23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

que surgen violentamente a la superficie cuando el peligro asoma en las proximida<strong>de</strong>s. En<br />

escala reducida, esa marcha <strong>de</strong> David y los suyos huyendo <strong>de</strong> Absalón refleja todas las horas<br />

amargas <strong>de</strong> la humanidad.<br />

Al hitita Itaí, por ejemplo, le dijo David que se volviera a Jerusalén con sus hermanos.<br />

“¿Por qué has <strong>de</strong> venir tú también con nosotros? Vuélvete y quédate con el rey, pues tú eres<br />

un extranjero y estás fuera <strong>de</strong> tu tierra y sin domicilio. Ayer llegaste, ¿y voy a hacerte errar<br />

hoy con nosotros, cuando ni yo mismo sé siquiera a dón<strong>de</strong> voy?”, dijo el rey (II Sam., 15:19<br />

al 22). Pero Itaí, como su compatriota Urías, tenía calidad; era <strong>de</strong> los que saben compartir<br />

el pan y la sal en los días buenos y la ceniza en los días malos. Así respondió Itaí a David:<br />

“Don<strong>de</strong> mi señor esté, vivo o muerto, allí estará su siervo”.<br />

Siba, el siervo <strong>de</strong> Mefibaal, salió al camino <strong>de</strong> David. Llevaba dos asnos aparejados y<br />

cargados con doscientos panes, cien colgajos <strong>de</strong> uvas pasas y un pellejo <strong>de</strong> vino. Los asnos<br />

eran para David y algunas <strong>de</strong> sus mujeres, probablemente para Betsabé, la preferida, la<br />

comida era para todos. Era una hermosa acción la <strong>de</strong> Siba puesto que acudía en socorro <strong>de</strong>l<br />

rey en el momento en que éste parecía más necesitado. Pero esa acción tenía su precio. En<br />

realidad no había hermosura sino cálculo. El había sido siervo <strong>de</strong> Saúl y sabía lo que era el<br />

po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> un rey; <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la juventud <strong>de</strong> David conocía al hijo <strong>de</strong> Isaí y estaba al tanto <strong>de</strong> su<br />

capacidad para sobrevivir a la sorpresa <strong>de</strong> Absalón. El ambicionaba las tierras <strong>de</strong> su señor<br />

Mefibaal, el hijo <strong>de</strong> Jonatán, que se sentaba a la mesa <strong>de</strong> David todos los días; así, cuando<br />

David le preguntó por Mefibaal respondió con estas palabras: “Se ha quedado en Jerusalén,<br />

diciendo: Hoy me <strong>de</strong>volverá la casa <strong>de</strong> Israel el reino <strong>de</strong> mi padre”. A lo que David sentenció:<br />

“Tuyo será cuanto fue <strong>de</strong> Mefibaal” (II Sam., 16:3.4).<br />

Semeí odiaba a David. Le odiaba, le temía y era capaz <strong>de</strong> amarlo y <strong>de</strong> servirlo con igual<br />

fuerza. Pues Semeí tenía una <strong>de</strong> esas almas que oscilan <strong>de</strong> un sentimiento violento a su opuesto.<br />

Semeí era <strong>de</strong> los hombres que pue<strong>de</strong>n afirmar hoy a gritos lo que ayer negaron a gritos. Probablemente<br />

él se <strong>de</strong>sconocía a sí mismo o carecía <strong>de</strong> fuerzas para gobernar su corazón, y eso le<br />

hacía colérico y agresivo en la misma medida en que podía hacerlo apegado y leal. Semeí salió<br />

también al camino <strong>de</strong> David cuando éste se acercaba a Jericó, y por tanto al terminar el primer<br />

día o al comenzar el segundo <strong>de</strong> la fuga <strong>de</strong>l rey. En viendo al rey, comenzó a apedrearle y a insultarle;<br />

le llamaba a voces sanguinario y malvado y <strong>de</strong>cía que la rebelión <strong>de</strong>l hijo era un castigo <strong>de</strong><br />

Yavé, bien merecido por David. Abisai, el hermano <strong>de</strong> Joab, quiso matar a Semeí para vengar las<br />

afrentas que le hacía a su tío y señor, pero David no le <strong>de</strong>jó. Sin embargo he aquí que ese Semeí,<br />

benjaminita, <strong>de</strong> la sangre <strong>de</strong> Saúl, que apedreó como a un perro fugitivo a David cuando huía,<br />

fue a recibirle con mil hombres cuando retornaba. En el momento en que David iba a cruzar el<br />

Jordán para volver a Jerusalén, Semeí se echó a sus pies, rostro en tierra, pidiendo perdón. A<br />

partir <strong>de</strong> ese día se le verá junto al rey; será uno <strong>de</strong> sus consejeros, tomará partido por Salomón.<br />

Pero pagará con su vida, pocos años <strong>de</strong>spués, los insultos <strong>de</strong>l camino <strong>de</strong> Jericó.<br />

Sí, cada cual actuó como en verdad era; el que ambicionaba y el que odiaba, el leal y el<br />

que temía; todos mostraron allí el fondo <strong>de</strong> su alma. Ahí está el anciano Barzilai, el alegre<br />

y rico Barzilai, que <strong>de</strong>scansa en la seguridad <strong>de</strong> sus riquezas y pue<strong>de</strong> ver la vida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus<br />

ochenta años en forma <strong>de</strong>scarnada y a la vez serena. El anciano Barzilai dio <strong>de</strong> comer a los<br />

fugitivos cuando huían en busca <strong>de</strong> los pasos <strong>de</strong>l Jordán. A su retorno, David le invitó a<br />

irse con él a Jerusalén. El alegre Barzilai se rió <strong>de</strong> la oferta, ¿pues qué podía él esperar <strong>de</strong> la<br />

vida si, según sus palabras, ya no le era fácil distinguir entre lo bueno y lo malo ni saborear<br />

lo que comía o lo que bebía ni oír la voz <strong>de</strong> los cantores y las cantoras? El no había dado <strong>de</strong><br />

790

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!