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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

<strong>de</strong> la abnegación con energía aterradora. Los veinte años que pasa sepultado en el Apure o<br />

errante por las selvas <strong>de</strong>l Orinoco, bastan por sí solos para poner <strong>de</strong> manifiesto hasta qué<br />

punto llevó este visionario su <strong>de</strong>sdén <strong>de</strong>l mundo y su <strong>de</strong>sprecio <strong>de</strong> las glorias humanas.<br />

No es <strong>de</strong> seres comunes esta emotividad caudalosa. Algo extraordinario <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> haber<br />

puesto la naturaleza en esos temperamentos virginalmente sensibles. Los mismos amigos que<br />

conocieron íntimamente a Juan Pablo Duarte y a sus hermanos, se sintieron muchas veces<br />

temerosos <strong>de</strong> que la sensibilidad que cada uno <strong>de</strong> ellos poseía como un don <strong>de</strong>l cielo, los pudiese<br />

arrastrar a <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong>sesperadas. El día 25 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1845, el Padre <strong>de</strong> la Patria<br />

recibe <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Cumaná una carta don<strong>de</strong> Juan Isidro Pérez le ruega, con acento patético, que no<br />

se <strong>de</strong>je matar en el <strong>de</strong>stierro por la inanición y la melancolía: “Vive, Juan Pablo, y gloríate en<br />

tu ostracismo y que se gloríe tu santa madre y toda tu honorable familia… Mándame a <strong>de</strong>cir,<br />

por Dios, que no se morirán uste<strong>de</strong>s <strong>de</strong> inanición: mándamelo a asegurar porque esa i<strong>de</strong>a me<br />

<strong>de</strong>struye…” Sabía Juan Isidro Pérez, amigo <strong>de</strong>l fundador <strong>de</strong> “La Trinitaria” <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los días<br />

<strong>de</strong> la infancia, que Duarte era capaz <strong>de</strong> adoptar toda clase <strong>de</strong> resoluciones extremas: la <strong>de</strong><br />

no probar alimento como protesta contra la vejación que en su persona se hacía a la virtud<br />

y a la inocencia, la <strong>de</strong> <strong>de</strong>jarse invadir en tierra extraña por una tribulación excesiva, o la <strong>de</strong><br />

entregarse poco a poco a la muerte como quien pier<strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong> vivir sea por horror a<br />

la maldad <strong>de</strong> los hombres, o sea por <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> substraerse a la abyección cotidiana.<br />

La sensibilidad excesiva se encuentra en Duarte y en sus hermanos combinada con una<br />

incontenible ten<strong>de</strong>ncia al misticismo. El Padre <strong>de</strong> la Patria nació con vocación para santo.<br />

Los veinte años que pasó recluido en el <strong>de</strong>sierto como un monje en su celda, el calor apostólico<br />

que puso en sus palabras y en sus actos, su imperio sobre sí y sobre sus apetitos más<br />

naturales; su <strong>de</strong>sprecio por el po<strong>de</strong>r, pasión <strong>de</strong> <strong>de</strong>magogo vulgar o <strong>de</strong> político ambicioso; su<br />

sentido abnegado <strong>de</strong>l patriotismo, fuerza que actúa sobre él como una especie <strong>de</strong> exaltación<br />

religiosa; sus concepciones políticas, influidas por el Cristianismo hasta el extremo <strong>de</strong> que<br />

la cruz, símbolo <strong>de</strong> amor y emblema <strong>de</strong> concordia, presi<strong>de</strong> los colores <strong>de</strong> la ban<strong>de</strong>ra con<br />

que dota a la República; la fe con que sostiene sus i<strong>de</strong>as y otras muchas circunstancias <strong>de</strong> la<br />

misma índole, manifiestas tanto en su obra como en su propia vida, <strong>de</strong>muestran que hubo<br />

en el alma <strong>de</strong> Duarte algo que i<strong>de</strong>ntifica al hombre <strong>de</strong> acción con San Francisco <strong>de</strong> Asís o con<br />

cualquiera otra <strong>de</strong> esas criaturas bienaventuradas que la Iglesia ofrece a nuestra veneración<br />

en los altares. Es indudable que el santo convertido por el patriotismo en un héroe capaz<br />

no sólo <strong>de</strong> acciones abnegadas, sino también <strong>de</strong> actitu<strong>de</strong>s sublimes y <strong>de</strong> lances intrépidos,<br />

dispuso <strong>de</strong> la energía necesaria para organizar y dirigir sus milicias con el sentido épico y<br />

con el entusiasmo férreo con que formó las suyas San Ignacio <strong>de</strong> Loyola. “La Trinitaria” fue<br />

en realidad una especie <strong>de</strong> “Compañía <strong>de</strong> Jesús”, don<strong>de</strong> los admitidos <strong>de</strong>bían actuar como<br />

soldados, prestos a morir por su i<strong>de</strong>a y a participar con un invencible espíritu <strong>de</strong> sacrificio<br />

en las controversias humanas. Pero por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l combatiente, <strong>de</strong>l soldado <strong>de</strong> una causa<br />

sagrada, capaz <strong>de</strong> entrar con corazón indómito en la arena <strong>de</strong> los combates, existió en Duarte<br />

el ángel incorruptible, el ser infinitamente diáfano en quien el estiércol humano se convierte<br />

en algo tan puro como el éter ligero.<br />

Si Duarte no ingresó al sacerdocio fue sin duda porque se lo impidió su obsesión patriótica.<br />

Perdido en las selvas <strong>de</strong> Río Negro e incomunicado en el Apure <strong>de</strong> toda relación con el mundo,<br />

piensa noche y día en su país y se resiste a incorporarse a una or<strong>de</strong>n religiosa, no obstante el<br />

atractivo que sobre él ejerce la vocación sacerdotal, porque lo <strong>de</strong>tiene el presentimiento <strong>de</strong> que<br />

la República sería nuevamente víctima <strong>de</strong> la codicia extranjera. Pero la actitud que adopta en el<br />

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