Descargar - Els arbres de Fahrenheit
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1977 y se mantuvo hasta ahora mismo, una amistad animada con una larga<br />
conversaciones telefónicas, prolija correspon<strong>de</strong>ncia y encuentros esporádicos,<br />
con todo lo cual yo aprendí mucho <strong>de</strong> Paco y él se hizo más santo paciente<br />
aún aguantando y contestando a mis muchas preguntas y a mis cavilaciones<br />
diversas.<br />
Paco fue un mentor "<strong>de</strong> masas", capaz <strong>de</strong> inspirar el pensamiento <strong>de</strong><br />
miles <strong>de</strong> personas en sus esperadas intervenciones públicas y en sus artículos<br />
tan medidos en lo argumental y estrictos en lo documental como llenos <strong>de</strong><br />
rasmia emotiva, coraje levantaconciencias. Pero Paco fue también un mentor<br />
personal y fuimos muchas las personas (por lo que fui sabiendo) las que nos<br />
aprovechamos <strong>de</strong> su vocación docente y <strong>de</strong> su buen humor y optimismo con el<br />
género humano y con su capacidad <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r y transformar el mundo<br />
(optimismo que seguro que más <strong>de</strong> una vez pondría yo en crisis con mis<br />
negritu<strong>de</strong>s y mis iluminaciones sucesivas).<br />
A ese magisterio personalizado <strong>de</strong>bo una orientación general <strong>de</strong> mis<br />
lecturas marxistas y una sensación <strong>de</strong> libertad absoluta en mi pensamiento y<br />
en mi forma <strong>de</strong> expresarlo, amén <strong>de</strong> una falta <strong>de</strong> ridículo notable a la hora <strong>de</strong><br />
actuar en público (todo lo contrario, precisamente, a la severidad contenida <strong>de</strong><br />
Paco que, sin embargo, me animaba siempre a lanzarme por los <strong>de</strong>rroteros<br />
más peregrinos a los que me llevara mi imaginación y mi talante, ya que a<br />
veces no era precisamente mi raciocinio ni mi pru<strong>de</strong>ncia precisamente lo que<br />
me empujaba. Paco, seguramente por el contraste, veía en ello una forma<br />
personal <strong>de</strong> actuar tan <strong>de</strong>fendible como cualquier otra, y esa mezcla <strong>de</strong><br />
orientador estricto y <strong>de</strong> liberador entusiasta que era me hizo ir haciéndome<br />
bastante como he llegado a ser, para bien y/o para mal: me gusta el rigor<br />
intelectual pero también la arbitrariedad intuitiva. Paco lo supo ver muy bien<br />
cuando tuvo la amabilidad <strong>de</strong> epilogar mi segundo libro <strong>de</strong> poemas, "El peso<br />
<strong>de</strong>l humo", en el que bailaba en el filo <strong>de</strong> la navaja entre un reivindicado<br />
materialismo y un misticismo evocador.<br />
Como la eternidad es muy larga, tiempo habrá <strong>de</strong> comentar aspectos <strong>de</strong><br />
la labor <strong>de</strong> Paco Fernán<strong>de</strong>z Buey y <strong>de</strong> su personalidad tan insólita.<br />
De estas líneas publicadas hoy martes 28 <strong>de</strong> agosto en Heraldo <strong>de</strong> Aragón<br />
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