Descargar - Els arbres de Fahrenheit
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que no era marxista referido a Trotsky, <strong>de</strong> cuyo movimiento había sido uno <strong>de</strong><br />
los personajes más emblemáticos<br />
.:.<br />
Por amigos comunes sabía <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía tiempo, <strong>de</strong> la enfermedad <strong>de</strong><br />
Paco. Del cáncer, esa espantosa socialización <strong>de</strong>l dolor sobre la que nos da<br />
pavor interrogarnos. He sentido su fallecimiento <strong>de</strong> la misma manera que sentí<br />
el <strong>de</strong> Manolo Sacristán, fallecido también en agosto ahora hace nada menos<br />
que 27 años. Tengo que <strong>de</strong>cir que, al menos en mi estado <strong>de</strong> ánimo, aquel fue<br />
un tiempo mucho más <strong>de</strong>presivo. Perecía que la muerte se había empeñado en<br />
hacernos compañía, y fue un tiempo en el que <strong>de</strong>saparecieron camaradas<br />
especialmente apreciados. Eran entierros que venían a recordarnos que ahora<br />
la “meta final” parecía que iba a ser la privatización <strong>de</strong> todo lo privatizable. Pero<br />
parece obvio que ahora el viento comienza soplar en otra dirección, el<br />
capitalismo ha podido <strong>de</strong>mostrar todo el mal que es capaz <strong>de</strong> hacer, toda su<br />
locura y su barbarie, y eso no está haciendo recordar las viejas palabras que<br />
los postmo<strong>de</strong>rnos querían enterrar bajo siete llaves.<br />
Comunista bisoño en tiempos <strong>de</strong> silencio (<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1963), militante serio y<br />
abnegado, traductor, conferenciante, articulista, ensayista, autor <strong>de</strong> una<br />
impresionante bibliografía, resistente en tiempos <strong>de</strong> cinismo, Paco Fernán<strong>de</strong>z<br />
Buey es uno <strong>de</strong> los tesoros más valioso que nos ha <strong>de</strong>jado el marxismo abierto<br />
en este país. No hay que <strong>de</strong>cir su reconocimiento habría sido muy superior <strong>de</strong><br />
haberse llamado François y haber vivido en París o Londres.<br />
Pero Paco no nos <strong>de</strong>ja ya tan solos como lo estuvimos en los ochenta y<br />
los noventa. Aquí y allá han ido apareciendo otras voces que se hacen respetar<br />
y escuchar. De ahí que en esta hora, lo que más preocupa es que su ejemplo y<br />
su obra no que<strong>de</strong> arrinconada como la <strong>de</strong> Manolo, que tuvo que ser rescatada<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el esfuerzo minoritario <strong>de</strong> estudiosos como Salvador López Arnal y <strong>de</strong><br />
editores como Miguel Riera <strong>de</strong>s<strong>de</strong> “El Viejo Topo”, así como <strong>de</strong> los muchos<br />
“sacristanistas”, una escuela <strong>de</strong> la que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>de</strong>ntro pero también <strong>de</strong>s<strong>de</strong> fuera,<br />
muchos y muchas formábamos parte <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace mucho tiempo, y eso a pesar<br />
<strong>de</strong>l canon. Entre ellos, el primero y el más importante fue sin duda Paco.<br />
Se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que su vida es paralela y también complementaria a la<br />
<strong>de</strong> Manolo, y por lo tanto, no pue<strong>de</strong>, no <strong>de</strong>be permanecer bajo el polvo.<br />
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