23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

generalizó su uso <strong>de</strong> manera muy fluente el médico español refugiado <strong>de</strong> la guerra civil<br />

española que se llamó Jubés Bobadilla, a quien observé personalmente efectuar varias neumolisis<br />

por adherencias pleurales, con gran <strong>de</strong>senvoltura y precisión.<br />

Mi actuación como partero<br />

Des<strong>de</strong> que inicié mi ejercicio profesional al servicio <strong>de</strong>l Hospital Evangélico, practiqué<br />

un gran número <strong>de</strong> partos. Esto me obligaba a trabajar durante muchas noches, aparte <strong>de</strong><br />

mi habitual labor diaria, que era <strong>de</strong> por sí muy fuerte.<br />

Recuerdo que el primer parto que tuve que aten<strong>de</strong>r, el niño vino en presentación <strong>de</strong><br />

nalga, que es <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los partos normales, uno <strong>de</strong> los más laboriosos.<br />

Cada mes asistía entre 20 y 30 mujeres <strong>de</strong> parto, lo cual hacía mi labor cada vez más<br />

agobiadora. Sólo mi juventud y mi entusiasmo podían hacer posible que resistiera este<br />

esfuerzo.<br />

Después <strong>de</strong>l año 1930 vino a trabajar conmigo al Hospital Evangélico el Dr. R. R. Cohén,<br />

como partero, a quien llamábamos cariñosamente “Tato”, y mis esfuerzos fueron aliviados<br />

consi<strong>de</strong>rablemente, al relevarme <strong>de</strong> tan pesada tarea.<br />

El Dr. Cohén, <strong>de</strong> grata recordación, había retornado <strong>de</strong> París, especializado en Obstetricia<br />

y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su actuación en dicho centro hospitalario creó una gran reputación.<br />

Cuando años <strong>de</strong>spués se separó <strong>de</strong>l personal <strong>de</strong> este centro científico, edificó su propia<br />

clínica particular, el Instituto <strong>de</strong> Maternidad San Rafael, que todavía perdura a pesar <strong>de</strong> su<br />

prematura muerte.<br />

Durante mi actuación en esta faceta <strong>de</strong> mi vida profesional llegué a tener cierta reputación,<br />

por lo que la mayoría <strong>de</strong> las esposas <strong>de</strong> ejecutivos extranjeros resi<strong>de</strong>ntes en esta<br />

ciudad, tales como bancos, agencias petroleras, etc., fueron atendidas por mí durante sus<br />

partos.<br />

Tanta confianza llegué a tener por mi actuación como partero que asistí a mi propia<br />

esposa en el nacimiento <strong>de</strong> mi primera hija, que resultó ser la única que tuvimos.<br />

No sé por qué me perseguía cierto tipo <strong>de</strong> presentaciones y posiciones, parece que para<br />

<strong>de</strong>sanimarme en continuar su práctica. Un partero amigo mío, muy admirado por sus actuaciones<br />

en dicho campo, siempre me <strong>de</strong>cía que había dos tipos <strong>de</strong> niños que no le agradaban.<br />

Él, <strong>de</strong> manera pintoresca los llamaba los “curiosos” y los “corteses”. Los primeros eran<br />

aquellos que rotaban en occipito-sacra, y nacían en consecuencia mirando hacia el partero<br />

y los que le daban la mano al mismo, durante la temida presentación <strong>de</strong> hombros, que hacía<br />

necesaria una versión o algo peor, que no <strong>de</strong>searíamos ni mencionar. Confieso que ambas<br />

modalida<strong>de</strong>s fueron para mí <strong>de</strong> una frecuencia que asombra.<br />

Años más tar<strong>de</strong>, durante una breve visita a la ciudad <strong>de</strong> Washington, D. C., una señora<br />

que había sido asistida por mí durante el nacimiento <strong>de</strong> sus hijos, y que ahora vivía en dicha<br />

ciudad, supo <strong>de</strong> mi presencia y me invitó a almorzar a su hogar, encontrándose en presencia<br />

<strong>de</strong> una reunión, preparada por ella, en la que había ocho o diez niños todos nacidos en mis<br />

manos, que ahora eran ya adultos o adolescentes. Fue un espectáculo <strong>de</strong> gran repercusión<br />

y recordación para todos, que perdura entre mis recuerdos más agradables por la honda<br />

significación que tuvo en mi vida profesional.<br />

El esfuerzo que significaba para mí, hizo necesario que <strong>de</strong>jara en las reputadas<br />

manos <strong>de</strong>l Dr. Cohén este aspecto <strong>de</strong> mis múltiples actuaciones médicas, <strong>de</strong>dicándome<br />

126

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!