23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

¡La cuenta <strong>de</strong> una vez!<br />

Usted no me dice lo que le <strong>de</strong>bo, pero sé que es mucho.<br />

Van $70.<br />

¡Compóngaselas usted para cobrarse!<br />

B. S. M. su affmo.<br />

P. Meriño.<br />

No voy allá porque el viento y el polvo me tienen preso.<br />

Ceso aquí <strong>de</strong> reproducir cartas motivadas por asuntos <strong>de</strong> compras. Tal vez más tar<strong>de</strong><br />

volveré a copiar alguna que me venga a las manos.<br />

xxxVII<br />

A fines <strong>de</strong> 1898 tuve precipitadamente que abandonar la casa y los negocios porque las<br />

fuerzas me fallaron otra vez.<br />

En un estado <strong>de</strong> postración in<strong>de</strong>cible me condujeron a los altos <strong>de</strong> otra vivienda más<br />

fresca, más espaciosa e higiénica que la que <strong>de</strong>jaba.<br />

Los que me vieron transportar a la nueva habitación en un coche cerrado y ro<strong>de</strong>ada <strong>de</strong><br />

almohadas y envuelta en mantas, me juzgarían moribunda; ¡tan mal estaba!<br />

El médico que me asistía era un amigo verda<strong>de</strong>ro. Empeñado en salvarme había él<br />

mismo escogido la casa que <strong>de</strong>bía ocupar temporalmente y asistido a mi instalación en ella,<br />

por ser su opinión que <strong>de</strong> tales cuidados, <strong>de</strong>pendía la prolongación <strong>de</strong> mi vida, en aquellos<br />

instantes.<br />

Y no se equivocó. La crisis que sufrí al día siguiente <strong>de</strong> instalada, pudo conjurarse merced<br />

a las precauciones aconsejadas por él.<br />

Y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> dicha crisis, mejoré rápidamente; y me animé bastante. Lejos <strong>de</strong> afanes y<br />

<strong>de</strong> perturbaciones <strong>de</strong> todo género, comencé a reponerme en lo físico como en lo moral.<br />

Traté <strong>de</strong> olvidar los disgustos <strong>de</strong> familia, las penas que contribuyeran a reducirme al<br />

estado en que cayera en el mismo grado que las fatigas <strong>de</strong> mi vida comercial.<br />

Tuve como una impresión <strong>de</strong> renacimiento. Lisonjeramente acaricié la ilusión <strong>de</strong> seguir<br />

mejorando.<br />

Nuestra situación económica me permitía esperarlo. A costa <strong>de</strong> inauditos esfuerzos, habíamos<br />

logrado realizar un pequeño capital, cuya renta <strong>de</strong>bía asegurarnos la subsistencia, en<br />

el porvenir, aun cuando no nos fuese dado continuar trabajando. A ese fin habían tendido los<br />

sacrificios aceptados por mí heroicamente. Cuatro años había pasado entregada a un trabajo<br />

ímprobo, sin comodida<strong>de</strong>s, sin el menor confort, en una casa sin aire e invadida cada día<br />

más por la mercancía, fuera <strong>de</strong> todo centro social; lejos <strong>de</strong> todo ambiente literario; sin una<br />

sala <strong>de</strong> recibo, llevando casi una vida <strong>de</strong> campamento; ¡preocupada por las materialida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> la existencia únicamente!<br />

¡Oh! ya podría respirar; no verme en otra esfera, ro<strong>de</strong>ada <strong>de</strong> arte, <strong>de</strong> comodida<strong>de</strong>s, <strong>de</strong><br />

luz; ser ágil. Soñaba con la literatura. ¡Principié a concebir planes <strong>de</strong> obras distintas, llevadas<br />

a cabo en calma; libre <strong>de</strong> preocupaciones mezquinas; ¡feliz en lo posible! Halagábame la i<strong>de</strong>a<br />

<strong>de</strong> complacer a Monseñor.<br />

La pena <strong>de</strong> éste había sido gran<strong>de</strong> durante mi enfermedad. Y su regocijo al verme mejor,<br />

no era menor que ella. Los nuevos alientos, que él contribuía a comunicarme, llenábanme<br />

<strong>de</strong> placer. Algunas cartas suyas son testimonio <strong>de</strong> su afectuosa satisfacción. Encuentro una<br />

266

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!