23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

AMELIA FRANCASCI | MONSEÑOR DE MERIÑO ÍNTIMO<br />

Dedico este trabajo al Reverendo Canónigo, Don Rafael C. Castellanos;<br />

(el querido Rafaelito <strong>de</strong> mi ilustre amigo) conozco, hace tiempo,<br />

el amor y el reconocimiento profundos <strong>de</strong> este buen discípulo <strong>de</strong>l gran arzobispo,<br />

por el que fue su mentor y su padre espiritual.<br />

Las cartas autógrafas <strong>de</strong> Monseñor <strong>de</strong> Meriño para mí, también las <strong>de</strong>positaré<br />

en las manos <strong>de</strong>l que hoy es mi estimadísimo amigo,<br />

segura <strong>de</strong> que él sabrá conservarlas como preciosa reliquia.<br />

II PARTE<br />

xII<br />

Al principiar la segunda parte <strong>de</strong> estas memorias, <strong>de</strong>bo acusarme <strong>de</strong> una grave falta <strong>de</strong><br />

respecto <strong>de</strong> la verdad histórica, cometida al finalizar la primera. Es cuando digo que la redacción<br />

<strong>de</strong> mi Diario hizo breve para mí el tiempo <strong>de</strong> la ausencia <strong>de</strong> mi amadísimo Pastor.<br />

Consiste mi excusa en que, en las presentes páginas había querido no presentar en lugar<br />

importante otra figura que la <strong>de</strong>l que me las ha inspirado. Pero es imposible, <strong>de</strong>seando ser<br />

exacta al narrar una historia <strong>de</strong> la época <strong>de</strong> mi vida más acci<strong>de</strong>ntada. Época en la que entraron<br />

tantos elementos distintos: el comercio, la literatura, la política; acontecimientos <strong>de</strong> familia<br />

que cambiaron, hasta cierto punto, la paz <strong>de</strong> mi espíritu. Todo esto me obliga a hablar <strong>de</strong><br />

personalida<strong>de</strong>s que nada quitan al relieve <strong>de</strong> la que tanto quiero honrar al escribir; antes por<br />

el contrario, pue<strong>de</strong>n contribuir aunque sea indirectamente a ponerla más <strong>de</strong> manifiesto.<br />

La verdad es que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la partida <strong>de</strong> mi ilustre amigo quedé tan triste que se temió<br />

verme caer <strong>de</strong> nuevo en mi pasado estado. Principié a redactar mis notas para el ausente,<br />

pero con una melancolía que me hacía encontrar el cielo nublado, el sol pálido, el ambiente<br />

poco agradable, la vida sin aliciente alguno. Añadióse a esto una fuerte afección bronquial<br />

que amenazó castigar mis pulmones siempre <strong>de</strong>licados.<br />

El más inquieto, entre los míos, fue mi hermano Eugenio*. Tenía él nociones <strong>de</strong> medicina;<br />

era muy aficionado al arte <strong>de</strong> Esculapio y muchas veces servía <strong>de</strong> galeno en la familia.<br />

Conmigo no se atrevía a tanto por creerme enferma <strong>de</strong> un género distinto a los que él curaba.<br />

Era yo como quien dice su hija predilecta. Des<strong>de</strong> pequeñita le había yo querido en extremo,<br />

obe<strong>de</strong>ciéndole y sometiéndome a él en todo. Él me correspondía con su afecto y su alta estima,<br />

lo cual era mucho, dado su carácter reservado y poco inclinado a la confianza.<br />

Como yo no tuviera médico a <strong>de</strong>cir verdad para asistirme, porque tan solo en consulta<br />

era que aceptaba uno que otro, como sucediera en la pasada crisis, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que, primero por<br />

enfermedad y luego por ausencia in<strong>de</strong>finida, nos faltaba aquel que nos atendía a mi esposo<br />

y a mí <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mucho antes <strong>de</strong> nuestro matrimonio, empeñóse él en que recibiese y conservase<br />

en calidad <strong>de</strong> facultativo a Don Emiliano Tejera, cuyos conocimientos médicos le inspiraban<br />

absoluta confianza.<br />

Siendo muy amigo suyo, ya le había él consultado para mí en otras ocasiones. Así es<br />

que Don Emiliano me conocía como enferma aunque no me hubiera visto. Aseguraba que<br />

podía mejorarme y estaba dispuesto a cuidar <strong>de</strong> mí.<br />

No pu<strong>de</strong> negarme a la solicitud <strong>de</strong> mi afectuoso hermano y con<strong>de</strong>scendí en que me<br />

presentase a su gran amigo.<br />

*Eugenio <strong>de</strong> Marchena, comerciante, escritor, secretario <strong>de</strong> varias socieda<strong>de</strong>s comerciales, filántropo, masón <strong>de</strong><br />

alto grado. Muerto en 1895, a los 48 años <strong>de</strong> edad.<br />

(Nuestro abuelo, casado con A<strong>de</strong>laida Damirón y Burgos).<br />

225

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!