. La República Dominicana, al constituirse en 1844 en Estado independiente, reivindicó sus derechos inalienables sobre la línea de Aranjuez. La primera constitución dominicana, proclamada solemnemente el 6 de noviembre de 1844, fijó como límites de la República, por 917

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

mortalmente herido, fue abandonado por sus acompañantes que huyeron protegidos por<br />

la oscuridad <strong>de</strong> la noche.<br />

La excursión <strong>de</strong> Brouard sirvió <strong>de</strong> aviso <strong>de</strong>l resurgimiento <strong>de</strong> las pretensiones haitianas.<br />

El hecho produjo tanta impresión en las tropas estacionadas en las fronteras, que bien<br />

pronto el rasgo <strong>de</strong>l soldado dominicano que acertó a abatir con un certero disparo al oficial<br />

extranjero, corrió <strong>de</strong> campamento en campamento, popularizado en las siguientes estrofas<br />

<strong>de</strong> un poeta espontáneo:<br />

Aquí yace Auguste Brouard,<br />

bravo coronel haitiano,<br />

a quien un dominicano<br />

le dio muerte singular.<br />

Ufano quiso explorar<br />

el campo, con gran cautela,<br />

mas la alerta centinela<br />

una bala le estampó<br />

y con el tiro ganó<br />

una buena charretera.<br />

Duvergé aprovechó este inci<strong>de</strong>nte para reforzar las avanzadas establecidas en todo el<br />

sector fronterizo y distribuir parte <strong>de</strong> las tropas que tenía disponibles en su cuartel <strong>de</strong> Las<br />

Matas <strong>de</strong> Farfán en los sitios don<strong>de</strong> las creyó más necesarias para la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l territorio<br />

dominicano. Pero lejos <strong>de</strong> seguir, como el general Santana, el sistema <strong>de</strong> permanecer ocioso<br />

en un cantón, el jefe <strong>de</strong>l ejército <strong>de</strong>l Sur inicia contra Haití, por primera vez en la historia<br />

militar <strong>de</strong> la República, las tácticas <strong>de</strong> la guerra ofensiva. Su respuesta a la acción <strong>de</strong> Brouard,<br />

fue la or<strong>de</strong>n dada al general Araujo <strong>de</strong> empren<strong>de</strong>r, a fines <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1845, una excursión<br />

exploratoria por las fronteras <strong>de</strong>l Sur y <strong>de</strong>salojar un grupo <strong>de</strong> caballería haitiana estacionado<br />

en Volume. El coronel Gabino Puello, comandante interino <strong>de</strong>l batallón <strong>de</strong> Azua, a la sazón<br />

<strong>de</strong> servicio en Comendador <strong>de</strong>l Rey, dio apoyo oportunamente a las fuerzas salidas <strong>de</strong> Las<br />

Matas <strong>de</strong> Farfán, y la ban<strong>de</strong>ra dominicana fue colocada en lugar <strong>de</strong> la haitiana en todos los<br />

puestos fronterizos al través <strong>de</strong> los cuales podía irrumpir nuevamente el enemigo.<br />

Otra vez Cachimán<br />

La muerte <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte Guerrier, acaecida el 15 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1845, alentó en Haití el pensamiento<br />

expansionista con la elevación al po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l general Louis Pierrot, conocido entre<br />

los dominicanos por la <strong>de</strong>rrota que sufrió cuando intentó, el 30 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1844, apo<strong>de</strong>rarse<br />

<strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Santiago, al frente <strong>de</strong> un ejército <strong>de</strong> más <strong>de</strong> doce mil grana<strong>de</strong>ros.<br />

El nuevo mandatario, quien llegaba al po<strong>de</strong>r proclamando el dominio sobre la isla <strong>de</strong> la<br />

raza africana, empezó inmediatamente a prepararse para invadir la parte <strong>de</strong>l Este. Su primer<br />

empeño se dirigió contra Cachimán cuya posesión se consi<strong>de</strong>raba indispensable para el<br />

buen éxito <strong>de</strong> cualquier invasión por el Sur <strong>de</strong>l territorio dominicano. Esa posición llave fue<br />

tomada por sorpresa y luego po<strong>de</strong>rosamente reforzada. Alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l fuerte primitivo se<br />

levantaron dos nuevas fortificaciones para dificultar el acceso a aquel cinturón <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensas<br />

naturales.<br />

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