23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

AMELIA FRANCASCI | MONSEÑOR DE MERIÑO ÍNTIMO<br />

y un padre, ligados por entrañable afecto, e inseparables a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> serlo por lazos atávicos.<br />

Esto lo reconoció él un día, maravillado. La escena que tuvo lugar entre nosotros fue graciosa.<br />

Y me hizo admirar más, la ingenuidad infantil que por momentos podía observarse<br />

en ese gran carácter.<br />

Había yo leído un libro, muy interesante, <strong>de</strong> un autor francés. Envíeselo para que gustara<br />

<strong>de</strong> él, como solía hacerlo con toda lectura <strong>de</strong> mi agrado.<br />

Una tar<strong>de</strong> me lo <strong>de</strong>volvió. Quiso llevarlo él mismo para que habláramos <strong>de</strong> la obra que<br />

le pareció magnífica. Y sobre ella y sobre literatura y mil cosas más, estando solos, intrincados<br />

en una conversación tal y en nuestra larguísima plática, púsose <strong>de</strong> manifiesto tan<br />

admirablemente nuestra conformidad <strong>de</strong> gustos, <strong>de</strong> sentimientos y <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as, que <strong>de</strong> súbito<br />

se <strong>de</strong>tiene él, me mira y dice:<br />

—¡Amelia, se me ocurre una cosa! ¡Conversando me ha venido una i<strong>de</strong>a! ¡Qué bueno<br />

que usted y yo nos hubiéramos encontrado hace mucho tiempo; yo sin este hábito; usted<br />

libre pero no tan joven como lo es para mí, y que nos hubiéramos casado! ¿eh? ¡Qué bien<br />

nos hubiéramos entendido! ¿No lo cree usted?<br />

—¡Es posible, Monseñor! Contestéle, sorprendida, pero más divertida aún <strong>de</strong> la ocurrencia,<br />

aunque afectuosa, tranquila y seria.<br />

—Sí, añadió pensativo. Y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un rato, alzando la cabeza, continuó:<br />

—¡Aunque tal vez no! Porque <strong>de</strong> ser así yo no la hubiera querido con el puro afecto que<br />

le tengo, sino <strong>de</strong> otro modo; y ¿usted a mí? ¡Es posible que me quisiera menos o sabe Dios<br />

cuántos <strong>de</strong>fectos me encontraría!<br />

Después <strong>de</strong> ponerse cabizbajo un breve instante, dirigióse a mí y mirándome con suma<br />

ternura y apo<strong>de</strong>rándose <strong>de</strong> mis manos que sacudía suavemente, terminó diciendo:<br />

—Más vale que nos hayamos conocido así, más vale ¿no cree usted, mi querida hija?<br />

¡Así nos queremos mejor!<br />

—Es verdad, Monseñor, contesté.<br />

Y no pudiendo contenerme más, porque sabía que la ocurrencia <strong>de</strong> mi ilustre amigo<br />

necesariamente tendría esa conclusión, me eché a reír.<br />

Monseñor rió también. Temió haberse mostrado tonto y se sonrió.<br />

—¡Vamos, Amelia, no se ría <strong>de</strong> mí! ¡Es que nos parecemos tanto! No se burle… y reía.<br />

—Es que le diré una cosa, Monseñor. Al hablarme usted <strong>de</strong> habernos casado, pensaba yo<br />

en que para ello habrían existido varios inconvenientes, siendo el primero, por que cuando<br />

usted recibió las sagradas ór<strong>de</strong>nes, aquí en Santo Domingo, yo no había venido aún al mundo<br />

en Puerto Rico. ¡Qué distantes estábamos!<br />

¡Monseñor rió más y más!<br />

—¡Maliciosa, maliciosa! exclamaba sacudiéndome dulcemente las manos. ¡Cómo me<br />

llama viejo! Pero, ¡tiene usted el <strong>de</strong>recho!<br />

—¡Delicioso carácter! ¡Sus ingenuida<strong>de</strong>s, hacíanle amar más <strong>de</strong> mí! El pensamiento que<br />

por su mente había cruzado era semejante a una ráfaga ligera <strong>de</strong> aire perfumado que, al<br />

pasar sobre la cabeza <strong>de</strong> un niño, <strong>de</strong>jara en esta la vaga impresión <strong>de</strong> un grato frescor y <strong>de</strong><br />

un dulce recuerdo.<br />

xxIx<br />

Llegó esta carta a mis manos antes <strong>de</strong> lo que yo esperaba. Pue<strong>de</strong> suponerse, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

leerla, el efecto que produciría en mi ánimo.<br />

249

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!