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el agua. La totalidad 'de los peces depredadores, esto es, los<br />
que se alimentan de otros ejemplares en movimiento, tienen más<br />
definida esta forma ahusada, ya que de esta velocidad de tras-<br />
lación en las aguas depende su eficacia al atacar y atrapar sus<br />
alimentos; en cambio, los habitantes de arrecifes, lechos rocosos<br />
y "pasturas" de profundidad, es decir, peces que habitan en un<br />
lugar determinado y que pasan su vida sin alejarse del sitio<br />
en que han nacido y crecido, tienen un aspecto más variado<br />
que dista mucho de la forma aerodinámica de los antes mencio-<br />
nados.<br />
Hay especies que se encuentran en lechos rocosos y tienen<br />
una protección externa a base de espinas, o bien aletas espino-<br />
sas, y, en la mayoría de los casos, están cubiertas por una sus-<br />
tancia tóxica que, en ocasiones, puede producir, por contacto, la<br />
muerte de individuos más pequeños que ellos. Otras utilizan al-<br />
gunos elementos de defensa, tales como autoinflarse, aumentando<br />
su volumen y evitando así que su enemigo potencial sea capaz de<br />
tragarlas. Otras más, debido a su cualidad mimética, pueden a<br />
voluntad cambiar de color e incluso de apariencia para confun-<br />
dirse en el fondo donde viven, o hacerse "invisibles" entre las<br />
algas, sargazos o formaciones coralíferas.<br />
Los peces fácilmente detectan el peligro mediante un sistema<br />
nervioso, cuyas terminales se agrupan en una línea que corre<br />
desde la cabeza hasta la cola y que se conoce con el nombre<br />
de "línea lateral". La vista y el olfato son dos sentidos que están<br />
altamente desarrollados en algunas especies, no así el oído al<br />
que sustituyen ampliamente con la "linea lateral".