Descargar PDF - DESAFIO EXPORTAR
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saje cotidiano que sólo llega a ver la<br />
gente que anda de a pie?<br />
Aníbal Fernández, aseguró que “las<br />
sociedades no se suicidan”, pero basta<br />
mencionar algunas calamidades mundiales<br />
para refutar la premisa hartamente<br />
equivocada del funcionario nacional.<br />
Hitler, Mussolini, Stalin, Reagan, Tatcher<br />
y las dictaduras militares en Latinoamérica,<br />
son algunos ejemplos. Acaso estas<br />
sociedades no vitorearon a los hombres<br />
más procaces de la historia?<br />
Otro elemento no menor para entender<br />
lo ocurrido es que Argentina no<br />
respondió con “más política” a la crisis<br />
desatada en 2001-2002. Por el contrario,<br />
los niveles de participación política<br />
de los ciudadanos mermó en un 40%<br />
(en el ´83, el 70% de los argentinos<br />
estaba afiliado a algún partido), dando<br />
lugar a un tipo de sociedad apática,<br />
cuya confianza en la política es casi<br />
nula (el porcentaje incluye partidos políticos,<br />
legislativo, judicial, movimientos<br />
sociales). Vale destacar que, a fines de<br />
2010 la confianza en el Gobierno Nacional<br />
llega a ser alta en los estratos<br />
más bajos, los que registran un 41%<br />
de alta confianza, mientras que en el<br />
estrato medio alto es de 31,3%. También<br />
es superior en el Gran Buenos Aires<br />
(34,8%) en contraposición al resto<br />
urbano (20,5%), y entre los varones y<br />
la población de 35 a 59 años. Por otro<br />
lado, la confianza en la Justicia y en el<br />
Congreso es superior en los estratos<br />
más altos.<br />
Como fuere, la realidad indica que la<br />
participación política, ya sea en partidos<br />
políticos, sindicatos o movimientos<br />
piqueteros, no supera el 7% (*).<br />
Y sin participación de los ciudadanos y<br />
sin partidos políticos, los liderazgos se<br />
construyen en la cocina de la televisión,<br />
protagonista absoluta de las campañas<br />
políticas que, en rigor, fueron manejadas<br />
de variadas formas por el Estado.<br />
Por otro lado, vale aclarar que los relatos<br />
reproducidos por los medios masivos<br />
de comunicación tienen un especial<br />
impacto en los estratos populares, donde<br />
la falta de conocimiento se aprovecha<br />
de los teleadictos.<br />
Como fuera, de aquí a octubre nos<br />
preguntaremos si el kirchnerismo resultará<br />
invencible o si nuestro díscolo<br />
pueblo votará de forma distinta, como<br />
lo hizo en la Ciudad. Finalmente sabremos<br />
qué gana; si aquello de ponerse<br />
del lado del triunfador, por exitismo; o<br />
aquello otro de intentar socavar el éxito<br />
que obtuvo la vencedora, para que no<br />
se la crea.<br />
No obstante, todo parece indicar que el<br />
crecimiento económico que experimenta<br />
Latinoamérica determina el triunfo<br />
de sus oficialismos y, hasta el momento<br />
nuestro país parece jugar hacia esa<br />
lógica, aunque muy pronto el gobierno<br />
empiece a sufrir los efectos del desgaste<br />
que viene acumulando desde hace<br />
ocho años; una mochila que habrá de<br />
pesarle tarde o temprano.<br />
Pero aquí, lo sustancial es que no hay<br />
oposición -sino personajes de poca<br />
monta que se mueven bajo las reglas<br />
del mundo del espectáculo-; porque<br />
no son líderes, no son estadistas, ni siquiera<br />
son políticos de fuste –buenos<br />
o malos- , como los que quedaron en<br />
el pasado. Y no sólo No son. Tampoco<br />
tienen. No tienen ideología; no tienen<br />
principios; no tienen plataformas; no<br />
tienen proyectos. Ni siquiera pueden<br />
converger en 3 políticas de Estado sin<br />
que alguno se sienta “creador” de esa<br />
concertación. Son cobardes, genuflexos,<br />
que merecen el décimo infierno<br />
que describe Mempo Giardinelli; y, además,<br />
como son ignorantes, solo repiten<br />
“crecimos a tasas chinas”, respaldando<br />
todo lo demás: la puesta en valor de las<br />
corporaciones, la corrupción, el atropello<br />
a las leyes, el hambre, el despilfarro<br />
con el erario público, y la aceptación de<br />
que ellos, que forman parte de la política,<br />
perdieron legitimidad social.<br />
Y las sociedades castigan a los que no<br />
luchan, a los que se dan por vencidos<br />
y resignan su lugar, como lo hicieran<br />
en el Congreso, convertido en un lugar<br />
soso en vez de un lugar crítico. Quedando<br />
en claro que los escenarios en<br />
los que se “negocia” son otros.<br />
El resultado final es previsible, Falta el<br />
equipo adversario para jugar el partido.<br />
Falta democracia, por culpa de todos.<br />
*Informe sobre confianza, participación y<br />
seguridad ciudadana. Resumen de resul-<br />
tados relevamiento cuarto trimestre 2010.<br />
Observatorio de la Deuda Social Argentina<br />
.Universidad Católica Argentina.