23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

cuyo recuerdo se habrá <strong>de</strong> conservar vivo siempre, por lo insigne <strong>de</strong> sus virtu<strong>de</strong>s y su saber<br />

profundo.<br />

Cuando las tropas españolas se retiraron <strong>de</strong>l país, el teniente Trujillo fue trasladado a<br />

Puerto Rico y <strong>de</strong> esa isla a la <strong>de</strong> Cuba al estallar la primera guerra <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, llamada<br />

<strong>de</strong> los Diez Años. En 1873, en el memorable combate <strong>de</strong> La Sacra, <strong>de</strong>l 8 al 9 <strong>de</strong> noviembre,<br />

Trujillo Antúñez, ya comandante, recibió una herida grave, <strong>de</strong> cuyas consecuencias murió<br />

cuando aún se hallaba en la plenitud <strong>de</strong> su vida.<br />

No fue sino <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su muerte cuando se extendió el conocimiento <strong>de</strong> su nobilísimo<br />

rasgo con el prócer dominicano. Hasta entonces había sido un secreto entre los íntimos <strong>de</strong>l<br />

oficial español.<br />

<br />

El nombre <strong>de</strong> la amada <strong>de</strong> Perdomo era Virginia Valdés. A ella le <strong>de</strong>dicó el Diario que<br />

escribió en la prisión <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el 4 <strong>de</strong> marzo hasta el 16 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1863. En 1942 fue reproducido<br />

este Diario en Clío, órgano <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia Dominicana <strong>de</strong> la Historia, tomándolo <strong>de</strong><br />

un opúsculo editado en 1875 por la imprenta <strong>de</strong> García Hermanos. Al <strong>de</strong>dicarlo Perdomo<br />

a Virginia escribió: “A la señorita Virginia Valdés, como un recuerdo con que la distingue<br />

su <strong>de</strong>sgraciado amigo”.<br />

De que la amiga era la amada dan fe en las últimas líneas <strong>de</strong>l Diario, como lo anotó Clío,<br />

estas palabras escapadas <strong>de</strong>l monólogo interior con voz <strong>de</strong> lágrimas: “y tú, MI Virginia,<br />

para siempre ADIÓS”.<br />

El fraile <strong>de</strong> la merced<br />

Un día <strong>de</strong>l año <strong>de</strong> 1871 apareció en las calles <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Santo Domingo un<br />

fraile <strong>de</strong> la Or<strong>de</strong>n Franciscana. Ignorábase por qué vía y cuándo había venido. Des<strong>de</strong> el<br />

primer momento atrajo la atención pública por lo burdo <strong>de</strong> su sayal y la humildad <strong>de</strong> su<br />

presencia. En vez <strong>de</strong> zapatos calzaba sandalias. “Soletas”, <strong>de</strong>cía el pueblo. Acudió por<br />

ante la autoridad eclesiástica, a cargo entonces <strong>de</strong>l presbítero Francisco Xavier Billini,<br />

en calidad <strong>de</strong> Gobernador <strong>de</strong> la arquidiócesis, y le entregó sus letras canónicas, las<br />

cuales fueron encontradas en regla. Solicitó <strong>de</strong>l P. Billini un alojamiento y, habiéndole<br />

éste señalado como único sitio apropiable para un fin así el “camarín” <strong>de</strong> la iglesia <strong>de</strong><br />

Nuestra Señora <strong>de</strong> las Merce<strong>de</strong>s, allí se fue con lo que llevaba puesto y, a<strong>de</strong>más, una<br />

tosca maleta. Por no haber cama ni catre que suministrarle, convirtió en lecho una tarima<br />

que en el camarín había. Celebraba la misa en el mismo templo <strong>de</strong> las Merce<strong>de</strong>s o en el<br />

que indicara el autor <strong>de</strong> la intención <strong>de</strong> la misa. A poco <strong>de</strong> su llegada empezó a trabar<br />

conocimiento con cuanta persona le era posible, <strong>de</strong> la clase elevada o la media, y aún <strong>de</strong><br />

las capas inferiores. Preguntaba muchas cosas; parecía poner ojos escrutadores en todo.<br />

Cuantos con él conversaban se encantaban <strong>de</strong> sus palabras y sus maneras. Apenas había<br />

quienes sabían su nombre: todo el mundo lo llamaba “El Fraile <strong>de</strong> la Merced”. A medida<br />

que transcurrían los días su figura se hacía más interesante. La gente ponía empeño en<br />

conocerle. Un día se supo que predicaría y el templo <strong>de</strong> las Merce<strong>de</strong>s se llenó <strong>de</strong> gente<br />

que iba a escuchar el sermón <strong>de</strong>l “Fraile <strong>de</strong> la Merced”.<br />

Atribuíanle el dicho <strong>de</strong> que había venido a Santo Domingo a fundar una casa <strong>de</strong> frailes<br />

capuchinos.<br />

400

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!