23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

ENRIQUE APOLINAR HENRÍQUEZ | REMINISCENCIAS Y EVOCACIONES<br />

dominación foránea se señaló como un ferviente aban<strong>de</strong>rado <strong>de</strong> la consigna que los nacionalistas<br />

expresaban en la divisa <strong>de</strong> la <strong>de</strong>socupación pura y simple, postulada también<br />

en los expresivos términos <strong>de</strong> la reintegración incondicional <strong>de</strong> los usurpados resortes <strong>de</strong><br />

la soberanía <strong>de</strong> la nación.<br />

Semejante rebeldía, bajo el régimen severo <strong>de</strong> una dictadura militar más –dura todavía<br />

cuando la ejerce alienígena po<strong>de</strong>r– sólo se pue<strong>de</strong> mantener a cambio <strong>de</strong> enérgicas sanciones.<br />

No por temor a esas sanciones <strong>de</strong>jó Luis Conrado <strong>de</strong> <strong>de</strong>safiar las iras <strong>de</strong>l interventor; y por<br />

su patriótica contumacia fue traducido a la acción <strong>de</strong> una corte marcial1 .<br />

<br />

No hay mal que dure cien años… El régimen <strong>de</strong> ocupación <strong>de</strong>cretado por el presi<strong>de</strong>nte<br />

Wilson y bajo su adventicia autoridad impuesto a los dominicanos, finiquitó al octavo<br />

año <strong>de</strong> su implantación. Había que trasladar a manos dominicanas, para los fines <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>socupación, los resortes <strong>de</strong> la administración pública. La unanimidad nacional se rompió<br />

entonces. Se <strong>de</strong>scoyuntó en el momento crítico <strong>de</strong> la <strong>de</strong>cisión. Para unos, como Don<br />

Horacio, lo importante era la recuperación <strong>de</strong> la autoridad gubernativa; y siguiendo esta<br />

orientación revocó su anterior adhesión al pacto nacionalista <strong>de</strong> Puerto Plata y se adscribió<br />

al procedimiento <strong>de</strong> la <strong>de</strong>socupación condicional que exigía el gobierno americano. Para<br />

otros, como Luis Conrado <strong>de</strong>l Castillo, lo fundamental no era la recuperación <strong>de</strong> la función<br />

<strong>de</strong> gobernar, sino la recuperación –con sus consecuencias jurídicas y prácticas– <strong>de</strong> todos los<br />

resortes <strong>de</strong> la plena soberanía nacional; y Luis Conrado siguió, con ejemplar consistencia,<br />

su intransigente posición primordial.<br />

Prevaleció finalmente la primera <strong>de</strong> esas fórmulas. Siguiendo los procedimientos convenidos,<br />

en 1924 –tras una breve interinidad servida por dominicanos– se celebraron elecciones<br />

generales absteniéndose <strong>de</strong> concurrir a las urnas los nacionalistas; y <strong>de</strong> los comicios salió<br />

exaltado a la función ejecutiva <strong>de</strong>l gobierno nacional el General Horacio Vázquez.<br />

No pasó mucho tiempo, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> tal investidura, sin que Don Horacio tratara <strong>de</strong><br />

atraerse a <strong>de</strong>stacados elementos <strong>de</strong>l Partido Nacionalista.<br />

A Luis Conrado le ofreció la Superinten<strong>de</strong>ncia General <strong>de</strong> Instrucción Pública 2 ; y antes <strong>de</strong><br />

tomar una <strong>de</strong>cisión, obe<strong>de</strong>ciendo no más que a sus propios impulsos repulsivos, él prefirió<br />

agotar los trámites <strong>de</strong> la pru<strong>de</strong>ncia consultiva.<br />

—”Al fin he logrado encontrarlo” –me dijo al verme–. “He gastado gran parte <strong>de</strong> la<br />

mañana buscándolo vanamente para darle una noticia y recabar su parecer”.<br />

—”Pues ya me halló, y, como siempre, aquí me tiene a su mandar”.<br />

—”Don Horacio” –me informó Luis Conrado– “me ha ofrecido la Superinten<strong>de</strong>ncia General<br />

<strong>de</strong> Instrucción Pública; y aún cuando tengo mi opinión formada <strong>de</strong> antemano, no he querido<br />

tomar ninguna <strong>de</strong>cisión sin antes enterar a mis compañeros y oír su comentario”.<br />

—”Supongo que ya habrá cambiado impresiones con algunos. ¿No es cierto?”.<br />

—”Cierto. Y todos han opinado lo que yo pensé”.<br />

1 La Corte Prebostal <strong>de</strong>l gobierno militar <strong>de</strong> ocupación con<strong>de</strong>nó a Luis Conrado <strong>de</strong>l Castillo a sufrir pena <strong>de</strong><br />

trabajos públicos durante dos años y pagar una multa <strong>de</strong> dos mil dólares. En julio 30 <strong>de</strong> 1920, en cumplimiento <strong>de</strong> esa<br />

pena fue encarcelado en la Torre <strong>de</strong>l Homenaje. Juzgado y con<strong>de</strong>nado también por igual <strong>de</strong>lito <strong>de</strong> rebeldía ese mismo<br />

día ingresó en la misma cárcel el poeta Rafael Emilio Sanabia.<br />

2 Antes se le había hecho igual ofrecimiento a Don Viriato A. Fiallo, nacionalista como Luis Conrado, y, como éste,<br />

reputado técnico en materia <strong>de</strong> instrucción. Al igual <strong>de</strong> Castillo, Viriato consultó mi parecer; y fundado en mismas consi<strong>de</strong>raciones,<br />

se lo otorgué en términos idénticos a los que usé en el caso <strong>de</strong> Luis Conrado. Pero Viriato no aceptó.<br />

647

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!