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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

¿eran en él una sola entidad manifestándose en diversas maneras, pero obedientes siempre<br />

a un sólo núcleo moral, o eran personalida<strong>de</strong>s diferentes unidas por el acontecer histórico?<br />

El Joab que recibe la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> organizar el asesinato <strong>de</strong> Urías en tal forma que parezca un<br />

acci<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la guerra, ¿no la recibió también para que asesinara a Abner? ¿Cuándo es David<br />

quien en verdad es; al pedir para Joab el flujo, la lepra, el cuchillo, el báculo y el hambre por<br />

la muerte <strong>de</strong> Abner, o al or<strong>de</strong>narle la <strong>de</strong> Urías?<br />

Como “razón <strong>de</strong> Estado”, según se diría siglos más tar<strong>de</strong>, pue<strong>de</strong>n explicarse muchas<br />

acciones en la vida <strong>de</strong> David. Pero esa or<strong>de</strong>n a Joab, provocada por el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> quitarle la<br />

mujer a su víctima, no pue<strong>de</strong> explicarse si no por corrupción y quizá, junto con ella, por el<br />

miedo <strong>de</strong> que su pecado se hiciera público. Hasta a su inteligencia, tan brillante, que pudo<br />

haberle servido para hallarle una salida sin crueldad al problema que le planteaba la preñez<br />

<strong>de</strong> Betsabé, renunció David ese día; y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, a su autoridad <strong>de</strong> rey, que le podía<br />

servir tanto en ese caso. Confundida con el miedo a Yavé, cuyos mandatos había violado, la<br />

sensualidad ahogaba el alma <strong>de</strong> David y asfixiaba todo su ser. Esa fue una hora realmente<br />

tenebrosa para él y llena <strong>de</strong> peligros para Israel.<br />

La acción en que murió Urías resultó costosa para los hombres <strong>de</strong> David, a pesar <strong>de</strong><br />

lo cual a los ojos <strong>de</strong>l rey fue beneficiosa porque entre los caídos se hallaba el marido <strong>de</strong><br />

Betsabé. Joab envió un mensajero a Jerusalén para dar cuenta <strong>de</strong> cómo se había cumplido<br />

el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> David. Dado que conocía a su tío, aconsejó al mensajero sobre la forma en que<br />

<strong>de</strong>bía hablarle. El mensajero dijo que mientras ellos asediaban la ciudad –<strong>de</strong>bía ser Rabat-<br />

Ammón– los sitiados hicieron una salida que costó mucha gente a Israel. David escandalizó.<br />

Tenía siempre en cuenta los ejemplos históricos, <strong>de</strong> manera que acudió al <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong><br />

Abimelec, el hijo <strong>de</strong> Ge<strong>de</strong>ón. Dijo así al correo <strong>de</strong> Joab: “¿Por qué os habéis acercado a la<br />

ciudad para trabar combate? ¿No sabíais que los sitiados habían <strong>de</strong> arrojar sus tiros contra<br />

vosotros? ¿Quién mató a Abimelec hijo <strong>de</strong> Joerobaal? ¿No fue una mujer, que lanzó sobre él<br />

un pedazo <strong>de</strong> rueda <strong>de</strong> molino, <strong>de</strong> cuya herida murió en Tebes? (II Sam., 11:17 al 26).<br />

El ladino mensajero le <strong>de</strong>jó hablar, y cuando replicó se guardó para lo último la noticia<br />

que haría <strong>de</strong>saparecer el disgusto <strong>de</strong>l rey. Explicó que “aquellas gentes, en más número que<br />

nosotros, hicieron una salida, pero los rechazamos hasta la puerta. Sus arqueros tiraban<br />

contra tus servidores <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo alto <strong>de</strong> la muralla, y muchos <strong>de</strong> los servidores <strong>de</strong>l rey fueron<br />

muertos; entre ellos tu siervo Urías, el jeteo, quedó muerto también”.<br />

Al oír estas palabras David se calmó como por encanto, y echando al olvido los muertos<br />

habló así al mensajero: “He aquí lo que dirás a Joab: No te apures <strong>de</strong>masiado por este asunto,<br />

porque la espada <strong>de</strong>vora unas veces a uno, otras veces a otro. Refuerza el ataque contra la<br />

ciudad y <strong>de</strong>strúyela”.<br />

Después <strong>de</strong> eso, Betsabé pasó a vivir al palacio real.<br />

El niño que llevaba en el vientre la viuda <strong>de</strong> Urías sólo iba a vivir una semana. Sin duda<br />

nació enfermo. Natán conocía el crimen <strong>de</strong>l rey, y no es disparatado <strong>de</strong>cir que mucha gente<br />

lo conocía ya, no sólo porque fueron varios los que intervinieron directa o indirectamente<br />

en su ejecución, sino porque Betsabé había pasado al harén <strong>de</strong> David, lo cual hacía públicas<br />

las relaciones entre el rey y la viuda.<br />

Natán, pues, se presentó a David para pedirle que juzgara un caso. Según le refirió Natán<br />

a David, un hombre rico quiso agasajar a un amigo que fue a visitarle, y en vez <strong>de</strong> sacrificar<br />

uno <strong>de</strong> sus animales or<strong>de</strong>nó que mataran la única oveja <strong>de</strong> un vecino pobre. “El pobre no tenía<br />

más que una sola ovejuela, que él había comprado y criado, que con él y con sus hijos había<br />

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