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23.04.2013 Views

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES Agua fuerte Para mi buen amigo ya fenecido, Aris Azar. “…Solennisez vos fétes sans ombrage…” Mais j’entends les sanglots sortir de votre bouche. Qui peut vous inspirer une haine si forte? RACINE - “Anatolic” Acto IV-I Acto III - 4,3 Apesar de que ambos personajes silenciaron sus dolores, a pesar de que era en pleno día, en una fiesta vanidosa, yo advertí el entrechoque de esas almas aceradas i sentí el estruendo pasional de sus querellas. La música, las rosas, el vino, los amores i el aire perfumado bajo un sol de medio-junio disfrazaron ante todos la tremenda acometida de aquellos pobres, obstinados corazones, enfurecidos e infelices, que ajustaban sus rencores decenarios en un ámbito increíble de alborozo i de mentiras. Ni Esquilo ni Skakespeare, ni Henri Ibsen hubieran podido inventar esa trajedia… Sólo yo, arrimado a mis recuerdos, tras el velo de un solemne juramento fui testigo de la escena extraordinaria en que un hombre i una mujer, encanecidos, removían con furor las cenizas del pasado i arrojaban a sus rostros demacrados los fragmentos de sus ascuas no extinguidas. H. Pieter Bennett 1938. Sonaba una pavana a Rosina Bardi, difunta. El Magnífico erguía su invicto gonfalón en mi Florencia. Señora ¿os recordáis? Fue una noche de estío, serena, tibia i mui afortunada, en un castillo añejo, junto al Arno, con flores i perfumes por doquiera, sobre un collado de discreta altura. Una fiesta de encantos, do embrujos i amoríos 104

HERIBERTO PIETER | AUTOBIOGRAFÍA regalaban los quince mayos tiernos de un nardo en florescencia: Helena Strozzi. Llevabais, mi señora, un blanco traje de guipur de Flandes, fino, elegante i de oro guarnecido. Joyas de aquel Cellini i otros avíos de valiosa casta realzaban la hermosura que os hacía favorita entre mis damas. Un laúd i dos violines solazaban el ambiente i placían el íntimo sentir de nuestras almas. Os besé la diestra. Al punto, sonriente, me ofrecisteis el talle para el baile. Sonaba una pavana deleitosa, sutil, apasionada. Al compás de esa música galante la vida me era blanda i aún sospecho, señora, que también para vos gran gozo había, pues el dulce cerrar de nuestros ojos i la muelle expresión de vuestro rostro clamaban –sin mentira– recóndita delicia. contento ilimitado, i tal vez más… Cien lustros han corrido de aquel deleite en casa del Strozzi. ¡No hai pavanas ni gigas ya en las fiestas ni gayas jentilezas en el trato común entre mortales! Mis angustias padecen la nostaljia, señora, de aquel tiempo. Cual fantasma, hoi transito los lugares do, en dicha, os conocí. Muchas piedras de histórico prestijio, los árboles de nuestra adolescencia i los puentes que vieron nuestro ardor han sufrido la pena de los siglos i jimen la desventura por lo arduo de la vida en senectud. El mármol que traduce vuestra imajen, Rosina, me es tormento, 105

HERIBERTO PIETER | AUTOBIOGRAFÍA<br />

regalaban los quince mayos tiernos<br />

<strong>de</strong> un nardo en florescencia: Helena Strozzi.<br />

Llevabais, mi señora,<br />

un blanco traje <strong>de</strong> guipur <strong>de</strong> Flan<strong>de</strong>s,<br />

fino, elegante i <strong>de</strong> oro guarnecido.<br />

Joyas <strong>de</strong> aquel Cellini<br />

i otros avíos <strong>de</strong> valiosa casta<br />

realzaban la hermosura<br />

que os hacía favorita entre mis damas.<br />

Un laúd i dos violines<br />

solazaban el ambiente i placían<br />

el íntimo sentir <strong>de</strong> nuestras almas.<br />

Os besé la diestra. Al punto, sonriente,<br />

me ofrecisteis el talle para el baile.<br />

Sonaba una pavana<br />

<strong>de</strong>leitosa, sutil, apasionada.<br />

Al compás <strong>de</strong> esa música galante<br />

la vida me era blanda<br />

i aún sospecho, señora,<br />

que también para vos gran gozo había,<br />

pues el dulce cerrar <strong>de</strong> nuestros ojos<br />

i la muelle expresión <strong>de</strong> vuestro rostro<br />

clamaban –sin mentira–<br />

recóndita <strong>de</strong>licia.<br />

contento ilimitado, i tal vez más…<br />

Cien lustros han corrido<br />

<strong>de</strong> aquel <strong>de</strong>leite en casa <strong>de</strong>l Strozzi.<br />

¡No hai pavanas ni gigas ya en las fiestas<br />

ni gayas jentilezas<br />

en el trato común entre mortales!<br />

Mis angustias pa<strong>de</strong>cen la nostaljia,<br />

señora, <strong>de</strong> aquel tiempo.<br />

Cual fantasma, hoi transito los lugares<br />

do, en dicha, os conocí.<br />

Muchas piedras <strong>de</strong> histórico prestijio,<br />

los árboles <strong>de</strong> nuestra adolescencia<br />

i los puentes que vieron nuestro ardor<br />

han sufrido la pena <strong>de</strong> los siglos<br />

i jimen la <strong>de</strong>sventura<br />

por lo arduo <strong>de</strong> la vida en senectud.<br />

El mármol que traduce vuestra imajen,<br />

Rosina, me es tormento,<br />

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