23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

JOAQUÍN BALAGUER | EL CRISTO DE LA LIBERTAD<br />

los propios españoles a los cuales disgustó con su altanería, impropia <strong>de</strong> un esclavo que había<br />

solicitado para sí mismo los hierros <strong>de</strong> la esclavitud, el sedicente Marqués <strong>de</strong> las Carreras bajó<br />

a la tumba víctima <strong>de</strong> un malestar <strong>de</strong>sconocido, el día 14 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1864. Cuando cerró los<br />

ojos, acosado por los remordimientos, la victoria <strong>de</strong> la Patria, triunfante en todos los campos<br />

<strong>de</strong> batalla, parecía ya asegurada. La Provi<strong>de</strong>ncia, cuyos castigos tardan a veces, pero no <strong>de</strong>jan<br />

nunca <strong>de</strong> cumplirse con el rigor <strong>de</strong> una sentencia infalible, cobró con creces al déspota<br />

las injusticias <strong>de</strong> que hizo víctima a Duarte: perseguido por los mismos españoles, a quienes<br />

vendió la República, el verdugo <strong>de</strong>l Padre <strong>de</strong> la Patria murió como Dióme<strong>de</strong>s, <strong>de</strong>vorado por<br />

los mismos caballos a los cuales enseñó a comer carne humana.<br />

Pero juntamente con el eco <strong>de</strong> los triunfos <strong>de</strong> las armas <strong>de</strong> la Restauración, y con los<br />

<strong>de</strong>talles sobre el fin <strong>de</strong>sastroso y dramático <strong>de</strong>l general Santana, llegaron a Caracas otras<br />

noticias poco tranquilizadoras. Primero que <strong>de</strong> las versiones relativas a un posible abandono<br />

<strong>de</strong>l territorio dominicano por las tropas <strong>de</strong>l general La Gándara, se enteró Duarte <strong>de</strong> las<br />

discordias que, mucho tiempo antes <strong>de</strong> que volviera a conquistar plenamente su autonomía,<br />

<strong>de</strong>sgarraban al país, dividido ya en numerosas ban<strong>de</strong>rías que se disputaban el privilegio <strong>de</strong><br />

mandar sobre un suelo todavía en gran parte dominado por un ejército extranjero. Gaspar<br />

Polanco, caudillo <strong>de</strong> un motín contra el jefe <strong>de</strong>l primer Gobierno Provisorio, había manchado<br />

el i<strong>de</strong>al <strong>de</strong>mocrático <strong>de</strong> la Restauración con la sangre <strong>de</strong> Salcedo. Tomando como pretexto<br />

la inmolación <strong>de</strong> este soldado, otros capitanes gloriosos, con las carnes todavía cruzadas<br />

por las heridas <strong>de</strong> la guerra contra España, <strong>de</strong>pusieron a Polanco y formaron un triunvirato<br />

que intentó inútilmente borrar con la elección <strong>de</strong> Pimentel el origen espurio que tuvo esa<br />

reacción en los campos <strong>de</strong> “El Duro” y <strong>de</strong> “La Magdalena”. Cuando las fuerzas españolas<br />

abandonaron al fin, el 11 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1865, el territorio dominicano, la violencia revolucionaria<br />

se <strong>de</strong>sató sobre el país con energía salvaje. Los soldados que se agruparon en torno a<br />

los pabellones <strong>de</strong> la Restauración para formar, gracias al patriotismo que obró sobre ellos<br />

como una po<strong>de</strong>rosa fuerza <strong>de</strong> cohesión, una especie <strong>de</strong> familia guerrera, <strong>de</strong>sunida sólo por<br />

discordias transitorias, se transformaron al día siguiente <strong>de</strong> restablecida la soberanía en<br />

mesnadas sanguinarias que se combatieron con saña bajo la autoridad <strong>de</strong> caudillos ignorantes<br />

y ambiciosos.<br />

Duarte espera en vano en el ostracismo que el país, escarmentado por la anexión, inicie<br />

una era <strong>de</strong> normalidad civil y <strong>de</strong> convivencia <strong>de</strong>mocrática. Como en 1844, se promete a sí<br />

mismo no retornar a la República mientras en ella subsista el imperio <strong>de</strong> la violencia fratricida.<br />

Nada le apartará <strong>de</strong> su <strong>de</strong>cisión, sostenida con aquella portentosa cantidad <strong>de</strong> energía<br />

moral que puso siempre en sus resoluciones.<br />

Terminada su misión diplomática con el triunfo <strong>de</strong> la Restauración, el apóstol se refugia<br />

en la soledad, y otra vez vuelve a caer el olvido sobre su nombre y sobre su memoria.<br />

Pocos son los que en el país, entregado a la orgía revolucionaria, recuerdan a este mártir<br />

con<strong>de</strong>nado a <strong>de</strong>vorar en suelo extraño las amarguras <strong>de</strong> su proscripción voluntaria. Sólo<br />

el 19 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1875, el presi<strong>de</strong>nte González, ilusionado con el minuto <strong>de</strong> paz que el<br />

país disfruta <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l azaroso período <strong>de</strong> “los seis años”, concibe la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> llamar<br />

al ausente al seno <strong>de</strong> la Patria. “La situación <strong>de</strong>l país –escribe en esa ocasión el general<br />

Ignacio María González al apóstol– es por <strong>de</strong>más satisfactoria… Debemos confiar en que<br />

esa situación se consolidará cada día más y en que ha sonado ya la hora <strong>de</strong>l progreso para<br />

este pueblo tan heroico como <strong>de</strong>sgraciado. Mi <strong>de</strong>seo –concluye–, es que usted vuelva a la<br />

Patria, al seno <strong>de</strong> las numerosas afecciones que tiene en ella, a prestarle el contingente <strong>de</strong><br />

885

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!