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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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AMELIA FRANCASCI | MONSEÑOR DE MERIÑO ÍNTIMO<br />

¿La inspiración divina <strong>de</strong> Juana <strong>de</strong> Arco no venció las fuerzas <strong>de</strong>l inglés altivo? ¿La fe<br />

inspirada <strong>de</strong> Santa Teresa <strong>de</strong> Jesús no dominó el orgullo, no hizo doblegar al soberbio y temible<br />

Felipe II? Mi ardiente corazón anhelaba para esta tierra amada que mi sueño luminoso<br />

fuera la llave mágica que le abriera las puertas <strong>de</strong> la felicidad.<br />

LIx<br />

Don Emiliano partió para Antoncy en julio. En aquella propiedad distante quería estar<br />

retirado aguardando los acontecimientos.<br />

En agosto prestó el juramento constitucional el presi<strong>de</strong>nte Woss y Gil, pero ya la i<strong>de</strong>a<br />

revolucionaria cundía, iba prendiendo en todos los ánimos. Sentíase hasta en el aire. Los<br />

negocios estaban paralizados, el malestar reinaba. Llevábase una vida como artificial.<br />

Nadie gozaba <strong>de</strong> tranquilidad, sino aparentemente, permaneciendo en expectativa. Los<br />

síntomas precursores <strong>de</strong> la guerra aparecían. Algunos sucesos sangrientos tuvieron lugar<br />

aquí y allí, entre políticos. Una tar<strong>de</strong> ocurrió en la ciudad uno <strong>de</strong> ellos. Un joven <strong>de</strong> los<br />

adictos al gobierno, hirió, alevosamente según <strong>de</strong>cían y mortalmente, a un señor <strong>de</strong> otro<br />

partido, muy estimado; hombre inofensivo. Gran efervescencia en los ánimos. Una gran<br />

excitación en las calles.<br />

En el momento en que me contaban el caso, llegó Monseñor <strong>de</strong> Meriño.<br />

Tenía como siempre la misma figura majestuosa, su misma arrogancia en el porte, pero<br />

en el rostro noté signos <strong>de</strong> cierta <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia: una arruga transversal en la frente, dos pliegues<br />

a los lados <strong>de</strong> la boca. Su faz no lucía la expresión amable que lo iluminaba.<br />

—Perdone, Amelia, díjome tan pronto me hubo saludado y sentándose. Estoy mal. ¡Me<br />

pesa haber salido!<br />

Yo, que estaba tan mal impresionada, me entristecí más aún. Sacó su pañuelo y se lo<br />

pasó por la frente. Añadió:<br />

—¡Sí! Estoy mal. ¡Lo que acabo <strong>de</strong> encontrarme en las calles, me hace daño! ¡Estos sucesos<br />

indignan! Estos sucesos. ¡Ah! No sé lo que será <strong>de</strong> nosotros. ¡Esta política! ¡Lo que<br />

sufro, usted no lo imagina, Amelia! No tengo esperanza alguna para este país. En menos <strong>de</strong> tres<br />

años tres gobiernos y lo que se prepara. Preví esto cuando estalló la revolución <strong>de</strong> abril y por eso la<br />

<strong>de</strong>saprobé. ¡Comprendí que era el principio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n, <strong>de</strong> la anarquía política! ¡Nada me<br />

sorpren<strong>de</strong> ya!<br />

Yo estaba tan triste al oírle, que no le contestaba.<br />

Después <strong>de</strong> meditar un rato, con abatimiento, exclamó:<br />

—¡Tengo el corazón enfermo! ¡Jamás lo creí; pero ahora lo siento! Las lágrimas me vinieron<br />

a los ojos. Por fin dije:<br />

—¡Monseñor, no me hable así! ¿Oír <strong>de</strong> usted esas palabras? ¿De usted, el varón fuerte,<br />

que siempre supo hacer frente a todos los acontecimientos, y soportar con firmeza el peso<br />

<strong>de</strong> todas las cosas? ¡No, Monseñor! ¡Deje eso para mí! ¡No se abata y recobre su entereza!<br />

Hágale el lomo a la caja, como me aconseja usted que se lo haga yo. ¡Oh! ¡Monseñor mío!<br />

¡Qué no le vea yo tan triste! Le besé las manos y agregué:<br />

—¡Yo también estoy enferma, Monseñor! Pue<strong>de</strong> usted suponerlo, conociéndome. Pero<br />

quiero aferrarme a una esperanza...! ¡Usted sabe cuál es! ¡Pídale a Dios, Monseñor! ¡Pídale<br />

a Dios!<br />

Le estreché las manos tan nerviosamente que recuerdo haberle casi estrujado el anillo<br />

pastoral.<br />

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