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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

Las persecuciones arbitrarias menu<strong>de</strong>aban; y una <strong>de</strong> las personas señaladas para ser<br />

objeto <strong>de</strong> tales represiones fue mi padre, hombre sinceramente <strong>de</strong>sligado <strong>de</strong> los conciliábulos<br />

políticos aunque no por tal apartamiento <strong>de</strong> los intereses burocráticos <strong>de</strong>sasido <strong>de</strong><br />

los <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> preservación nacional y <strong>de</strong> <strong>de</strong>cencia pública consustanciales a su calidad <strong>de</strong><br />

ciudadano <strong>de</strong> la República Dominicana.<br />

Días más tar<strong>de</strong>, ya en los albores <strong>de</strong>l año 1904, uno <strong>de</strong> los oficiales <strong>de</strong> mayor jerarquía<br />

en los institutos armados, Lorenzo Marty, recibió or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> hacer preso a Enrique Henríquez<br />

en el Club Unión, cuando, como <strong>de</strong> costumbre, en hora vespertina concurriera a ese centro<br />

social.<br />

No sólo por razones <strong>de</strong> amistad sino sobre todo por el convencimiento <strong>de</strong> que mi padre<br />

no era militante <strong>de</strong> ninguna ten<strong>de</strong>ncia política ni había dado motivo alguno para semejante<br />

agresión, Pulún se fue a ver a su hermana Merce<strong>de</strong>s –viuda <strong>de</strong> Manuel Henríquez, tío <strong>de</strong> mi<br />

padre–; y usando <strong>de</strong> esa discreta vía, le encargó trasladarse a la resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> mi padre y a<br />

través <strong>de</strong> los íntimos oficios <strong>de</strong> mi madre enterarlo <strong>de</strong> la ocurrencia a la vez que aconsejarle<br />

recatarse bien oculto o asilarse.<br />

Mi padre optó por asilarse. Durante el día se traspuso con éxito; y cuando las sombras <strong>de</strong><br />

la noche embozaron su traslado, ingresó al solicitado asilo en el consulado <strong>de</strong> Dinamarca 1 .<br />

Pronto se supo que no estaba, en verdad, bien protegido allí. Aún cuando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los lejanos<br />

tiempos <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia nacional los cónsules, por carencia <strong>de</strong> misiones diplomáticas<br />

ejercían funciones <strong>de</strong> esta índole, en <strong>de</strong>recho no podían justificar ni reclamar la investidura<br />

<strong>de</strong> prerrogativas puramente <strong>de</strong> carácter diplomático. Hubo confiable información <strong>de</strong> que se<br />

tramaba requerir la entrega <strong>de</strong> mi padre; y para evitar a tiempo ese inci<strong>de</strong>nte, fue consenso<br />

unánime <strong>de</strong> sus allegados que mudara su asilamiento a la vecina Legación americana.<br />

El mismo cónsul danés, Julio Senior, gestionó la mudanza; y a prima noche, en coche<br />

adre<strong>de</strong> contratado, se operó la planeada transferencia.<br />

Allí, para matar el tedio causado por el ocio prolongado, evocando el <strong>de</strong>vastador incendio<br />

causado por reciente combate fraticida, concibió y escribio mi padre el canto civil<br />

intitulado Miserere. Sólo en menesteres <strong>de</strong> ese tipo podía darle empleo al tiempo que pasaba<br />

estérilmente. Sucedíanse los días, uno tras otro, en ambiente <strong>de</strong> fastidio que le engrillaba su<br />

libre albedrío al sujeto asilado.<br />

Pero un día sucedió algo inesperado que rompió la tediosa monotonía consuetudinaria.<br />

Llegose a él Mr. Powell y le dijo <strong>de</strong> improviso:<br />

“Don Enrique, el Presi<strong>de</strong>nte Morales se halla presente en esta la Legación y me ha pedido<br />

investigar y en caso favorable cerciorarlo <strong>de</strong> su disposición a conce<strong>de</strong>rle una entrevista”.<br />

—”No tengo, <strong>de</strong> mi parte, objeción que oponer” –fue la respuesta– “al expresado <strong>de</strong>seo<br />

<strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte”.<br />

Conducido entonces por el Ministro americano, a poco se entrevistaron en el territorio<br />

americano <strong>de</strong> la Legación, el Ejecutivo nacional y el súbdito dominicano allí refugiado por<br />

causa ajena a su libre voluntad.<br />

Después <strong>de</strong> saludarse ambos y tan pronto se había alejado el Ministro introductor, Morales<br />

se explayó sin reticencia.<br />

—”Cuando yo entré a esta ciudad, al frente <strong>de</strong> las fuerzas revolucionarias” —dijo Morales<br />

sin púdico miramiento—, “llegué <strong>de</strong>cidido a fusilarlo. Me <strong>de</strong>tuvieron amigos suyos que me<br />

6 Sito en la casa núm. 19 <strong>de</strong> la calle El Con<strong>de</strong>, frente al Parque Colón.<br />

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