23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

centavo para ese largo viaje, sino una constancia <strong>de</strong> mis honorarios escrita en el testamento<br />

ológrafo <strong>de</strong>l enfermo. El notario o el abogado <strong>de</strong>l moribundo propalaron esa noticia, quintuplicando<br />

la verda<strong>de</strong>ra cifra monetaria que yo obtendría según el referido documento.<br />

Esa mentira fue publicada en el diario más leído en el país, lo que, sin duda, hizo aumentar<br />

mi prestijio entre los pudientes, i presuntos clientes <strong>de</strong> toda categoría. Nunca obtuve ni un<br />

sólo centavo <strong>de</strong> la “herencia” que el occiso me adjudicó en vez <strong>de</strong> los honorarios que <strong>de</strong>bía<br />

cobrar por aquella labor profesional.<br />

XVI. Pediatría<br />

Mi anuncio como pediatra graduado en la Escuela <strong>de</strong> Puericultura <strong>de</strong> París dio motivo<br />

para que, repentinamente i con urjencia, el Consejo Universitario <strong>de</strong> aquí nombrara ipso<br />

facto al Dr. Rodolfo Coiscou como Profesor <strong>de</strong> Pediatría en el Instituto Profesional. Aquella<br />

premura no fue <strong>de</strong>sapercibida por nadie. Era una traba para que yo no pudiera aspirar a<br />

tal nombramiento. Mis clientes no tardaron en compren<strong>de</strong>r esa maniobra. Así fue como mi<br />

tarea <strong>de</strong> medicina infantil se hizo palpable en cantidad i en calidad.<br />

Antes <strong>de</strong> haber sido elejido Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República el Jral. Horacio Vásquez, mi<br />

viejo conocido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Cibao, envió a D. Víctor Lalane a proponerme como candidato a<br />

la Senaduría <strong>de</strong> Samaná, i trabajar ese cargo en contra <strong>de</strong> mi amigo i colega el Dr. Alberto<br />

Gautreau. No acepté dicha proposición, primero porque nunca he querido ocuparme <strong>de</strong><br />

asuntos políticos; segundo, porque durante i <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> enfrascarme en la cosa pública yo<br />

per<strong>de</strong>ría la clientela que me estaba favoreciendo i también porque el Dr. Gautreau hubiera<br />

consi<strong>de</strong>rado esa actitud mía como una falta <strong>de</strong> aprecio a su persona.<br />

Para calmar el <strong>de</strong>sagrado <strong>de</strong>l Jral. Vásquez, le sometí la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> nombrarme Director <strong>de</strong>l<br />

Laboratorio Nacional, cuyo cargo estaba vacante. Me complació no con buenas ganas. En<br />

ese puesto modifiqué varias disposiciones i sujerí algunas reformas necesarias para el mejor<br />

funcionamiento <strong>de</strong> esa oficina. A principios <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1925 un oficial <strong>de</strong> Sanidad llevó a<br />

mi <strong>de</strong>spacho muestras <strong>de</strong> arroz extranjero para ser analizadas. El resultado <strong>de</strong> una <strong>de</strong> esas<br />

pruebas la calificó impropia para el consumo. Volvieron a traerla con un pretexto fútil. Reiteré<br />

dicho examen. El resultado fue idéntico al anterior. Al otro día <strong>de</strong> enviar el oficio referente a<br />

ese último análisis recibí una comunicación <strong>de</strong> la Presi<strong>de</strong>ncia i en ese oficio gubernamental<br />

se cancelaba mi nombramiento. Fue una liberación para mí, sobre todo porque esa labor<br />

perjudicaba a mi creciente clientela.<br />

Entregué, bajo inventario, los inmuebles <strong>de</strong> ese Laboratorio. Al día siguiente publiqué en<br />

el Listín Diario los motivos que orijinaron esa <strong>de</strong>stitución. El Ministro <strong>de</strong> Sanidad respondió<br />

a mi artículo con visible irritación. No quedé complacido con los exabruptos <strong>de</strong>l Sr. Ministro,<br />

i para cerrar esa polémica inserté en dicho periódico la causa que motivó esa disposición i<br />

también publiqué, en la misma edición, un pequeñísimo anuncio en el cual yo pedía comprar<br />

cierto volumen editado por las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la recién extinta intervención americana en<br />

nuestro país. Ese, al parecer simple reclamo, terminó la <strong>de</strong>sagradable disputa que en esos<br />

días perturbó el ritmo ocupacional con mi clientela.<br />

Años <strong>de</strong>spués, D. Horacio reanudó conmigo el afable trato que me daba antes <strong>de</strong> esa<br />

disputa. Los allegados al Sr. Ministro <strong>de</strong> Sanidad, convencidos por las razones que yo tuve<br />

cuando rechacé el consumo <strong>de</strong> dicho arroz, se mostraron benevolentes para mí. Felizmente,<br />

esa poco común reconciliación todavía perdura.<br />

88

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!