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23.04.2013 Views

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES Desgraciadamente a sólo dos meses de haber iniciado sus labores, sufrió un serio infarto del miocardio, que lo imposibilitó para continuar sus funciones, por lo cual la directiva internacional me comisionó para ejercer nuevamente las funciones de gobernación interinamente, y que duró casi todo el período de incapacidad del titular. Me vi precisado a preparar la asamblea de distrito que estaba planeada para celebrarse en Santiago de los Caballeros y la conferencia de distrito, en la ciudad de San Cristóbal y a la cual debía venir como representante del presidente internacional, nada menos que ese gran rotario que se llamó Phil Lovejoy, Secretario General de las oficinas en Chicago, y de tan grata recordación considerado como el hombre mejor preparado en cuestiones rotarias. Durante mi primer período de gobernación me cupo el alto honor de recibir la visita oficial del Presidente Internacional Percy Hodgson, a quien acompañaba su esposa, y los cuales estuvieron con nosotros por dos días inolvidables, visitando el Cibao y con especialidad a la ciudad de Santiago de los Caballeros y esta ciudad. Todavía, después de tantos años, Percy recuerda con gran cariño esta visita efectuada a nuestra patria, según me lo ha manifestado cada vez que nos encontramos. Durante mi actuación como Gobernador se fundaron los clubes de Azua y Salcedo, que son fuertes columnas en el movimiento rotario dominicano, y los de Montecristi y Pimentel que se han extinguido, lamentablemente. Percy fue condecorado por el Gobierno dominicano con la orden de Cristóbal Colón, en el grado de Comendador y en muchas ocasiones lo he visto ostentar con gran orgullo ese distintivo al lado del botón rotario. Primer vuelo en avión Para asistir a la convención rotaria de Atlantic City en 1947, llevando la representación oficial de mi club, del cual era su presidente, efectué mi primer vuelo aéreo a la Ciudad de Miami. En uno de aquellos aviones propios de la época, un pequeño DC-3, con escalas en Puerto Príncipe (Haití), Kingston (Jamaica) y Camagüey (Cuba), para finalmente llegar a Miami, Florida, agotando un viaje que duraba casi todo el día. Yo había efectuado, antes, muchos vuelos en aviones que efectuaban viajes entre algunas ciudades del país, pero esa experiencia de un viaje internacional, fue muy impresionante para mí. Recuerdo el almuerzo servido después de salir de Puerto Príncipe, sobre el mar, así como el paso por encima de nuestro Lago Enriquillo, que se presentaba majestuoso a mis curiosos ojos. Desde Miami me trasladé en avión hasta la ciudad de New York, y desde allí, por tren, a Atlantic City, sitio de reunión. A la convención asistimos un grupo de dominicanos, compuesto por el Dr. F. Thomen, Mauricio Álvarez, Blas Pezzotti y Antonio Armenteros. La ciudad de Atlantic City tiene uno de los auditorios para convenciones más majestuosos del mundo, con capacidad para muchos miles de asistentes, situado en el centro de un amplio paseo de madera, de gruesos tablones, conocido como el board walk, frente al cual están la mayoría de sus grandes y lujosos hoteles y tiendas y restaurantes, y del cual parten una serie de espigones de madera, con sitios de atracción y esparcimiento de los cuales el más famoso es el llamado muelle del millón. 168

Fue allí donde cultivé mis primeras amistades internacionales, muchas de las cuales todavía mantengo con gran orgullo. Esta ciudad tiene para mí grata recordación, pues años después tuve la oportunidad de retornar a ella, a una nueva convención para juramentarme como Director de Rotary International, algo que entonces ni siquiera soñaba que podría alcanzar. Recuerdos de viajes ARTURO DAMIRÓN RICART | MIS BODAS DE ORO CON LA MEDICINA Además de los descritos anteriormente, he viajado mucho por nuestra América, casi siempre acompañado de mi esposa y muchas veces de mi hija. En 1951 fuimos hasta Chile y Perú a cumplir misiones de Representante del Presidente de Rotary International, en conferencias de distrito que se celebraron en Tacna (Perú) y Valdivia (Chile). Para cumplir estos encargos tuvimos que ir hasta Miami, Florida, y de allí, en viaje por avión, con escalas en Panamá y Lima, hasta llegar a Santiago de Chile. Hacer una reseña de mis impresiones sería pálido ante la realidad. Tengo que recordar con gran cariño el encuentro que tuve en esa ciudad, en el Hotel Carrera, con su gerente Anthony Vaungh, quien lo había sido de nuestro Hotel Jaragua, y quien nos prodigó muchas atenciones, que siempre agradeceremos. Por ferrocarril nos trasladamos más al sur, hasta la ciudad de Valdivia, en donde pasamos tres días mientras cumplíamos nuestra primera misión sudamericana. Un paseo inolvidable lo constituye una excursión por lancha, que efectuamos hasta la desembocadura del río Valdivia, en donde todavía se pueden apreciar los fortines españoles que en épocas de la conquista y colonización española, defendían su entrada. La población de esta bella ciudad en su gran mayoría eran chilenos descendientes de alemanes que todavía conservan muchas de sus costumbres y a veces hasta el idioma. En visita que efectuamos a un famoso invernadero, en donde existían muchas variedades de flores de otras latitudes, se nos mostró con gran orgullo una planta denominada “sensitiva” por su cualidad de cerrar sus hojas al menor contacto de la mano y que corresponde a nuestro silvestre “moriviví”. Años después esta ciudad fue casi completamente destruida por un terrible terremoto, seguido de un maremoto, que casi barrió con todas las construcciones de la ciudad a pesar de lo bien construidas que estaban. Según las crónicas que leímos de este pavoroso desastre, muchas de las más modernas edificaciones que conocimos, habían desaparecido por la fuerza del sismo y las inundaciones. Por una fina cortesía del representante diplomático dominicano, acreditado en la capital de Chile, nos trasladamos en su propio automóvil hasta la ciudad costera de Valparaíso, bañada por el Pacífico. Visitamos el famoso casino de Viña del Mar, así como otras poblaciones aledañas y saboreamos los finos y exquisitos platos de mariscos, tan abundantes como variados en el océano Pacífico, así como los magníficos vinos chilenos y sus sabrosas frutas, especialmente uvas y duraznos. Para cumplir nuestra misión en Tacna, tuvimos que volar de regreso a Lima, teniendo la oportunidad de contemplar la grandeza de la cordillera de los Andes, así como de sus famosos picachos coronados de nieves perpetuas, los más imponentes de toda Sudamérica. 169

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

Desgraciadamente a sólo dos meses <strong>de</strong> haber iniciado sus labores, sufrió un serio<br />

infarto <strong>de</strong>l miocardio, que lo imposibilitó para continuar sus funciones, por lo cual la directiva<br />

internacional me comisionó para ejercer nuevamente las funciones <strong>de</strong> gobernación<br />

interinamente, y que duró casi todo el período <strong>de</strong> incapacidad <strong>de</strong>l titular. Me vi precisado<br />

a preparar la asamblea <strong>de</strong> distrito que estaba planeada para celebrarse en Santiago <strong>de</strong> los<br />

Caballeros y la conferencia <strong>de</strong> distrito, en la ciudad <strong>de</strong> San Cristóbal y a la cual <strong>de</strong>bía venir<br />

como representante <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte internacional, nada menos que ese gran rotario que se<br />

llamó Phil Lovejoy, Secretario General <strong>de</strong> las oficinas en Chicago, y <strong>de</strong> tan grata recordación<br />

consi<strong>de</strong>rado como el hombre mejor preparado en cuestiones rotarias.<br />

Durante mi primer período <strong>de</strong> gobernación me cupo el alto honor <strong>de</strong> recibir la visita<br />

oficial <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte Internacional Percy Hodgson, a quien acompañaba su esposa, y los<br />

cuales estuvieron con nosotros por dos días inolvidables, visitando el Cibao y con especialidad<br />

a la ciudad <strong>de</strong> Santiago <strong>de</strong> los Caballeros y esta ciudad.<br />

Todavía, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> tantos años, Percy recuerda con gran cariño esta visita efectuada a<br />

nuestra patria, según me lo ha manifestado cada vez que nos encontramos.<br />

Durante mi actuación como Gobernador se fundaron los clubes <strong>de</strong> Azua y Salcedo, que<br />

son fuertes columnas en el movimiento rotario dominicano, y los <strong>de</strong> Montecristi y Pimentel<br />

que se han extinguido, lamentablemente.<br />

Percy fue con<strong>de</strong>corado por el Gobierno dominicano con la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> Cristóbal Colón, en<br />

el grado <strong>de</strong> Comendador y en muchas ocasiones lo he visto ostentar con gran orgullo ese<br />

distintivo al lado <strong>de</strong>l botón rotario.<br />

Primer vuelo en avión<br />

Para asistir a la convención rotaria <strong>de</strong> Atlantic City en 1947, llevando la representación<br />

oficial <strong>de</strong> mi club, <strong>de</strong>l cual era su presi<strong>de</strong>nte, efectué mi primer vuelo aéreo a la Ciudad <strong>de</strong><br />

Miami. En uno <strong>de</strong> aquellos aviones propios <strong>de</strong> la época, un pequeño DC-3, con escalas en<br />

Puerto Príncipe (Haití), Kingston (Jamaica) y Camagüey (Cuba), para finalmente llegar a<br />

Miami, Florida, agotando un viaje que duraba casi todo el día.<br />

Yo había efectuado, antes, muchos vuelos en aviones que efectuaban viajes entre algunas<br />

ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l país, pero esa experiencia <strong>de</strong> un viaje internacional, fue muy impresionante<br />

para mí.<br />

Recuerdo el almuerzo servido <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> salir <strong>de</strong> Puerto Príncipe, sobre el mar, así<br />

como el paso por encima <strong>de</strong> nuestro Lago Enriquillo, que se presentaba majestuoso a mis<br />

curiosos ojos.<br />

Des<strong>de</strong> Miami me trasladé en avión hasta la ciudad <strong>de</strong> New York, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allí, por tren,<br />

a Atlantic City, sitio <strong>de</strong> reunión.<br />

A la convención asistimos un grupo <strong>de</strong> dominicanos, compuesto por el Dr. F. Thomen,<br />

Mauricio Álvarez, Blas Pezzotti y Antonio Armenteros.<br />

La ciudad <strong>de</strong> Atlantic City tiene uno <strong>de</strong> los auditorios para convenciones más majestuosos<br />

<strong>de</strong>l mundo, con capacidad para muchos miles <strong>de</strong> asistentes, situado en el centro <strong>de</strong> un<br />

amplio paseo <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra, <strong>de</strong> gruesos tablones, conocido como el board walk, frente al cual<br />

están la mayoría <strong>de</strong> sus gran<strong>de</strong>s y lujosos hoteles y tiendas y restaurantes, y <strong>de</strong>l cual parten<br />

una serie <strong>de</strong> espigones <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra, con sitios <strong>de</strong> atracción y esparcimiento <strong>de</strong> los cuales el<br />

más famoso es el llamado muelle <strong>de</strong>l millón.<br />

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