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23.04.2013 Views

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES Los actos protocolares eran llevados con precisión asombrosa y gran altura, demostrativo de la buena preparación de parte de sus dirigentes. Los actos sociales fueron espléndidos y variados. La “filetada a la luz de la luna” con sus fogatas para la preparación de las comidas, fue una revelación para nosotros y el baile, con trajes masculinos y femeninos típicos de la región, es algo que todavía recordamos con gran delectación. En el acto de clausura se me obsequió con un bello cuadro con el calendario azteca, que adorna mi oficina médica, y el cual es admirado por mis clientes por su bien acabada terminación en bronce. La visita que efectuamos a una de las más importantes cervecerías de la región me dio una idea de la elaboración de esta bebida, pues su director gerente se tomó el trabajo de acompañarme en calidad de cicerone, durante todo el recorrido por la planta. Es tan grande esta industria que posee una moderna y enorme planta eléctrica con su propio embalse de agua para garantizar la elaboración de este producto. Es de observar mis recuerdos con mi formación espiritual a través de Rotary. Es por ello que gran parte de mis relatos durante mis cincuenta años de vida profesional, estén tan estrechamente relacionados con esta institución mundial de servicio, a la cual he dedicado mucho de mi tiempo. Guerra civil En 1965 ocurrió una guerra civil que repercutió sobre todos los ámbitos de este país y especialmente de nuestra capital. En otras regiones del territorio nacional las molestias fueron de mínima importancia, concentrándose casi totalmente en esta ciudad. Se dice que ocurrieron más de tres mil casos mortales entre los combatientes y la población civil. Como resultado de esta situación las tropas de los Estados Unidos desembarcaron en territorio dominicano, en una nueva invasión del país que eclipsó nuevamente nuestra soberanía. Los bandos en pugna, por una parte el ejército leal a sus principios y los rebeldes, mantuvieron separada la ciudad en dos zonas, entre las cuales se interpusieron las tropas invasoras, creando un estado de cosas que produjo grandes sufrimientos a la población civil. Los médicos sufrimos lo indecible, pues teníamos que atender heridos y enfermos bajo circunstancias muy peligrosas para nuestras vidas. Nuestra Clínica Internacional fue ocupada, después de haber sido ametrallada por las tropas de ocupación, produciéndonos grandes pérdidas por los destrozos al edificio y sus equipos. Nadie fue responsable de estos daños, ni tampoco podíamos trabajar en la atención de pacientes. Las pérdidas fueron cuantiosas, teniendo que sufragarlas los dueños, pues nadie se responsabilizó con dichos actos. Los que tuvimos la desgracia de vivir circunstancias similares durante nuestro tumultuoso pasado, nunca habíamos presenciado nada igual o parecido. Durante el sitio a esta ciudad por el General Luis Felipe Vidal, después de la muerte del Presidente Cáceres, que es lo más antiguo que nuestra memoria recuerda, no podemos establecer paralelos. Yo puedo recordar la primera ocupación del territorio dominicano por los “marines” entre los años 1916 y 1924, pero tampoco se pueden establecer comparaciones entre ambas. 174

Durante esta guerra civil hubo desbordamientos de pasiones basados en ideologías antagónicas, que no existieron en las guerras anteriores de nuestro país. Anteriormente sólo estaban en juego intereses políticos por el poder. Visitas a Estados Unidos Desde mi primer viaje en vapor a Estados Unidos, han sido muchas las veces que he viajado a ese país, usando siempre la vía aérea, con entrada por Miami, unas veces y otras directamente a New York o con escala en Puerto Rico. Recuerdo sin embargo, con especial cariño un viaje que hice a los Estados Unidos, para asistir a conferencias de distritos rotarios, llevando la representación personal del Presidente de Rotary y que debían celebrarse en Atlantic City y Johnstown, población ésta última del oeste del estado de Pennsilvania. Las dos conferencias fueron celebradas en fines de semana sucesivos. Yo tenía que hablar en inglés y entregar el mensaje en dicho idioma. Mi característica manera de hablar este idioma fue lo más interesante para quienes tenían que recibir dichos mensajes. Las sesiones plenarias en ambos eventos, así como los actos sociales fueron una revelación para mí, pues confirmaron la internacionalización de nuestro movimiento. Conservo algunos obsequios que me fueron hechos tanto a mí como a mi esposa, entre mis más preciados trofeos rotarios, que son muchos. En la clausura final de la conferencia de Atlantic City fuimos honrados con la presencia de un representante a la Cámara por el Estado de New Jersey, quien pronunció un discurso de gran valor y aprecio para todos los asistentes. Este acto se celebró en un exclusivo Country Club cercano a la ciudad y constituyó un evento de difícil posibilidad de olvidar, por lo concurrido que resultó y por la distinción de sus participantes. Los actos sociales fueron espléndidos en ambas conferencias, pero merece mención especial el celebrado en Johnstown, cuyos habitantes son descendientes en su mayoría, de colonizadores centro europeos que conservan muy bien las costumbres de sus ascendientes, tanto en su música como en sus bailes, los cuales fueron ofrecidos como una atracción especial en nuestro beneficio. Nos parecía estar transportados a los Balcanes por la fidelidad con que fueron interpretados. Corridas de toros ARTURO DAMIRÓN RICART | MIS BODAS DE ORO CON LA MEDICINA En mis frecuentes viajes a Ciudad México asistí a varias corridas de toros y algunas novilladas. Es un espectáculo que para mí tiene una atracción especial y una admiración sin límites. Vi corridas en la Plaza grande, como se le llama a la principal, que aunque fueron deslucidas por una impertinente lluvia, tuvieron para mí una enorme impresión por tratarse de las primeras que presencié. En viajes sucesivos pude asistir al Rancho del Charro, donde se escenificaba una novillada, también bajo la inclemencia de la lluvia, y en donde admiré el valor y la decisión de los jovencitos que tenían a su cargo el espectáculo, haciendo galas de un valor imponderable. 175

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

Los actos protocolares eran llevados con precisión asombrosa y gran altura, <strong>de</strong>mostrativo<br />

<strong>de</strong> la buena preparación <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> sus dirigentes.<br />

Los actos sociales fueron espléndidos y variados. La “filetada a la luz <strong>de</strong> la luna” con<br />

sus fogatas para la preparación <strong>de</strong> las comidas, fue una revelación para nosotros y el baile,<br />

con trajes masculinos y femeninos típicos <strong>de</strong> la región, es algo que todavía recordamos con<br />

gran <strong>de</strong>lectación.<br />

En el acto <strong>de</strong> clausura se me obsequió con un bello cuadro con el calendario azteca,<br />

que adorna mi oficina médica, y el cual es admirado por mis clientes por su bien acabada<br />

terminación en bronce.<br />

La visita que efectuamos a una <strong>de</strong> las más importantes cervecerías <strong>de</strong> la región me dio<br />

una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la elaboración <strong>de</strong> esta bebida, pues su director gerente se tomó el trabajo <strong>de</strong><br />

acompañarme en calidad <strong>de</strong> cicerone, durante todo el recorrido por la planta. Es tan gran<strong>de</strong><br />

esta industria que posee una mo<strong>de</strong>rna y enorme planta eléctrica con su propio embalse <strong>de</strong><br />

agua para garantizar la elaboración <strong>de</strong> este producto.<br />

Es <strong>de</strong> observar mis recuerdos con mi formación espiritual a través <strong>de</strong> Rotary. Es por<br />

ello que gran parte <strong>de</strong> mis relatos durante mis cincuenta años <strong>de</strong> vida profesional, estén tan<br />

estrechamente relacionados con esta institución mundial <strong>de</strong> servicio, a la cual he <strong>de</strong>dicado<br />

mucho <strong>de</strong> mi tiempo.<br />

Guerra civil<br />

En 1965 ocurrió una guerra civil que repercutió sobre todos los ámbitos <strong>de</strong> este país<br />

y especialmente <strong>de</strong> nuestra capital. En otras regiones <strong>de</strong>l territorio nacional las molestias<br />

fueron <strong>de</strong> mínima importancia, concentrándose casi totalmente en esta ciudad. Se dice que<br />

ocurrieron más <strong>de</strong> tres mil casos mortales entre los combatientes y la población civil.<br />

Como resultado <strong>de</strong> esta situación las tropas <strong>de</strong> los Estados Unidos <strong>de</strong>sembarcaron en<br />

territorio dominicano, en una nueva invasión <strong>de</strong>l país que eclipsó nuevamente nuestra<br />

soberanía.<br />

Los bandos en pugna, por una parte el ejército leal a sus principios y los rebel<strong>de</strong>s, mantuvieron<br />

separada la ciudad en dos zonas, entre las cuales se interpusieron las tropas invasoras,<br />

creando un estado <strong>de</strong> cosas que produjo gran<strong>de</strong>s sufrimientos a la población civil.<br />

Los médicos sufrimos lo in<strong>de</strong>cible, pues teníamos que aten<strong>de</strong>r heridos y enfermos bajo<br />

circunstancias muy peligrosas para nuestras vidas.<br />

Nuestra Clínica Internacional fue ocupada, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber sido ametrallada por las<br />

tropas <strong>de</strong> ocupación, produciéndonos gran<strong>de</strong>s pérdidas por los <strong>de</strong>strozos al edificio y sus<br />

equipos. Nadie fue responsable <strong>de</strong> estos daños, ni tampoco podíamos trabajar en la atención<br />

<strong>de</strong> pacientes. Las pérdidas fueron cuantiosas, teniendo que sufragarlas los dueños, pues<br />

nadie se responsabilizó con dichos actos.<br />

Los que tuvimos la <strong>de</strong>sgracia <strong>de</strong> vivir circunstancias similares durante nuestro tumultuoso<br />

pasado, nunca habíamos presenciado nada igual o parecido.<br />

Durante el sitio a esta ciudad por el General Luis Felipe Vidal, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte<br />

<strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte Cáceres, que es lo más antiguo que nuestra memoria recuerda, no po<strong>de</strong>mos<br />

establecer paralelos.<br />

Yo puedo recordar la primera ocupación <strong>de</strong>l territorio dominicano por los “marines” entre<br />

los años 1916 y 1924, pero tampoco se pue<strong>de</strong>n establecer comparaciones entre ambas.<br />

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