CERVEZA CAPITULO 01
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Capítulo 5|El siglo XVIII: El Cibao se adueña del cultivo del tabaco|122|<br />
Grabado sobre<br />
el proceso de<br />
elaboración del<br />
tabaco publicado<br />
por M. Diderot y<br />
d’Alembert, París.<br />
1751-1765.<br />
el punto octavo de las instrucciones dictadas en 1763, donde se especifica que el factor<br />
«por su antigua práctica en las Reales Fábricas se halla instruido de la perfecta construcción<br />
de cigarros y conocimiento de la hoja más aparente para asegurar la perfección de<br />
ellos y su mejor consumo con agrado de los aficionados». Pero tanto el factor (José Cid<br />
de la Paz, teniente de fiel y sobrestante mayor en la fábrica sevillana) como el interventor-contador<br />
(José de Carranza, oficial escribiente de la Contaduría General de la misma<br />
institución) en un principio elegidos no pudieron desplazarse a la isla a causa de un<br />
pleito en la capital hispalense».|31|<br />
El caso es que, a partir de la creación de la factoría de tabacos, empezaron a sentirse<br />
nuevos aires favorables al incremento de su cultivo. En ese sentido, «los efectos de la economía<br />
de Saint-Domingue y la liberalización del comercio español a partir de 1765 es-<br />
timularon nuevas inversiones y provocaron un moderado optimismo en los círculos<br />
empresariales criollos».|32|<br />
No obstante esa realidad, «la corona española no tenía la intención de emancipar sus<br />
colonias. La nueva legislación estaba destinada a aumentar la producción agrícola en sus<br />
posesiones americanas y a aumentar sus ingresos fiscales. Esto condujo a un aumento<br />
de la intervención estatal y a una nueva tendencia hacia el control peninsular. El estado<br />
español más que nunca dirigía el desarrollo de sus posesiones americanas. La producción<br />
y el mercadeo del tabaco fueron de los primeros sectores en atraer la atención<br />
de las autoridades en el contexto de este nuevo intento».|33|<br />
Pero todavía en 1765, el gobernador Manuel de Azlor no había recibido las instrucciones<br />
ni las órdenes para poner en ejecución la factoría «y así daba cuenta al Consejo, con<br />
fecha de 7 de enero de 1768, de hallarse en posesión de los 50,000 pesos que le habían<br />
sido remitidos desde Méjico, y que esperaba otros 25,000 con el siguiente situado, pero<br />
que se encontraba sin instrucciones sobre su empleo y sin factores u otras personas<br />
que se encargasen de la compra. Al mismo tiempo, proponía que se ocupara de este<br />
asunto el entonces guarda almacén de la plaza, don Andrés de Lecanda».|34|<br />
|123|El siglo XVIII: El Cibao se adueña del cultivo del tabaco|Capítulo 5<br />
Todavía en 1768 no habían sido nombrados los funcionarios de la factoría de Santo<br />
Domingo, ya que en Sevilla se hacían gestiones para conseguirlos. En ese sentido, narra<br />
Gutiérrez Escudero que «para el primero de los empleos fue propuesto ahora como fac-<br />
Grabado de<br />
utensilios usados<br />
en la producción<br />
del tabaco.