23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

sus composiciones en los diarios y revistas. Los críticos opinaron. Tuvo muchos admiradores<br />

y más <strong>de</strong> un enemigo, públicos y secretos. No podría <strong>de</strong>cir quiénes eran los encargados <strong>de</strong><br />

escribir por él y en qué momento nació y cuándo y cómo le <strong>de</strong>jamos tranquilo paseándose<br />

bajo la luna entre los cerros pelados, moviéndose en un paisaje que, por lo menos, yo he<br />

añorado mucho.<br />

Sócrates Nolasco, firmemente ecuánime, cuyos cuentos admirábamos, cuyos romances<br />

oímos con respeto, lo merecían, hasta en los peores momentos <strong>de</strong> la lucha entre los nacionalromancistas<br />

y a los que les pusimos la proa.<br />

Pasó Pedro María Cruz, cuyos versos yo repetía. Pasó callado, oyendo mucho. Si nos leía<br />

algo lo hacía con voz entrecortada, como quien entrega un íntimo secreto, el resultado <strong>de</strong><br />

una tarea que no se <strong>de</strong>be pregonar. Todavía sus versos, versos aislados <strong>de</strong> uno y otro poema<br />

suyo, me vienen a la cabeza, sin saber cuándo y mucho menos por qué.<br />

Nos unió siempre una gran amistad, amistad que él <strong>de</strong>scribe en bellos poemas. Cruz se<br />

hacía rogar, no por darse importancia, sino por timi<strong>de</strong>z. Había que sacarle los versos, todo<br />

lo contrario a Medina que no sólo nos leía espontáneamente, como hacíamos casi todos, sino<br />

que antes <strong>de</strong> empezar nos acogotaba con un criterio <strong>de</strong> autoridad. Lo que acerca <strong>de</strong>l poema<br />

que iba a leer opinaban Telésforo R. Cal<strong>de</strong>rón, Joaquín Balaguer, Rafael César Tolentino,<br />

Rafael Vidal.<br />

Estuvo, también <strong>de</strong> pasada, Guzmán Carretero, los ojos muy abiertos y brillantes, siempre<br />

como febril y exaltado, y entonces conocimos algunas <strong>de</strong> las composiciones que reunió en<br />

Solazo, título que tenía para mí un secreto encantamiento, un dulce po<strong>de</strong>r sugerente porque<br />

en Baní se repren<strong>de</strong> a los niños no porque estén al sol sino al solazo.<br />

Alguien, autoafirmativo, contaba imposibles aventuras en un circo, <strong>de</strong>l otro lado <strong>de</strong>l mar.<br />

Uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong> grupo publicó una novela. Se pensó en ofrecerle un agasajo.<br />

—Cuando todo esté preparado –dijo–, fijada la fecha <strong>de</strong>l banquete, yo les escribiré una<br />

carta renunciando el homenaje.<br />

Aquello nos disgustó muchísimo y sus relaciones se enfriaron con bastantes <strong>de</strong>l grupo.<br />

Quería convertir lo que era hijo <strong>de</strong> un movimiento espontáneo en una ocasión propicia<br />

para darse tono, para romperse el pecho a puñetazos, como hacía siempre, públicamente,<br />

en gesto teatral a nuestra costa.<br />

Eduardo Pérez, nos ofreció su experiencia y su sensibilidad. Medio teosofista tenía una<br />

enorme información <strong>de</strong> las religiones orientales, <strong>de</strong> las prácticas <strong>de</strong> los santones, <strong>de</strong> las posibilida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> los faquires, <strong>de</strong> las manifestaciones <strong>de</strong>l espíritu humano cuando se <strong>de</strong>sviste<br />

<strong>de</strong> las perece<strong>de</strong>ras prendas carnales.<br />

Hacía chistes ante las imágenes exageradas, se reía <strong>de</strong> las violencias que con las palabras<br />

nos permitíamos, constituyéndose en algo así como el <strong>de</strong>spertador <strong>de</strong>l sentido común, en el<br />

guardián <strong>de</strong> las buenas formas. No escribía, como nunca escribió Mario Sánchez, que sabía<br />

encerrarse en un observador mutismo, pero que cuando le picaba la mosca <strong>de</strong> la discusión<br />

era <strong>de</strong> los primeros.<br />

Rafael Damirón Díaz, una vocación literaria abandonada, que no ha querido jamás<br />

hacerse, más o menos, un profesional <strong>de</strong> las letras, a pesar <strong>de</strong> las magníficas condiciones<br />

que tiene. Escribió romances, medio en burlas medio en veras, cuando la batalla contra la<br />

aclimatación ilógica, pensaba entonces, <strong>de</strong> García Lorca.<br />

Mi primo Rafael Herrera no leía nada. Rafael para escribir ha tenido siempre que estar<br />

acuciado, urgido por una necesidad extraña a él, a pesar <strong>de</strong> dominar una prosa clara, <strong>de</strong><br />

448

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!