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23.04.2013 Views

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES En otra ocasión presencié en el mismo sitio corridas de toros con participación de grandes figuras del arte taurino como Manolo Puertas y el Viti, que dieron cátedra de maestría y valor. Después de muchos años, todavía guardo en mi memoria el recuerdo de estos espectáculos de valor y arte, que siempre había añorado poder presenciar. Desde que era un chiquillo había tenido gran interés por este arte en que el valor y la destreza se ponían frente a la fuerza bruta de los animales. Como nunca he visitado a España, mis esperanzas se vieron cumplidas en México. Ríos majestuosos De mis andanzas por nuestra América, guardo un gran número de impresiones dignas de describir, pero probablemente entre todas ellas, el espectáculo de la naturaleza que más huella haya dejado en mi espíritu ha sido la majestuosidad de algunos ríos, observados desde el aire, en mis viajes por avión. Muchas millas antes de avistar tierra firme en América del Sur, se comienza a notar la presencia de aguas turbias, enlodadas, por las múltiples desembocaduras del Río Orinoco, en territorio venezolano y de las Guayanas. Es un río enorme con gran caudal que después de atravesar tierra firme en majestuoso recorrido por territorios, en su mayoría selváticos, desemboca en el mar Caribe por una serie de bocas, extendidas por una gran región de la costa. Otro río cuya grandeza se puede apreciar desde el aire, viajando en avión, es el Amazonas, que desemboca en el océano Atlántico separando a la ciudad de Belén de la tierra firme brasileña, con su bifurcación producida por la interposición de la gran isla de Marajo, que es más que un delta y resultando como consecuencia dos amplias vías acuáticas que asemejan enormes bahías. La ciudad de Belén, con su gran base naval, que domina el tráfico fluvial y controla la navegación de varios países, es una ciudad que tuvo gran esplendor comercial cuando el caucho era una materia prima de primera clase y que prácticamente sólo existía en la selva amazónica, teniendo que ser exportado por dicho puerto, después de recorrer enormes distancias. Hoy se ve abandonado y falto de vida comercial, contrastando con sus años de esplendor. Lo más espectacular en la vida de esta ciudad es la periodicidad y regularidad de las lluvias, que ocurren de manera casi matemática, hacia las tres de todas las tardes, de tal modo que se toman como referencia para citas, siendo frecuente que se diga antes o después de la lluvia, al concertar una entrevista o cosa por el estilo. La impresión de la grandeza del Río de la Plata, entre Montevideo y Buenos Aires, es también otro espectáculo grandioso digno de recordar. Su estuario parece más un brazo de mar o una gran bahía que la desembocadura de este río. El avión recorre distancias enormes en su vuelo sobre su desembocadura, que nos parece estar volando sobre un gran océano, pues las orillas difícilmente se pueden observar. Cataratas del Niágara Encontrándonos en New York, decidimos hacer un viaje hasta el Canadá, para conocer las fabulosas cataratas del Niágara, legendarias y hasta motivo de cantos por parte de poetas y escritores, que las han hecho famosas por ser cita de muchas “luna de miel” de personas acaudaladas. 176

Para llegar a este sitio, fuimos hasta la industriosa ciudad de Búfalo, en el norte del estado de New York, donde pasamos un día conociéndola. Hicimos un recorrido en automóvil por toda la ciudad, pudiendo admirar su zona industrial y de manufactura de productos químicos, que la han hecho famosa. Cruzamos la frontera con Canadá para llegar a Toronto, ciudad que también recorrimos en automóvil, especialmente su famosa universidad. Luego fuimos hasta las Cataratas, para admirar su espectacular grandeza, imposible de describir con palabras. En el recorrido turístico que hicimos, pasamos por los “rápidos” y admiramos la gran caída en forma de herradura, cuya contemplación eleva el espíritu a lo sublime. Igualmente deja atónito al espectador el ensordecedor ruido que produce la caída de las aguas, que se puede percibir a gran distancia como música mágica del espíritu divino que dio origen a tan espectacular como grandioso panorama de la naturaleza, que el hombre nunca podría construir. Luego y siempre por tren, ahora canadiense y en territorio de este país, fuimos hasta Montreal, ciudad canadiense, famosa por su comercio, su universidad, sus hospitales y en fin por sus arraigadas tradiciones. Todavía se puede observar su origen francés, en oposición al carácter netamente inglés que priva en Toronto. Hicimos un recorrido turístico por la ciudad, con visita a su famosa Catedral; admiramos el museo de cera y sus aristocráticos barrios residenciales, así como sus restaurantes famosos por sus comidas y tradiciones. Todo en esta gran ciudad causa impresión difícilmente borrable de los recuerdos que tenemos de nuestros recorridos por el mundo americano. El retorno a New York lo hicimos por tren, en condiciones de gran comodidad, a pesar de que la distancia es bastante grande y toma muchas horas. Director Rotary ARTURO DAMIRÓN RICART | MIS BODAS DE ORO CON LA MEDICINA En 1951, durante la convención celebrada en Atlantic City, ciudad que ya había visitado antes en varias ocasiones, tomé posesión como Director de Rotary Internacional, cargo para el cual se me había escogido hacía muchos meses. Ser miembro de la directiva internacional de su institución de servicio mundial, con el prestigio de Rotary, es honor que muy pocos latinos hemos tenido el privilegio de ostentar. La directiva está constituida por calificados rotarios de diversas partes del mundo, que han servido anteriormente como gobernadores, representando a las diversas áreas del planeta, para justificar su denominación de internacional. Yo representé en el año 1951-52 a la América Ibérica dentro de la directiva internacional. Esta circunstancia me obligó a asistir a las reuniones de este organismo que se celebran periódicamente, así como asistir a las convenciones de Atlantic City en 1951 y México en 1952, así como también a las Asambleas internacionales de Lake Placid en dichos años, en las cuales tuve el encargo de la instrucción de los gobernadores iberoamericanos, lo cual traté de hacer lo mejor que me fue posible. Además mi condición de Director me obligaba a efectuar misiones que me encargaba la directiva, así como la representación del Presidente en conferencias de distrito. La última vez que estuve en Lake Placid, o sea la cuarta ocasión, ocurrió en 1969, cuando asistí al Instituto Rotario que se celebra simultáneamente con la Asamblea, y a 177

Para llegar a este sitio, fuimos hasta la industriosa ciudad <strong>de</strong> Búfalo, en el norte <strong>de</strong>l estado<br />

<strong>de</strong> New York, don<strong>de</strong> pasamos un día conociéndola. Hicimos un recorrido en automóvil<br />

por toda la ciudad, pudiendo admirar su zona industrial y <strong>de</strong> manufactura <strong>de</strong> productos<br />

químicos, que la han hecho famosa.<br />

Cruzamos la frontera con Canadá para llegar a Toronto, ciudad que también recorrimos<br />

en automóvil, especialmente su famosa universidad.<br />

Luego fuimos hasta las Cataratas, para admirar su espectacular gran<strong>de</strong>za, imposible <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>scribir con palabras.<br />

En el recorrido turístico que hicimos, pasamos por los “rápidos” y admiramos la gran caída<br />

en forma <strong>de</strong> herradura, cuya contemplación eleva el espíritu a lo sublime. Igualmente <strong>de</strong>ja atónito<br />

al espectador el ensor<strong>de</strong>cedor ruido que produce la caída <strong>de</strong> las aguas, que se pue<strong>de</strong> percibir a<br />

gran distancia como música mágica <strong>de</strong>l espíritu divino que dio origen a tan espectacular como<br />

grandioso panorama <strong>de</strong> la naturaleza, que el hombre nunca podría construir.<br />

Luego y siempre por tren, ahora canadiense y en territorio <strong>de</strong> este país, fuimos hasta<br />

Montreal, ciudad canadiense, famosa por su comercio, su universidad, sus hospitales y en<br />

fin por sus arraigadas tradiciones. Todavía se pue<strong>de</strong> observar su origen francés, en oposición<br />

al carácter netamente inglés que priva en Toronto.<br />

Hicimos un recorrido turístico por la ciudad, con visita a su famosa Catedral; admiramos<br />

el museo <strong>de</strong> cera y sus aristocráticos barrios resi<strong>de</strong>nciales, así como sus restaurantes famosos<br />

por sus comidas y tradiciones.<br />

Todo en esta gran ciudad causa impresión difícilmente borrable <strong>de</strong> los recuerdos que<br />

tenemos <strong>de</strong> nuestros recorridos por el mundo americano.<br />

El retorno a New York lo hicimos por tren, en condiciones <strong>de</strong> gran comodidad, a pesar<br />

<strong>de</strong> que la distancia es bastante gran<strong>de</strong> y toma muchas horas.<br />

Director Rotary<br />

ARTURO DAMIRÓN RICART | MIS BODAS DE ORO CON LA MEDICINA<br />

En 1951, durante la convención celebrada en Atlantic City, ciudad que ya había visitado<br />

antes en varias ocasiones, tomé posesión como Director <strong>de</strong> Rotary Internacional, cargo para<br />

el cual se me había escogido hacía muchos meses.<br />

Ser miembro <strong>de</strong> la directiva internacional <strong>de</strong> su institución <strong>de</strong> servicio mundial, con el<br />

prestigio <strong>de</strong> Rotary, es honor que muy pocos latinos hemos tenido el privilegio <strong>de</strong> ostentar.<br />

La directiva está constituida por calificados rotarios <strong>de</strong> diversas partes <strong>de</strong>l mundo, que<br />

han servido anteriormente como gobernadores, representando a las diversas áreas <strong>de</strong>l planeta,<br />

para justificar su <strong>de</strong>nominación <strong>de</strong> internacional.<br />

Yo representé en el año 1951-52 a la América Ibérica <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la directiva internacional.<br />

Esta circunstancia me obligó a asistir a las reuniones <strong>de</strong> este organismo que se celebran<br />

periódicamente, así como asistir a las convenciones <strong>de</strong> Atlantic City en 1951 y México en<br />

1952, así como también a las Asambleas internacionales <strong>de</strong> Lake Placid en dichos años, en<br />

las cuales tuve el encargo <strong>de</strong> la instrucción <strong>de</strong> los gobernadores iberoamericanos, lo cual<br />

traté <strong>de</strong> hacer lo mejor que me fue posible.<br />

A<strong>de</strong>más mi condición <strong>de</strong> Director me obligaba a efectuar misiones que me encargaba la<br />

directiva, así como la representación <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte en conferencias <strong>de</strong> distrito.<br />

La última vez que estuve en Lake Placid, o sea la cuarta ocasión, ocurrió en 1969,<br />

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