23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

AMELIA FRANCASCI | MONSEÑOR DE MERIÑO ÍNTIMO<br />

Sacó mi esposo su reloj y al ver que era temprano, me dijo:<br />

—Son las ocho y media, nada más. ¡Está la noche tan bella! ¿Sabes lo que se me ocurre?<br />

Vamos a sorpren<strong>de</strong>r a Monseñor en su palacio. ¡Tal vez esté solo y se alegrará tanto al<br />

vernos!<br />

La i<strong>de</strong>a me halagó. Estaba yo <strong>de</strong> buen humor, por la saturación <strong>de</strong> mis pulmones, producida<br />

por el aire que había respirado por un largo rato.<br />

Volvimos al coche que abandonamos para gozar más libremente <strong>de</strong> la brisa. Y en dos<br />

minutos llegamos al palacio. No había visitas, por extraordinario. Subimos; llamamos: Monseñor<br />

se presentó. Estaba solo. Acababa <strong>de</strong> tener uno <strong>de</strong> esos momentos <strong>de</strong> rara excitación<br />

que alguna vez le <strong>de</strong>mudaban el semblante. Todavía tenía el rostro <strong>de</strong>scompuesto: Oprimióseme<br />

en seguida el corazón al <strong>de</strong>scubrirle otro <strong>de</strong>l que yo conociera y admirara hacía<br />

años. Pero ¡qué poco duró aquello! Al reconocernos, iluminóse su faz súbitamente con luz<br />

bellísima y volvió a resplan<strong>de</strong>cer.<br />

¡Oh! ¡Qué rato tan ameno, tan dulce pasamos a su lado! ¡Qué amabilidad nos dispensó!<br />

¡Hubiera yo querido <strong>de</strong>tener el tiempo para prolongar la visita!<br />

Retorné a casa con el alma llena <strong>de</strong> gratas impresiones. Mi paseo me había encantado.<br />

Monseñor, díjele por broma, la primera vez que volví a verle en casa, ¡qué feo le encontré<br />

la otra noche, cuando nos abrió usted su sala, sin saber quiénes llamaban! ¿Sabe que le<br />

cogí miedo?<br />

—¡Oh amiga maliciosa! ¡En cambio usted se mostró a mí aurora y me iluminó!<br />

¡Así querría yo verla siempre y como en este momento en que se burla <strong>de</strong> mí!<br />

Carta trigésimo tercera<br />

Buena amiga mía:<br />

No he podido salir en estos días porque recibí un golpe en el tendón <strong>de</strong> Aquiles que me<br />

impi<strong>de</strong> calzarme.<br />

Yo tengo el empeño <strong>de</strong> que usted me proporcione lo siguiente:<br />

Un corte <strong>de</strong> vestido bonito para obsequiar a Antonia, la niña <strong>de</strong>l asilo que usted conoce.<br />

Lo quiero color <strong>de</strong> rosa con sus correspondientes adornos; usted lo escogerá a su gusto.<br />

Dos cajas <strong>de</strong> polvos finos y una polvera con su mota.<br />

Y ¿qué más será? No sé. Algo a propósito para una señora mo<strong>de</strong>sta. ¿Un hermoso abrigo,<br />

o qué? Usted sabrá.<br />

Son tres Antonia <strong>de</strong> mi cariño las que quiero obsequiar en su día. ¡Y usted sola es la que<br />

pue<strong>de</strong> ayudarme para ello!<br />

¡Resuelva, pues!<br />

¡Y dispense todas las molestias que le da quien quisiera servirle hasta <strong>de</strong> criado!<br />

¿No me aceptará mi noble amiga?<br />

Su affo. <strong>de</strong> alma.<br />

P. M.<br />

Carta trigésimo cuarta<br />

En estos tres días estoy <strong>de</strong> exámenes en el Instituto.* Si tiene que mandar acá que sea<br />

por la mañana. Quiero un corte <strong>de</strong> vestido y una docena <strong>de</strong> medias negras.<br />

*Hoy es la Universidad. Monseñor era Rector en esa época.<br />

265

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!