Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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23.04.2013 Views

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES Los motivos del tema de este trabajo no son otros que la aspiración de que sea acogido con comprensiva apreciación. Lo cual no nos exime afirmar que, desde ahora, quedamos adheridos con modestia y respeto a los cánones de estudio e investigación que exige la labor académica, y prioritariamente, el prestigio de esta Institución que tan benévolamente nos recibe. Gracias, muchas gracias, si se nos libera reclamar excusas y perdones. Biblioteca Nacional, Santo Domingo, D. N. 26 de junio de 1972. Enrique de Marchena y Dujarric Sesión Solemne de la Academia Dominicana de la Lengua Correspondiente de la Española. 212

AMELIA FRANCASCI | MONSEÑOR DE MERIÑO ÍNTIMO Amelia Francasci MONSEÑOR DE MERIÑO ÍNTIMO I PARTE I Atravesaba yo una de esas crisis morales que tantas veces, en el curso de mi vida, me han llevado casi al borde de la tumba; de tal modo me abaten, de tal modo consumen mis fuerzas, a tal extremo quebrantan todas mis vitales energías. La de esa vez era intensa. Prolongábase, por tiempo, sin prestar esperanzas de reacción. La serie de disgustos, de contrariedades y de decepciones que la provocara, habíame encontrado anémica y extenuada por exceso de fatigas. Negra melancolía envolvía en sombras mi espíritu; y mi alma, toda, estaba como sumergida en una onda profunda de amargura. Sentía un cansancio tal de la vida, que no me permitía gozar de nada en ella. No dormía, y mis noches sin sueño, hacían mis horas más crueles porque me mantenían en un estado de pesadez y de irritación grandísimas. En mi alrededor, todo el que me profesaba algún afecto, sufría al verme cada mañana más postrada; más inapta para cosa alguna. Llamóse uno y otro médicos para consultarle. Cada cual prescribía un régimen particular, aunque todos estuvieran acordes en recetarme reconstituyentes, calmantes y otras drogas. Yo, de ninguno hacía caso, porque en ninguno tenía fe, como tampoco voluntad para seguir las indicaciones que me hicieran. El ejercicio en la mañana, los baños de mar, una larga temporada en el campo; todo se me proponía; pero yo nada aceptaba, por sentirme incapaz de todo esfuerzo. Ya mi decaimiento físico iba inquietando a todos los de mi casa. Temían que, de continuar ese estado mío, mi vida peligrara; y principiaron a lamentarse, reprochándome el poco empeño que ponía yo en mejorar. Esas quejas, al parecer, me irritaban, pero la verdad era que me hacían sufrir horriblemente. Encontrábalas fundadas y mi conciencia me mortificaba, pero mi voluntad era nula y por eso me hallaba impotente para tratar de dominar mi mal. Dejaron de quejarse, al ver que yo me molestaba y sufrieron en silencio; pero la tristeza que comprendía en todos, comenzó a torturarme más que las quejas anteriores. Un día fue tan grande mi tormento que me desesperé. La vida me pesó demasiado y dije para mí ¿a qué vivir?… ¡Y el pensamiento de la muerte se impuso en mi cerebro! Veleidades de suicidio me venían a la mente por instantes. Principié a concebir varios proyectos de súbita y voluntaria desaparición… ¡Estaba casi loca!… Por suerte siempre en esas crisis, al comenzar el desvarío, algo, que me ha parecido providencial, ha venido a detenerme en el camino de la locura. Esa vez fue un sueño. 213

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

Los motivos <strong>de</strong>l tema <strong>de</strong> este trabajo no son otros que la aspiración <strong>de</strong> que sea acogido<br />

con comprensiva apreciación. Lo cual no nos exime afirmar que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ahora, quedamos<br />

adheridos con mo<strong>de</strong>stia y respeto a los cánones <strong>de</strong> estudio e investigación que exige la labor<br />

académica, y prioritariamente, el prestigio <strong>de</strong> esta Institución que tan benévolamente nos<br />

recibe.<br />

Gracias, muchas gracias, si se nos libera reclamar excusas y perdones.<br />

Biblioteca Nacional, Santo Domingo, D. N.<br />

26 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1972.<br />

Enrique <strong>de</strong> Marchena y Dujarric<br />

Sesión Solemne <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia Dominicana <strong>de</strong> la Lengua<br />

Correspondiente <strong>de</strong> la Española.<br />

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