Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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23.04.2013 Views

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES Un buen día me dijo que se iba para Alemania y que se embarcaría por Puerto Plata en un vapor de la Horn Line, que lo conduciría a Hamburgo, y así lo hizo. Fue una indiscreción de su parte, porque sus enemigos políticos vivían vigilando sus pasos y habrían querido saber su itinerario a cualquier precio para un atentado. Durante su permanencia en el Hospital me ocurrieron muchos incidentes con sus acompañantes, unos agradables y otros desagradables, pues todos los que lo rodeaban se disputaban sus favores y a veces sentían celos por las distinciones que tenía conmigo. A pesar de que él no lo deseaba, me vi precisado a solicitar protección policial muy discreta, para protegerlo de un atentado que hubiera tenido serias repercusiones sobre el crédito del Hospital, especialmente cuando venía a nuestro puerto el vapor “Cuba” en su itinerario entre la Habana y San Juan, con escalas en nuestro país, que podía traer personas interesadas en su desaparición. Después de un largo período en Europa, vino a residir a los Estados Unidos, donde murió luego de una operación que le fue practicada en un riñón. Todavía recuerdo, con admiración, su gran valor. Muchas veces tuve que llamarle la atención por mantenerse acostado de espaldas, frente a la puerta de la habitación que se encontraba abierta y estaba situada en un pasillo por el cual circulaba libremente todo el que así lo deseaba. Segundo Congreso Médico Dominicano Después de una larga pausa, se celebró el Segundo Congreso Médico Dominicano, presidido por el Dr. Ramón de Lara, al cual concurrieron gran número de profesionales con sus aportaciones científicas. Este fue celebrado en las postrimerías del año 1933 y tuvo por sede el Ateneo Dominicano, que estaba alojado entonces en la segunda planta del edificio que hoy ocupa el diario El Caribe en la calle El Conde. Parece que había gran ansiedad de manifestaciones científicas a juzgar por la concurrencia de trabajos tanto a los temas oficiales como a los libres. Yo participé con un trabajo titulado Maniobras para aminorar el tiempo en las apendicetomías, el cual fue escenificado con tres operaciones, practicadas en tiempo récord de seis minutos en promedio por cada una, siendo éstas presenciadas por un gran número de colegas, los cuales tuvieron frases muy enaltecedoras para el tema presentado y hasta para mi habilidad como operador, siendo dicho trabajo galardonado con un Premio y Diploma, que después de tantos años todavía ostento orgulloso en mi oficina particular, junto a otros reconocimientos que se me han conferido durante mi larga práctica en el campo de la cirugía, a la cual me dediqué casi exclusivamente durante una gran parte de mi ejercicio médico. Hubo un lapso comprendido entre los años 1927 y 1955, en los cuales efectuaba un promedio de ochenta intervenciones quirúrgicas por mes, lo cual totaliza unas treinta mil operaciones efectuadas en este período de mi vida, cifra que se aumentó luego, aunque no al mismo ritmo, porque la práctica privada es más limitada y después de la clausura del Hospital Internacional en 1955, estuve dedicado a esta práctica. Para tener una idea de la labor realizada por mí durante este largo período de práctica hospitalaria, basta considerar que para efectuar un promedio de ochenta operaciones por mes, es necesario por lo menos la ejecución de tres o cuatro por cada día laborable de cada 144

ARTURO DAMIRÓN RICART | MIS BODAS DE ORO CON LA MEDICINA semana. Esa labor continua y sistemática es agobiadora, pues son muchos los sinsabores que se pasan en la sala de operaciones. Casos Raros. Filariasis y espiroquetosis En una ocasión al efectuar una operación por hidroceles, el líquido extraído era francamente lechoso, por lo cual lo envié al laboratorio para su estudio, obteniendo la respuesta de que se trataba de un derrame quilúrico, en el cual se encontró embriones y abundantes huevos de microfilaria del tipo Bancrofti. Este enfermo había venido a mi servicio, según su declaración, por haber recibido una contusión, en el escroto, durante la realización de un trabajo, por lo cual la trans-iluminación que le fue practicada era negativa y se creyó que en realidad se trataba de un hematoma o derrame sanguíneo. Los hechos demostraron una cosa muy distinta y la falta de veracidad de la causa ocasional atribuida por el enfermo con fines fraudulentos para atribuirlo a un accidente del trabajo. Como consecuencia de esta revelación yo reporté el caso y escribí un artículo en la Revista Médico Farmacéutica que era editada entonces y dirigía el Dr. Félix M. Veloz Saldaña, siguiendo luego gran alarma entre los profesionales médicos que ahora demostraban gran diligencia en encontrar nuevos casos de filariasis humana nocturna, enfermedad que hasta ese momento se desconocía que existiera en nuestro país. Cuando era descubierto, anteriormente, algún caso, siempre se trataba de justificar su contaminación en algún período de su vida en otras áreas del trópico, donde era aceptada que era endémica. Yo mismo descubrí años después, otro raro caso de filariasis, al detectar un derrame pleural con líquido lechoso que estaba repleto de huevos de microfilaria humana del tipo descrito anteriormente, en un enfermo diagnosticado radiográficamente de pleuresía con derrame. Otros casos raros que tuve el privilegio de ver fueron los que se me presentaron de modo esporádico, con todos los síntomas de neumonía, pero con esputos francamente hemorrágicos en vez de herrumbrosos, y en cuyos esputos se pudo encontrar abundantemente la presencia de Espiroquetas, respondiendo al tratamiento con pequeñas dosis de sales arsenicales por vía intravenosa, de Neo-salvarsan. Por lo menos fueron detectados, con absoluta certeza, dos casos de esta rara enfermedad, los cuales también publiqué, siendo muy discutidos en todas las reuniones científicas que entonces se efectuaban con mayor frecuencia que en nuestros días. No he vuelto a saber de casos de espiroquetosis bronquial en nuestro país, a lo mejor porque nadie está buscando estas rarezas o porque con el uso de los antibióticos no han podido desarrollarse a plenitud. Después del advenimiento de los antibióticos, que no existían en mis primeros años de mi práctica médica, muchas enfermedades que antes eran comunes, ahora resulta que sólo se ven como una excepción. Por ejemplo, los abscesos urinosos, tan frecuentes en el pasado, como consecuencia de estrecheces uretrales masculinas o manipulaciones en la uretra, ya son prácticamente desconocidos por los médicos actuales. Hace algunos años eran de tal frecuencia, que las incisiones en el periné para su evacuación constituían parte de la rutina casi diaria de los cirujanos. 145

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Un buen día me dijo que se iba para Alemania y que se embarcaría por Puerto Plata en<br />

un vapor <strong>de</strong> la Horn Line, que lo conduciría a Hamburgo, y así lo hizo. Fue una indiscreción<br />

<strong>de</strong> su parte, porque sus enemigos políticos vivían vigilando sus pasos y habrían querido<br />

saber su itinerario a cualquier precio para un atentado.<br />

Durante su permanencia en el Hospital me ocurrieron muchos inci<strong>de</strong>ntes con sus<br />

acompañantes, unos agradables y otros <strong>de</strong>sagradables, pues todos los que lo ro<strong>de</strong>aban se<br />

disputaban sus favores y a veces sentían celos por las distinciones que tenía conmigo.<br />

A pesar <strong>de</strong> que él no lo <strong>de</strong>seaba, me vi precisado a solicitar protección policial muy<br />

discreta, para protegerlo <strong>de</strong> un atentado que hubiera tenido serias repercusiones sobre el<br />

crédito <strong>de</strong>l Hospital, especialmente cuando venía a nuestro puerto el vapor “Cuba” en su<br />

itinerario entre la Habana y San Juan, con escalas en nuestro país, que podía traer personas<br />

interesadas en su <strong>de</strong>saparición.<br />

Después <strong>de</strong> un largo período en Europa, vino a residir a los Estados Unidos, don<strong>de</strong><br />

murió luego <strong>de</strong> una operación que le fue practicada en un riñón.<br />

Todavía recuerdo, con admiración, su gran valor. Muchas veces tuve que llamarle la<br />

atención por mantenerse acostado <strong>de</strong> espaldas, frente a la puerta <strong>de</strong> la habitación que se<br />

encontraba abierta y estaba situada en un pasillo por el cual circulaba libremente todo el<br />

que así lo <strong>de</strong>seaba.<br />

Segundo Congreso Médico Dominicano<br />

Después <strong>de</strong> una larga pausa, se celebró el Segundo Congreso Médico Dominicano,<br />

presidido por el Dr. Ramón <strong>de</strong> Lara, al cual concurrieron gran número <strong>de</strong> profesionales con<br />

sus aportaciones científicas. Este fue celebrado en las postrimerías <strong>de</strong>l año 1933 y tuvo por<br />

se<strong>de</strong> el Ateneo Dominicano, que estaba alojado entonces en la segunda planta <strong>de</strong>l edificio<br />

que hoy ocupa el diario El Caribe en la calle El Con<strong>de</strong>.<br />

Parece que había gran ansiedad <strong>de</strong> manifestaciones científicas a juzgar por la concurrencia<br />

<strong>de</strong> trabajos tanto a los temas oficiales como a los libres.<br />

Yo participé con un trabajo titulado Maniobras para aminorar el tiempo en las apendicetomías,<br />

el cual fue escenificado con tres operaciones, practicadas en tiempo récord <strong>de</strong><br />

seis minutos en promedio por cada una, siendo éstas presenciadas por un gran número<br />

<strong>de</strong> colegas, los cuales tuvieron frases muy enaltecedoras para el tema presentado y hasta<br />

para mi habilidad como operador, siendo dicho trabajo galardonado con un Premio y<br />

Diploma, que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> tantos años todavía ostento orgulloso en mi oficina particular,<br />

junto a otros reconocimientos que se me han conferido durante mi larga práctica en el<br />

campo <strong>de</strong> la cirugía, a la cual me <strong>de</strong>diqué casi exclusivamente durante una gran parte <strong>de</strong><br />

mi ejercicio médico.<br />

Hubo un lapso comprendido entre los años 1927 y 1955, en los cuales efectuaba un<br />

promedio <strong>de</strong> ochenta intervenciones quirúrgicas por mes, lo cual totaliza unas treinta mil<br />

operaciones efectuadas en este período <strong>de</strong> mi vida, cifra que se aumentó luego, aunque no<br />

al mismo ritmo, porque la práctica privada es más limitada y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la clausura <strong>de</strong>l<br />

Hospital Internacional en 1955, estuve <strong>de</strong>dicado a esta práctica.<br />

Para tener una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la labor realizada por mí durante este largo período <strong>de</strong> práctica<br />

hospitalaria, basta consi<strong>de</strong>rar que para efectuar un promedio <strong>de</strong> ochenta operaciones por<br />

mes, es necesario por lo menos la ejecución <strong>de</strong> tres o cuatro por cada día laborable <strong>de</strong> cada<br />

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