Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas
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COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES los sentimientos de sus personajes y se funde, de algún modo, en lo que pudo haber sido el final pesaroso de David, atenazado, como veremos, por las diferencias morales y por la muerte de Absalón. Ya entonces comenzaba y se solidificaba el imperio israelita en manos del creador de los Salmos. La mano del biógrafo Valen ahora algunos apuntes sobre los contextos que el biógrafo maneja para lograr la verosimilitud de su obra. Léase “verosimilitud” no como verdad absoluta, sino como lo que puede proporcionarnos la veracidad del hecho. No son la misma cosa. El manejo de estas categorías depende en mucho del dato de primera mano y en último caso de la imaginación del historiador, porque a fin de cuentas todo biógrafo es también un historiador, y en muchos casos un inventor de posibilidades imaginarias. No hay género más parecido a la biografía que la novela. Y en tal sentido, en puntos diversos, Balaguer y Bosch son narradores. Balaguer lo demuestra en su excelente libro de corte realista titulado Los Carpinteros, donde lo biográfico y lo imaginario juegan un papel complementario, como lo juega en muchos casos David, Biografía de un Rey, donde el escritor asume momentos de la vida de David, y reconstruye temperamentos y modelos de vida basándose en secos párrafos de La Biblia antigua, con la que se ciñe al paso de un tiempo sin calendarios claros. En el año de 1993, en el texto titulado Balaguer como Biógrafo, inserto en la obra colectiva Perfiles de Balaguer, afirmaba que, en el caso de Balaguer, “la mano del biógrafo crece en función de la penetración temática de la historia dominicana”. Balaguer publica El Cristo de la Libertad en 1950 y, la obra revelaría ya el anti-santanismo del mismo, mientras que al publicar en 1962, El Centinela de la Frontera, doce años luego, vuelve a prestar atención suma a las decisiones de Pedro Santana, efímero Marqués de las Carreras, bajo el análisis de las aberrantes condiciones en las que fueron fusilados Antonio Duvergé y su hijo Alcides, por órdenes del tirano Santana, puntos claves para entender la envidia de éste frente al adalid de éxitos que, según el propio Balaguer, serían suficientes, (según papeles que manejaría en calidad de revisor Sócrates Nolasco), para considerar a Buá Duvergé como el más destacado defensor de la independencia dominicana, el más claro líder militar de la República que se iniciara en el año de 1844. Se puede decir que Balaguer, en el caso de sus héroes nacionales, mantuvo firmes sus ideas, y que en el de Santana, prefirió por algún tiempo, hasta 1962, mantenerlas hasta la posible publicación, evitando tal vez la ira del tirano, o defendiéndose sabiamente de caer en el grupo de los desafectos, aunque nunca lo fuera. En El Cristo de la Libertad, Balaguer aboga por la presentación del martirologio de la familia Duarte, como el punto central de la biografía. Balaguer escoge el ambiente enfermizo y sofocante de la época para enmarcar de manera casi romántica momentos como el peregrinaje del muchacho de la mano de Pablo Pujol por el mundo desconocido de la Europa de la primera treintena del siglo XIX, los lacerantes destierros, las pérdidas familiares, el distanciamiento de su mundo urbano para caer, todavía fenómeno inexplicable para muchos, en las aldeas del Orinoco, convirtiéndose en un seguidor de las ideas cristianas más profundas, hasta aparecer luego dramáticamente, ofreciendo su colaboración a los restauradores, los que de manera diplomática rechazaron sus ofertas destinándolo a un extraño exilio político que terminaría llenándolo de desánimo y tristezas, prefiriendo ir a morir en suelo extranjero. 684
INTRODUCCIÓN | DOS AUTORES Y TRES BIOGRAFÍAS | ma r c I o Ve l o z ma g g I o l o El exilio bíblico Exilios y momentos de angustias parecidos a los de Duarte, se expresan con notables análisis históricos en David, Biografía de un Rey, de Juan Bosch. Para entender el ambiente en el que se movería su biografía el escritor tendría que penetrar en los viejos esquemas bíblicos, algunos de los cuales han ido cambiando en la medida en que las investigaciones documentales y arqueológicas han aportado datos precisos sobre la historia del pueblo de Israel. Fuentes básicas La fuente primordial de Bosch es La Biblia, por lo cual el dato arqueológico no aparece sino en función de fechas que son las vigentes cuando Bosch escribió su obra. Como he señalado, es a partir del 1025 antes de Cristo cuando se confirman datos y cuando la arqueología comienza a ser desentrañada y comparada. Muy posiblemente Bosch basó parte de su biografía en textos como Y la Biblia Tenía Razón, de Werner Keller, obra publicada en los años 50 del siglo pasado y lo mismo en numerosos trabajos del autor algunos traducidos al castellano, lo mismo que en Historia de Israel, de Giuseppe Ricciotti, ya editada en castellano en 1966, traducida para la editorial Miracle por Xavier Zubiri. Ricciotti había producido en los años cincuenta una importante bibligrafia en italiano, idioma que Bosch conocía, a la vez que usaba los vericuetos del sendero bíblico, casi de manera lata. Algunas de estas fuentes eran conocidas por el autor, quien escribiría su obra en el exilio, y la publicaría en 1963 en la Colección Pensamiento Dominicano. Mi impresión es la de que antes de entregar su obra a la prensa retocó la misma, y agregaría datos más recientes para un “aggiornamento”. Es indudable que el biógrafo Bosch conocía un libro temprano para el tema como lo fuera Historia del Pueblo de Israel, de Ernest Renán, puesto que el lector asume algunas de las frases de Bosch como ecos de los argumentos renanianos; asimismo debio conocer Los Hebreos, de B. K Rittey, publicado por vez primera en castellano por el Fondo de Cultura Económica de México en el año de 1956. Me parece que algunas de estas fuentes serían apoyo de Bosch en el aspecto histórico de su obra, escrita muy probablemente en los finales de la época de los años cincuenta, (recuérdese que en mayo de 1948, se declaró el Estado moderno de Israel) y que le sirvieron en gran parte para ubicar y criticar como falsos algunos hechos lógicamente tratados como realidades. Vale señalar que el tema de la historia bíblica, argumento fundamental para la justificación de la toma del territorio palestino por los judíos, abrió una larga polémica que incrementó estos estudios, como puede verse en la extensísima bibliografía de los años 50 hasta el momento actual. El ciclo de la fundación sigue siendo hoy difícil de establecer aunque se tenga la certidumbre de que la unión de las tribus que constituyeron el pueblo de Israel se logra bajo el mandato del Rey Saúl, hecho que posiblemente pudiera ubicarse hacia el 1050 antes de Cristo. La vieja concepción de la fundación y de las ascendencias contenidas en el Pentateuco, y la posible realidad de los patriarcas, Abraham, Isaac y Jacob, tienen menos datos de confirmación. Al escoger a David como figura céntrica de aquellos momentos Bosch entra realmente en la etapa gubernativa posterior a Saúl, pero sólo para justificar los hechos que dieron como resultado el poder de David, su enorme popularidad, su hábil manejo de la política y sus valores intelectuales. Es la etapa histórica con mayores visos de credibilidad desde el punto de vista cronológico, y época en la que ya aparecen personalidades de las 685
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COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />
los sentimientos <strong>de</strong> sus personajes y se fun<strong>de</strong>, <strong>de</strong> algún modo, en lo que pudo haber sido<br />
el final pesaroso <strong>de</strong> David, atenazado, como veremos, por las diferencias morales y por la<br />
muerte <strong>de</strong> Absalón. Ya entonces comenzaba y se solidificaba el imperio israelita en manos<br />
<strong>de</strong>l creador <strong>de</strong> los Salmos.<br />
La mano <strong>de</strong>l biógrafo<br />
Valen ahora algunos apuntes sobre los contextos que el biógrafo maneja para lograr la<br />
verosimilitud <strong>de</strong> su obra. Léase “verosimilitud” no como verdad absoluta, sino como lo que<br />
pue<strong>de</strong> proporcionarnos la veracidad <strong>de</strong>l hecho. No son la misma cosa. El manejo <strong>de</strong> estas<br />
categorías <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> en mucho <strong>de</strong>l dato <strong>de</strong> primera mano y en último caso <strong>de</strong> la imaginación<br />
<strong>de</strong>l historiador, porque a fin <strong>de</strong> cuentas todo biógrafo es también un historiador, y en muchos<br />
casos un inventor <strong>de</strong> posibilida<strong>de</strong>s imaginarias. No hay género más parecido a la biografía<br />
que la novela. Y en tal sentido, en puntos diversos, Balaguer y Bosch son narradores. Balaguer<br />
lo <strong>de</strong>muestra en su excelente libro <strong>de</strong> corte realista titulado Los Carpinteros, don<strong>de</strong><br />
lo biográfico y lo imaginario juegan un papel complementario, como lo juega en muchos<br />
casos David, Biografía <strong>de</strong> un Rey, don<strong>de</strong> el escritor asume momentos <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> David,<br />
y reconstruye temperamentos y mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> vida basándose en secos párrafos <strong>de</strong> La Biblia<br />
antigua, con la que se ciñe al paso <strong>de</strong> un tiempo sin calendarios claros.<br />
En el año <strong>de</strong> 1993, en el texto titulado Balaguer como Biógrafo, inserto en la obra colectiva<br />
Perfiles <strong>de</strong> Balaguer, afirmaba que, en el caso <strong>de</strong> Balaguer, “la mano <strong>de</strong>l biógrafo crece en<br />
función <strong>de</strong> la penetración temática <strong>de</strong> la historia dominicana”. Balaguer publica El Cristo<br />
<strong>de</strong> la Libertad en 1950 y, la obra revelaría ya el anti-santanismo <strong>de</strong>l mismo, mientras que al<br />
publicar en 1962, El Centinela <strong>de</strong> la Frontera, doce años luego, vuelve a prestar atención suma<br />
a las <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong> Pedro Santana, efímero Marqués <strong>de</strong> las Carreras, bajo el análisis <strong>de</strong> las<br />
aberrantes condiciones en las que fueron fusilados Antonio Duvergé y su hijo Alci<strong>de</strong>s, por<br />
ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong>l tirano Santana, puntos claves para enten<strong>de</strong>r la envidia <strong>de</strong> éste frente al adalid<br />
<strong>de</strong> éxitos que, según el propio Balaguer, serían suficientes, (según papeles que manejaría en<br />
calidad <strong>de</strong> revisor Sócrates Nolasco), para consi<strong>de</strong>rar a Buá Duvergé como el más <strong>de</strong>stacado<br />
<strong>de</strong>fensor <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia dominicana, el más claro lí<strong>de</strong>r militar <strong>de</strong> la República que se<br />
iniciara en el año <strong>de</strong> 1844.<br />
Se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que Balaguer, en el caso <strong>de</strong> sus héroes nacionales, mantuvo firmes sus<br />
i<strong>de</strong>as, y que en el <strong>de</strong> Santana, prefirió por algún tiempo, hasta 1962, mantenerlas hasta la<br />
posible publicación, evitando tal vez la ira <strong>de</strong>l tirano, o <strong>de</strong>fendiéndose sabiamente <strong>de</strong> caer<br />
en el grupo <strong>de</strong> los <strong>de</strong>safectos, aunque nunca lo fuera.<br />
En El Cristo <strong>de</strong> la Libertad, Balaguer aboga por la presentación <strong>de</strong>l martirologio <strong>de</strong> la<br />
familia Duarte, como el punto central <strong>de</strong> la biografía. Balaguer escoge el ambiente enfermizo<br />
y sofocante <strong>de</strong> la época para enmarcar <strong>de</strong> manera casi romántica momentos como<br />
el peregrinaje <strong>de</strong>l muchacho <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> Pablo Pujol por el mundo <strong>de</strong>sconocido <strong>de</strong> la<br />
Europa <strong>de</strong> la primera treintena <strong>de</strong>l siglo XIX, los lacerantes <strong>de</strong>stierros, las pérdidas familiares,<br />
el distanciamiento <strong>de</strong> su mundo urbano para caer, todavía fenómeno inexplicable<br />
para muchos, en las al<strong>de</strong>as <strong>de</strong>l Orinoco, convirtiéndose en un seguidor <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as cristianas<br />
más profundas, hasta aparecer luego dramáticamente, ofreciendo su colaboración<br />
a los restauradores, los que <strong>de</strong> manera diplomática rechazaron sus ofertas <strong>de</strong>stinándolo a<br />
un extraño exilio político que terminaría llenándolo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sánimo y tristezas, prefiriendo<br />
ir a morir en suelo extranjero.<br />
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