23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Mi padre volvió a estar <strong>de</strong>primido. Sufría frecuentes emociones mui exaltadas. Nosotros<br />

no sabíamos la causa que lo hizo recaer en ese malestar. Sufríamos mucho cuando se<br />

embriagaba con bebidas alcohólicas. Yo no podía soportar esa <strong>de</strong>sgracia. Mi pobre madre<br />

ocultaba sus lágrimas, pero nosotros, los <strong>de</strong> la familia, comprendíamos su dolor.<br />

Seguíamos cambiando <strong>de</strong> domicilio: <strong>de</strong> un bohío sito en la calle Santomé, cerca <strong>de</strong> La Misericordia<br />

(hoi Arzobispo Portes). De ahí nos mudamos a la calle Sánchez, cerca <strong>de</strong> Las Merce<strong>de</strong>s.<br />

Fue allí en don<strong>de</strong> mi padre me obligó a no continuar en mi oficio <strong>de</strong> tipógrafo. El salario que<br />

yo ganaba producía lo suficiente para ayudar a sostener a mi madre i a mis hermanos. Una<br />

mañana, temprano, me llevó a la sastrería <strong>de</strong>l Maestro John Pinedo, frente al domicilio <strong>de</strong><br />

la familia <strong>de</strong>l renombrado literato Don César Nicolás Penson, en el mismo lugar en don<strong>de</strong><br />

hoi está la Librería Dominicana. Allí, en aquella pobre sastrería, trabajé <strong>de</strong> mala voluntad,<br />

pero a las pocas semanas <strong>de</strong> estar con el maestro Pinedo aprendí a confeccionar las piezas<br />

<strong>de</strong> ropa usadas en aquella época. No tardé en recordar mis conocimientos <strong>de</strong> geometría para<br />

estudiar, trazar i cortar pantalones i chalecos, i hasta chaquetas. El maestro me pagaba poco<br />

dinero, pero me daba buen trato i mejor enseñanza. Le gustaba leer novelones, especialmente<br />

los <strong>de</strong> Pérez Escrich. Comentábamos esas lecturas que me invitaron a escribir, en secreto, un<br />

centenar <strong>de</strong> cuartillas que relataban la vida imajinaria <strong>de</strong> una tal Lucrizia Sforza i las atrocida<strong>de</strong>s<br />

perpetradas en el apojeo <strong>de</strong> su propia familia. En ese ensayo me atreví a comentar in<br />

pecto varios <strong>de</strong> los actos criminales perpetrados por el tirano Ulises Heureaux.<br />

VII. Adolescente<br />

HERIBERTO PIETER | AUTOBIOGRAFÍA<br />

Cuando yo tenía doce años <strong>de</strong> edad i era medio-tipógrafo en la imprenta <strong>de</strong> D. Germán<br />

<strong>de</strong> las Peñas, frente a la casa entonces habitada por el Gral. Wenceslao Figuereo, alteré una<br />

palabra en unos versos que elojiaban a Lilís. El semanario estaba a punto <strong>de</strong> ser llevado a la<br />

prensa. Aproveché que nadie pudiera darse cuenta <strong>de</strong> lo que hice: un renglón que rezaba así:<br />

el civismo ilumina tus acciones. Sustituí la v <strong>de</strong> civismo por una n. Apenas había comenzado a<br />

circular ese periódico fue recojido i quemado. D. Germán, temblando <strong>de</strong> miedo, enseguida<br />

presentó excusas a su vecino, el Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República. Éste lo absolvió <strong>de</strong> ese lapsus<br />

(?) cálamus. No se efectuaron prisiones al personal <strong>de</strong> dicho taller, pero el público se percató<br />

<strong>de</strong> esa osadía.<br />

Mi afición al estudio no disminuyó, al contrario, aumentó <strong>de</strong> tal modo que a veces me<br />

privaba <strong>de</strong> lo ordinario para invertir en libros parte <strong>de</strong> mi contribución para el sostenimiento<br />

<strong>de</strong> nuestra familia. En ese tiempo compré a plazos, traducida al castellano, la Historia <strong>de</strong> la<br />

Revolución Francesa por Adolfo Thiers. Esa monumental edición fue prefaciada por uno <strong>de</strong><br />

mis autores predilectos: Emilio Castelar. La franqueza <strong>de</strong> Thiers me ayudó a inflamar mi odio<br />

contra Lilís, el tirano que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> niño, personalmente mi familia habitaba frente a la fortaleza<br />

<strong>de</strong> la calle Colón a menudo oíamos <strong>de</strong>scargas <strong>de</strong> fusiles. Tal ruido indicaba la ejecución <strong>de</strong><br />

uno o <strong>de</strong> varios <strong>de</strong> los que tramaban revueltas antililisíacas. De vez en cuando lacrimosas<br />

mujeres acudían a nuestra casa para <strong>de</strong>sahogar sus penas, cuando el Oficial <strong>de</strong> servicio en<br />

la puerta <strong>de</strong> la vecina fortificación les rechazaba la cantina que contenía el sustento para<br />

el esposo u otro ser querido encarcelado allí. Ese rechazo indicaba que el prisionero había<br />

<strong>de</strong>jado <strong>de</strong> existir.<br />

En contra <strong>de</strong> su voluntad, mi abuelo se vio obligado a servir <strong>de</strong> Mayordomo <strong>de</strong>l Palacio<br />

Nacional. Cuando morábamos frente a la referida Fortaleza solíamos oír las <strong>de</strong>scargas con los<br />

51

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!