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Descargar - Els arbres de Fahrenheit

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pasionales), pero yo entendí que afirmaba que Gramsci era el único clásico<br />

comunista vigente. Luego admitió sin reservas mi alegato a favor <strong>de</strong> Rosa <strong>de</strong> la<br />

que señalé las partes paralelas con Gramsci: problemas físicos, la enorme<br />

necesidad que ambos tenían <strong>de</strong> ser amados, amén <strong>de</strong> otros <strong>de</strong>talles. Pero<br />

guardó silencio cuando <strong>de</strong>fendí a Lenin <strong>de</strong> la campaña <strong>de</strong>nigratoria que<br />

pa<strong>de</strong>cía, y cité a Trotsky. Su respuesta <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> lado los nombres para ceñirse<br />

a una crítica al “canon” que creí necesario matizar. Era cierto que hubo<br />

momentos, y existían escuelas, que tomaban al clásico como la verdad<br />

revelada, como el punto <strong>de</strong> llegada. Llegado a este punto, me ha venido a la<br />

memoria una tentativa <strong>de</strong> editar las Notas sobre Gramsci, <strong>de</strong> Alfonso Leonetti<br />

que en la bibliografía <strong>de</strong> Leyendo, Paco lo registra así: “Recuerdos y<br />

reflexiones <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las personas que más trató a Gramsci durante el periodo<br />

<strong>de</strong> ordinovista en Turín”. El libro había sido editado en francés con un prólogo<br />

<strong>de</strong> Pierre Broué y Fontamara (que había editado Revolución y <strong>de</strong>mocracia en<br />

Gramsci, que reunía <strong>de</strong> diversos especialistas), quería traducir y que<br />

Fernán<strong>de</strong>z Buey se encargará <strong>de</strong>l prólogo. El único problema que la coyuntura<br />

que siguió se llevó la editorial por <strong>de</strong>lante. Por cierto, el último comprado con su<br />

firma es una edición <strong>de</strong> Cartas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cárcel, realizada en la editorial<br />

Veintisiete Letras, la misma que publicaría a continuación las impresionantes<br />

Memorias <strong>de</strong> un revolucionario, <strong>de</strong> Victor Serge, aquel que dijo aquello “<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>rrota en <strong>de</strong>rrota, hasta la victoria final”.<br />

Recor<strong>de</strong>mos también que a obra-testamento <strong>de</strong> Isaac Deutscher, La<br />

revolución inconclusa, fue su principal referente en relación a la URSS en su<br />

obra Las barbarie <strong>de</strong> ellos y <strong>de</strong> los nuestros, en concreto en el capítulo<br />

socialismo o/y barbarie. Esta fue la aportación más optimista sobre la URSS,<br />

más impregnada por la i<strong>de</strong>a que la obra social y cultural <strong>de</strong>l sistema acabaría<br />

imponiendo su lógica <strong>de</strong>mocrática reformadora. Creo que futuros trabajos<br />

recopilatorios nos ayudaran en esta empresa en la que hay que citar su reseña<br />

<strong>de</strong> la Historia <strong>de</strong> Carr (El pez carnudo en el estanque helado), que he insertado<br />

en Kaosenlared.<br />

Quizás no fue por casualidad que el que a la postre sería –si no me<br />

equivoco- el último acto <strong>de</strong> público <strong>de</strong> Paco, lo hiciera junto con Esther Vivas, y<br />

con nuestra entrañable Hugo Blanco que citó en la ocasión al Marx que <strong>de</strong>cía<br />

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