23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

Chotin me prometió hacer todo lo posible para evitar que, si yo regresaba a Santo Domingo,<br />

los jefes <strong>de</strong> La Fuerza llegaran a castigarme a causa <strong>de</strong> mi <strong>de</strong>serción. Tanto insistió en su promesa<br />

que me rendí a su propósito. Muchos años <strong>de</strong>spués Chotin me confirmó en una carta todo lo<br />

que conversamos durante los momentos que pu<strong>de</strong> verlo en Puerto Príncipe <strong>de</strong> Haití.<br />

“Santo Domingo, 26 <strong>de</strong> Febrero <strong>de</strong> 1967.<br />

Sr. Dr. Heriberto Pieter Bennett.<br />

Querido amigo:<br />

En uno <strong>de</strong> mis viajes <strong>de</strong> negocio a Haytí, allá por el año <strong>de</strong> 1903, regresé apenado, al <strong>de</strong>jarte trabajando<br />

en Puerto Príncipe en el Almacén <strong>de</strong>l Sr. Antoine Audain, pesando cobijas <strong>de</strong> reses, cera <strong>de</strong> abejas,<br />

y otros artículos. Recuerdo que me dijiste que te sentías fatigado en esa dura faena, pero que gracias a<br />

ella, estabas economizando el pequeño sueldo que te pagaban, porque tenías la intención <strong>de</strong> trasladarte a<br />

Cuba, para trabajar allí como tipógrafo, y, si posible, comenzar tus estudios <strong>de</strong> Medicina en ese país. Yo<br />

te prometí conversar con nuestro amigo Lico Pérez, para conseguir que pudieras volver a nuestra patria,<br />

sin el temor <strong>de</strong> que te hicieran ingresar <strong>de</strong> nuevo en el Batallón Ozama. En esa época, eras ya Bachiller en<br />

Letras i Ciencias y estudiante en el Instituto Profesional. Aquí, todos tus amigos, sabíamos que <strong>de</strong>sertaste<br />

<strong>de</strong> dicho Batallón, porque en ese servicio no podías <strong>de</strong>dicarte a tus estudios profesionales, pues tus jefes<br />

se oponían a esa aspiración que yo encontraba digna <strong>de</strong> admiración. Pocos meses <strong>de</strong>spués, hice otro viaje<br />

a Haytí, y a mi regreso, te invité, para que vinieras conmigo, pues nuestro amigo Lico Pérez me aseguró<br />

que nadie te haría reingresar en la milicia. Juntos volvimos y fue para mí <strong>de</strong> gran satisfacción, que nadie<br />

te molestó y pudiste hacer tus estudios <strong>de</strong> Medicina. Hoy, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> salvar tantos obstáculos, te veo<br />

con contento, glorioso y filántropo; que lo diga tu gran obra: ¡El Instituto <strong>de</strong> Oncología! Me felicito <strong>de</strong><br />

haberte prestado en aquella ocasión ese servicio, que con tu ciencia y fiel amistad a mí, y a mi familia,<br />

has pagado con creces. Es tu sincero amigo, Augusto Chotin. En Alma Rosa”.<br />

Pocos días <strong>de</strong>spués Augusto regresó a Santo Domingo. No tardó en volver a Puerto<br />

Príncipe llevándome un salvoconducto firmado por mi antiguo Capitán, ya General, Lico<br />

Pérez Sosa. Me repitió lo que aquel le dijo. En vista <strong>de</strong> esa garantía me <strong>de</strong>cidí a partir para<br />

Santo Domingo. Su compañero en el viaje anterior me ofreció montura en uno <strong>de</strong> sus mulos<br />

<strong>de</strong> carga, a cambio <strong>de</strong> que, durante ese viaje, yo cuidara <strong>de</strong> sus otros animales. Emprendí<br />

esas jornadas con mucho recelo, algún miedo, tanto más cuando el citado ex-prisionero, al<br />

saber que yo llevaba encima lo que había economizado (una onza <strong>de</strong> oro) adquirida a alto<br />

precio en una casa <strong>de</strong> cambio en Puerto Príncipe. Aquel truhán me dijo con voz paternal:<br />

“Hai bandidos haitianos en la frontera. Conviene que me <strong>de</strong>s a guardar esa moneda hasta<br />

que lleguemos a San Cristóbal”.<br />

Chotin oyó lo que dijo x. Me <strong>de</strong>cidí a dar mi dinero a ese truhán. Jamás volví a ver dicha<br />

moneda, mi único haber, producto <strong>de</strong> mi intensa labor en Haití.<br />

X. Regreso a la patria<br />

Aquel viaje fue muy penoso. Duró cuatro días, pernoctando en Hincha, i en San Juan<br />

<strong>de</strong> la Maguana. En esta ciudad tuve la suerte <strong>de</strong> encontrar al agrimensor, mi buen condiscípulo<br />

Carmito Ramírez. Encima <strong>de</strong> su chamarra llevaba un revólver, un cinturón cargado<br />

<strong>de</strong> proyectiles i un lujoso puñal. Al verlo armado <strong>de</strong> esa manera le pregunté el motivo <strong>de</strong><br />

tantos instrumentos para matar. Tranquilamente me contestó: “No es para hacer daño a<br />

nadie, sino para que alguien me respete i no me perturbe la tarea que practico mientras<br />

60

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!