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ces muertas; en este caso se, utilizarán los mismos insectos,
pero vivos.
Los gusanos y las lombrices pueden ser ensartados fácilmente
en el anzuelo, ya sea individualmente o en grupos, manteniéndose
por bastante tiempo vivos en el mismo. Se obtiene gran éxito
en la pesca de agua dulce al utilizar la'lombriz común de jardín,
conocida como lombriz roja, además de que resulta muy barata
su utilización, proporciona espléndidos resultados. Estos gusanos
pueden vivir indefinidamente en tierra húmeda y protegidos del
sol. Así, resulta que en general los insectos de cualquier clase
pueden ser muy buenos como carnada.
Los gusanos, ciempiés, grillos, cucarachas, moscas, maripo-
sas, polillas, escarabajos, libélulas y abejorros, por su forma y
colorido siempre dan un buen resultado en este tipo de pesca.
En las ilustraciones se ve claramente la forma más adecuada
de ser colocados en el anzuelo. Obviamente se procurará siempre
que en el momento de ser enganchados, no se lesionen partes
vitales, para que el insecto siga vivo, en actividad, y pueda así
llamar la atención del pez.
En las orillas de los lagos, presas, bordos y ríos, habitual-
mente se encuentran larvas y ninfas de insectos cuyas costum-
bres son acuáticas y pueden considerarse una b.uena carnada
para los peces que habitan esos lugares. La hueva de salmón,
aunque de hecho es una carnada muerta, ya que viene conser-
vada en una sustancia especial, es una de las mejores para la
pesca de la trucha.
En algunos países, para la pesca de grandes peces de río
o lago, se utilizan animales superiores a los insectos, esto es,
ranas, lagartijas, salamandras, sapos, etc. Afortunadamente, en
nuestras aguas interiores no contamos con este tipo de peces,
pues resulta inhumano utilizar estos animalillos como carnada.
En el renglón referido a las carnadas artificiales, se encontrará
la sustitución de los mismos.
CARNADA ARTIFICIAL
En este punto se verá todo lo que el ingenio del hombre es
capaz de realizar para poder conseguir una pesca adecuada. Sería
labor de titanes enumerar uno por uno la variedad, tipo, formas,
peso, aspecto y coloración que existe en los señuelos o currica-
nes artificiales. Cada uno de los fabricantes de estos artículos
pone de "moda" un tipo diferente de curricán, asegurando, con
un gran énfasis, que con este sí se puede pescar lo que se
desee. En una sociedad, en la que la oferta y la demanda juegan
un papel cotidiano preponderante, la "moda" es parte de la vida,